Entre la extensísima literatura Mahayana el Sutra del Diamante, cuyo texto integro ofrecemos hoy, ocupa un lugar central. Este
texto hindú del ss. II, bajo la forma de un diálogo entre el Buda y Subhuti, uno de sus principales discípulos, constituye probablemente la obra que nos introduce más
directamente en aquel plano que podríamos denominar, recurriendo a un
término occidental, como "mística" budista, constituyendo la guía a la
parte más profunda del recorrido interior llamado "práctica del
budismo".
También dentro del chan/zen este sutra ha sido y sigue siendo estudiado y practicado extensa e intensamente. Así, por ejemplo, según recoge la tradición hagiográfica, tanto Hongren como Huineng, conocidos como 4º y 5º patriarcas del zen, basaron su enseñanza en este Sutra, diciéndose que este último alcanzó un despertar repentino cuando escucho un día, mientras repartía cargas de leña, recitar una simple estrofa del mismo.
Hoy junto con el 5º párrafo del sutra y su comentario, presentamos el texto completo del sutra, (disponible a partir de ahora en la sección textos en PDF, que contiene textos que, por su extensión, han sido formateados para su impresión o para su lectura en ibook), traducido al italiano por Mauricio Yushin Marassi, el cual además de comentar párrafo a párrafo el sutra, o si se quiere releerlo desde una visión contemporanea, occidental y europea, nos ofrece tres capítulos introductorios que nos ayudan a situarlo adecuadamente.
Mauricio Yushin Marassi, tras un largo periódo de práctica y estudio en el monasterio japonés de Antaiji, es el actual responsable de la comunidad budista zen italiana Stella del Mattino así como enseñante de Budismo y Religiones del Extremo Oriente en la Universidad de Urbino.
También dentro del chan/zen este sutra ha sido y sigue siendo estudiado y practicado extensa e intensamente. Así, por ejemplo, según recoge la tradición hagiográfica, tanto Hongren como Huineng, conocidos como 4º y 5º patriarcas del zen, basaron su enseñanza en este Sutra, diciéndose que este último alcanzó un despertar repentino cuando escucho un día, mientras repartía cargas de leña, recitar una simple estrofa del mismo.
Hoy junto con el 5º párrafo del sutra y su comentario, presentamos el texto completo del sutra, (disponible a partir de ahora en la sección textos en PDF, que contiene textos que, por su extensión, han sido formateados para su impresión o para su lectura en ibook), traducido al italiano por Mauricio Yushin Marassi, el cual además de comentar párrafo a párrafo el sutra, o si se quiere releerlo desde una visión contemporanea, occidental y europea, nos ofrece tres capítulos introductorios que nos ayudan a situarlo adecuadamente.
Mauricio Yushin Marassi, tras un largo periódo de práctica y estudio en el monasterio japonés de Antaiji, es el actual responsable de la comunidad budista zen italiana Stella del Mattino así como enseñante de Budismo y Religiones del Extremo Oriente en la Universidad de Urbino.
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El Sutra del Diamante
§ 5
«¿Qué piensas, Subhūti, el Tathāgata, el Así Ido, puede ser reconocido gracias a poseer marcas?». Subhūti respondió: «Ciertamente no, oh Bienaventurado. El Así Ido no puede ser reconocido gracias a poseer marcas. ¿Por qué?, porque, oh Bienaventurado, aquello que ha sido enseñado por el Así Ido como poseer marcas, en realidad es no poseer marcas». Oídas estas palabras, el Bienaventurado dije así al venerable Subhūti: «Desde el momento que, Subhūti, en el poseer marcas hay falsedad y en el no poseer marcas no hay falsedad, entonces el Así Ido es reconocido por no poseer marcas como marcas».
