miércoles, 4 de febrero de 2015

Zazenshin [2]. Dogen. Aldo Tollini

Continuación de la traducción y los comentarios realizados por Aldo Tollini al Zazenshin de Dogen.

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Zazenshin 
La aguja de zazen 
[2]

[2] En el sin-pensamiento hay alguien y este alguien es aquello que nos sostiene. Incluso si en el sentarse imperturbable estuviese nuestro yo, este yo no consistiría solo en el pensamiento, sino que sería completamente uno con estar en el zazen imperturbable.

Siendo el sentarse imperturbablemente el sentarse imperturbablemente, ¿cómo puede el sentarse imperturbablemente pensar el sentarse imperturbablemente? En consecuencia, el sentarse imperturbablemente no es la medida de Buda, no es la medida del Dharma, no es la medida de la iluminación, no es la medida de la comprensión.

 
 





Comentario

Si en zazen estuviese el pensamiento habría también un objeto pensante, el yo. Si estuviese el no-pensamiento, de la misma manera, habría un sujeto no pensante, o que rechaza el pensamiento, en cualquier caso de nuevo el yo. Habría entonces un yo que quiere convertirse en un Buda y hace de la práctica un medio para alcanzar un objetivo. Y esto no sería otra cosa que una actividad egoísta por que busca algo para sí mismo. La presencia del yo, que vuelve la práctica egoísta, pone esta actividad lejos del ideal budista que sostiene lo insustancial y lo ilusorio del yo.

Es el sin-pensamiento, el dejar que no esté (el pensamiento, pero tampoco otra cosa), lo que deja sin sujeto pensante y hace caer por tanto el dualismo del pensador que piensa el pensamiento porque no está ni el sujeto, ni el objeto. Entonces no está ni siquiera el yo, porque es dejado caer.. ¿Qué permanece? Hay alguien que nos sostiene en esta práctica, pero no es el yo, y no se sabe qué es, pero por otra parte, no tiene importancia saberlo. Si fuese incluso el yo, este no se identificaría con el pensamiento, sino más bien con todo el ser cuerpo/mente.


Si incluso debiese de surgir el pensamiento en este estado, no sería el yo que piensa, sino sería el zazen que se piensa a sí mismo, desde el momento en que el yo no existe. ¿Pero, cómo es posible esto? En el sin-pensamiento, ¿sería quizás el pensamiento el que se piensa a sí mismo?

Puesto que no existe el yo, no existe cálculo egoísta en el zazen, que no es un instrumento para convertirse en Buda, ni para encontrar el Dharma, ni para acceder a la iluminación. Y ni siquiera es un instrumento para comprender la realidad. Es un fin en sí mismo.



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Aldo Tollini
 
Pratica e Illuminazione nello Shobogenzo
Testi scelti de Eihei Dogen Zenji
Ubaldini Editore. Roma, 2001

Traducción: Roberto Poveda Anadón
Fotografía: Rovofiorito, Buda:Roberto Poveda Anadón

2 comentarios :

  1. Leyendo-estudiando.
    El sin-pensamiento (nonthinking).

    Dogen: "En el sin-pensamiento hay alguien y este alguien es aquello que nos sostiene. Incluso si en el sentarse imperturbable estuviese nuestro yo, este yo no consistiría solo en el pensamiento, sino que sería completamente uno con estar en el zazen imperturbable."
    Tollini: Zazen: "Si en zazen ..." [...] "Es el sin-pensamiento, el dejar que no esté (el pensamiento, pero tampoco otra cosa), lo que deja sin sujeto pensante y hace caer por tanto el dualismo del pensador que piensa el pensamiento porque no está ni el sujeto, ni el objeto. Entonces no está ni siquiera el yo, porque es dejado caer.. ¿Qué permanece? Hay alguien que nos sostiene en esta práctica, pero no es el yo, y no se sabe qué es, pero por otra parte, no tiene importancia saberlo. Si fuese incluso el yo, este no se identificaría con el pensamiento, sino más bien con todo el ser cuerpo/mente."

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