jueves, 5 de marzo de 2015

Zazenshin, Dogen [9]. Traducción y comentarios por Aldo Tollini

Continuación de la traducción y los comentarios realizados por Aldo Tollini al Zazenshin de Dogen. 
 
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Zazenshin
 
La aguja de zazen [9]


Daijaku dijo: “¿Cómo puedes obtener un espejo puliendo una teja?”. Verdaderamente, por mucho que pueda tratarse de un hombre duro como el hierro que no requiere la fuerza de otros, el pulido [de una teja] no puede producir un espejo. E incluso en el caso de que indique la producción de un espejo, hace falta que se haga deprisa.

Nangahu dijo: “¿Cómo puedes convertirte en un Buddha haciendo zazen?”. Está claro que
existe el principio por el que no se puede esperar convertirse en un Buddha haciendo zazen. No es un secreto el concepto por el que zazen no tiene nada que ver con el convertirse en un Buddha. Daijaku dijo: “¿Entonces qué hay que hacer?”. Estas palabras pueden parecer simplemente una pregunta sobre zazen, pero son también una pregunta sobre “¿qué hacer?” para convertirse en un Buddha. [es como] por ejemplo el instante en que un amigo encuentra a un amigo. El hecho de que yo sea su amigo significa que él es amigo mio. Así el “¿cómo?” [el zazen] y el “¿se debe hacer?” para convertirse en un Buddha se manifiestan al mismo tiempo.


Comentario

¿Cómo es posible obtener un espejo del pulido de una teja? ¡Verdaderamente, por mucho que se pula una teja no se convertirá nunca en un espejo!

De la misma forma, ¿cómo es posible convertirse en Buddha haciendo zazen? ¡Por mucho que se practique, por mucho esfuerzo que se haga, sentarse en  zazen no llevará nunca a la budeidad! La práctica de zazen no SIRVE PARA convertirse en Buddha! Zazen y Buddha son dos conceptos distintos, que pertenecen a esferas separadas, como las tejas y los espejos que no tienen que ver unos con otros.

Entonces surge espontáneamente la pregunta de Daijaku, que está confuso: “¿Cómo debe de hacerse para convertirse en un Buddha?”. Esta es una pregunta fundamental que pone en cuestión el sentido mismo de la práctica y del recorrido de la Vía. Dōgen comenta que el “cómo”, es decir el zazen por una parte y el “hacer”, es decir convertirse en un Buddha, son como dos amigos, cuando se encuentran se reconocen mutuamente. Por ambas parte, no existe uno que es amigo y el otro que no lo es, sino que lo son ambos al mismo tiempo y de la misma forma. De otra forma no se puede decir que sean amigos. Por tanto, la amistad es reciproca y se manifiesta al mismo tiempo. De la misma forma, el zazen y la budeidad son recíprocos y se manifiestan a la vez. Cuando una se manifiesta, el otro esta presente. No existe budeidad (ni zazen) separadamente.

Con este ejemplo Dōgen aclara muy concretamente su concepción de zazen y de la budeidad en tanto que conceptos interdependientes, pero no ligados por ninguna causalidad. El zazen no lleva a la budeidad y de la misma manera la budeidad no lleva a zazen. Simplemente donde está uno está la copresencia del otro y los dos no se dan nunca separadamente.


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Aldo Tollini
 
Pratica e Illuminazione nello Shobogenzo
Testi scelti de Eihei Dogen Zenji
Ubaldini Editore. Roma, 2001


Traducción: Roberto Poveda Anadón
Fotografía: Dinamarca, Dos amigas, Roberto Poveda Anadón


6 comentarios :

  1. Leyendo estos comentarios cada vez estoy más convencido de que Dogen es el último de los titanes y que ya en él, en sus textos, a pesar de su infinita compasión, hay muestras de la decadencia posterior, seguramente con notables excepciones como la del gran Hakuin, del zen que llega hasta nuestros días y nuestras latitudes.

    Un abrazo

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  2. Hoal Carlos, gracias por comentar. Es cierto que Dogen fue un titan. Creo incluso que aquello que supo sintetizar en sus escritos de manera admirable, respecto al budismo zen que le había precedido, y que plasma en ellos para las generaciones venideras es, en parte, de contenido profético, todavía pendiente de ser bien comprendido y realizado. Sin embargo es cierto también que él, como cualquier japonés medieval, e incluso cualquier japones de la época actual, desde el punto de vista de la ética social es más confuciano que budista, y que ese es uno de los problemas del zen tal y como ha llegado hasta nosotros que habrá que corregir. Para leerlo, como para leer cualquier otra cosa, es conveniente (incluso añadiría que es "espiritualmente" conveniente), leerlo de una manera crítica.

    Respecto a Hakuin, no entiendo muy bien lo que quieres decir, pues precisamente Hakuín eleva a la máxima categoría la figura confuciano-taoista (que no budista) del "maestro iluminado", así como la ritualización del proceso, fuente de muchas de las confusiones actuales del zen actual, aquí y allí. Confusiones que "aquí" nos fueron trasmitidas, en primer lugar, a través de los textos de D. Zuzuki.

    Por otra parte, aunque conozco poco del zen rinzai, por lo que yo sé su presencia en "nuestras latitudes" es mas bien escasa. De hecho, en Europa, el único sitio en que creo que se enseña y practica el zen rinzai (aunque puede que me equivoque) es en la Falaise Vert (en Francia) y en algunos pocos lugares dependientes de ese centro, y en Alemania en los centros asociados con Rei Shin Bigan Roshi. Rei Shin y Taïkan Jyoji (el abad de la Falaise vert) creo que son los únicos europeos que han recibido el Inka Shomei dentro de la tradición rinzai.

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    1. Lo primero, gracias por el trabajo que estás realizando en el blog, Roberto.

      Cuando hablas de contenido profético, creo que no entiendo bien lo que quieres decir. Si se entiende que Dogen realiza un vaticinio sobre lo que será la sociedad un conjunto de individuos en el futuro, o bien, se entiende que la aclaración de la síntesis de su trabajo requiere de una comprensión tan preclara que sólo puede hallarse en un futuro lejano al texto, sea nuestro tiempo u otro futuro lejano incluso para nosotros. De ser así, cualquiera de las dos, pero especialmente la última, me pregunto qué tienen que ver con el zen tales profecías y si la comprensión de tales textos no tiene que ver más con una profundización en la práctica que con el devenir del tiempo y de la humanidad. Bien pudiera ser, que tal comprensión haya sido alcanzada y no quedara registro de ello, incluso que se haya dado cada dos generaciones o en todas ellas...¿Quienes somos nosotros para quedarnos con solo una interpretación posible?

      Creo que el abuso hoy aunque sin duda bienintencionado, si me permites el atrevimiento pero conservando el mayor de los respetos, de incluir el estudio de los textos de Dogen, como parte fundamental de la práctica lleva implícito una desviación similar a la sistematización de los koans o a la jerarquización de la vida de los monasterios; en un texto, aunque uno llegase a alcanzar la cima expositiva, profunda y compasiva que alcanza Dogen, no puede hablar más que de la práctica pero nunca de la Realidad y aunque la recomendación de tratar a la práctica como un fin en sí mismo y no como un medio para un fin puede ser útil para que la mente no genere expectativas a las que apegarse, la práctica como fin también puede degenerar en limitaciones acomodaticias y poco fértiles, que para nada tienen que ver con la práctica auténtica.

      Son dos caminos generales que condicionan todo lo demás -la institución, la vida cotidiana, los ritos, etc- y la actitud con la que se tomen será la que determine su degeneración o su buena salud.

      Cuando mencioné a Hakuin no pensaba tanto en instituciones y ritos, es algo, que, por otro lado, solo creo que deberían darle importancia los monjes, sino en aquellas anécdotas que se le atribuyen -si se quiere leyendas, tanto da, lo importante es que un tal Hakuin las inspiró y así llegó a nuestros días- como la del bebé que llegó hasta sus pies por casualidad, suponen todo un ejemplo de aceptación y compasión.
      Las instituciones, instituciones son y como fruto nuestro que son, cometen aciertos y errores, tienen periodos de estabilidad, de apogeo y de crisis, lo cual hace, a mi entender -y sé que al tuyo también- que sea más interesante hablar de individuos, de practicantes, que de corrientes, escuelas u organizaciones.

      Toda religión, en cuanto que emulación del mensaje de un individuo tiende a la desvirtuación y al anquilosamiento puesto que toda transmisión de información -y más por escrito- sufre los desastres de la entropía.
      El zen, como experiemcia viva que es, al igual que otras como el dzogchen o el yoga, no se ve afectado por las desventejas de la religión siempre y cuando los practicantes no hagan demasiado énfasis en aspectos auxiliares -como la interpretación de textos- para paliar la incomprensibilidad del zen en fundamentos tales como la actitud.

      Un abrazo

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    2. Son tantas las cuestiones planteadas por tu comentario, Carlos, que prefiero responder de manera separada a estas. Empecemos por el uso que hago del término "profético".

      Evidentemente no estoy usando este término de una manera estricta, tal y como por ejemplo se haría en otras religiones, es decir como "predicción" del futuro, sino de una forma más ligera, casi literaria si se quiere. Digo que Dogen es profético de la misma forma que podría decir que el sutra de Vimalakirti es también un texto profético: aparece un papel religioso de primera importancia otorgado al practicante laico, equiparable en el texto casi al del propio Buda, pero que sin embargo no fue realizado ni cuando el Vimalakirti fue escrito (probablemente entre los ss. -I a +I), ni ha sido plenamente realizado todavía.

      Desde hace tiempo estoy convencido que el zen será laico o no será. La practica religiosa (entendiendo "religión" desde el punto de vista salvífico, radical y profundo, es decir desde un punto de vista trascendental, y no como fenómeno sociológico más o menos de masas, es decir como un acontecimiento equiparable al del resto de las actividades mundanas) hasta el presente ha sido monopolizada fundamentalmente por un estamento que podríamos denominar como clero. El clero, hasta la actualidad, ha monopolizado básicamente (con alguna excepción) la interpretación y el acceso a aquello que de más trascendental se contiene en las religiones. Esto, tanto en occidente como en oriente, se ha dado de manera paralela a una división social en clases, estamentos o castas que, esquematizando, podríamos sintetizar en: "aristocracia (y similares)", "clero (incluyendo aquí todas sus variantes)" y "pueblo llano (o productores, también en todas sus variantes)". Desde la revolución francesa (simplificando de nuevo) este sístema tripartito está en vías de desaparición clara, aunque su desaparición completa probablemente todavía lleve cierto tiempo.

      Hace ya tiempo que de forma clara los laicos vienen exigiendo poder acceder a los aspectos más profundos y salvíficos que la práctica religiosa ofrece, rechazando el estar relegados tan solo a sus aspectos bien devocionales y/o mágicos, bien identitarios, bien de sostenedores de una casta sacerdotal, a cambio tan solo de la promesa de una redención postergada a un futuro incierto.

      Esta exigencia de los laicos de acceder a un papel radicalmente protagonista en la práctica de la vía religiosa aparece en el budismo de una manera clara, y con voz propia y creciente en el ss. XIX en el sudeste asiático, es decir en territorio theravada, reclamado no ser ya un simple coro subsidiario del estatus monacal; sin embargo encontramos ya previamente en Dogen indicios claros que apuntan en esa dirección incluso desde su primer escrito, el Fukanzazengi, en el que se contiene resumida lo fundamental de la práctica religiosa por él propuesta, y que precisamente está escrito para un laico. Este rasgo aparece igualmente en muchas de las formulaciones que realizará posteriormente, si bien para poder "captarlas" adecuadamente es necesario realizar una lectura estructural del mismo que lo desprenda de los aspectos no budistas sino confucianos (y ritualistas por tanto) que están también presentes en sus textos.

      Un abrazo

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  3. Aquí el comentario al koan en inglés.

    http://dogenandtheshobogenzo.blogspot.com.es/2011/02/zazen-polishing-tile-to-make-mirror.html

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  4. Gracias Jordi, por tu visita y por el enlace. Es sin embargo una obra de compasión hacia los demás traducir las cosas, pues no todos sabemos inglés. Intentaré aun así desentrañar el galimatías que devuelven los traductores automáticos... así que, en vez de un koan, tendré 2 por el mismo precio. :)

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