Como se sabe a Linji Yixuan, en la China del siglo noveno, se le atribuye la exclamación «si encuentras al Buda, mátalo». Es inevitable construir modelos o, todavía peor, imaginarlos realizados. Por eso Linji pone en guardia. Pero eso no es todo. El gran camino, o gran vehículo, se mueve en un área invisible. Cuando vemos algo, una iluminación, una gran intuición, es el momento de acordarse de Linji. La excepcionalidad de la cosa no está en su parecer tal, sino en el nada de especial. Incluso “nada de especial” ya es un signo que no hay que fijar.
Todo aquello que se ve y aquello que deslumbra y fascina pertenece al mundo, sin embargo el gran vehículo existe y funciona. Con tal de que no se lo trasforme en la vanidad del mundo, haciéndolo desaparecer. En la posesión de marcas hay falsedad. En la escuela Chan existe una frase famosa que evidencia este punto: «Antes de practicar el Chan, ves que las montañas son montañas y los ríos son ríos. Después de haberlo practicado mucho tiempo, ves que las montañas no son montañas y los ríos no son ríos. Ahora, después de mucho tiempo, veo que las montañas son montañas y los ríos son ríos». Dōgen, en el siglo XIII, comentó la palabras precedentes diciendo: «Un antiguo buda dice: “Las montañas son montañas, los ríos son ríos”. Estas palabras no quieren decir que las montañas son montañas, quieren decir que las montañas son montañas». Conze, en la introducción a su último trabajo sobre el Sutra del diamante, escribe: «En este sutra es común establecer una relación paradójica, inclusiva e ilógica entre aquello que precede y aquello que sigue. Esto saca a la luz de manera significativa la relación que existe entre la verdad esotérica y el simple hablar, entre el verdadero estado de las cosas tal como son y las palabras con las que es expresado esto. […] Derogando el principio de contradicción la lógica de la Prajñāpāramitā difiere de la de Aristóteles». Usar la misma frase dos veces, en secuencia continua, con dos significados distintos obliga a reflexionar profundamente, tan profundamente como para tener que abandonar los pensamientos relativos al sentido de la primera versión para poder afrontar la segunda ex novo, desde cero. Cuando aquello que son las montañas, los ríos, las marcas del Buda no es visto según el mundo, entonces he ahí montañas, ríos y marcas de santidad.
Como se sabe a Linji Yixuan, en la China del siglo noveno, se le atribuye la exclamación «si encuentras al Buda, mátalo». Es inevitable construir modelos o, todavía peor, imaginarlos realizados. Por eso Linji pone en guardia. Pero eso no es todo. El gran camino, o gran vehículo, se mueve en un área invisible. Cuando vemos algo, una iluminación, una gran intuición, es el momento de acordarse de Linji. La excepcionalidad de la cosa no está en su parecer tal, sino en el nada de especial. Incluso “nada de especial” ya es un signo que no hay que fijar.
Todo aquello que se ve y aquello que deslumbra y fascina pertenece al mundo, sin embargo el gran vehículo existe y funciona. Con tal de que no se lo trasforme en la vanidad del mundo, haciéndolo desaparecer. En la posesión de marcas hay falsedad. En la escuela Chan existe una frase famosa que evidencia este punto: «Antes de practicar el Chan, ves que las montañas son montañas y los ríos son ríos. Después de haberlo practicado mucho tiempo, ves que las montañas no son montañas y los ríos no son ríos. Ahora, después de mucho tiempo, veo que las montañas son montañas y los ríos son ríos». Dōgen, en el siglo XIII, comentó la palabras precedentes diciendo: «Un antiguo buda dice: “Las montañas son montañas, los ríos son ríos”. Estas palabras no quieren decir que las montañas son montañas, quieren decir que las montañas son montañas». Conze, en la introducción a su último trabajo sobre el Sutra del diamante, escribe: «En este sutra es común establecer una relación paradójica, inclusiva e ilógica entre aquello que precede y aquello que sigue. Esto saca a la luz de manera significativa la relación que existe entre la verdad esotérica y el simple hablar, entre el verdadero estado de las cosas tal como son y las palabras con las que es expresado esto. […] Derogando el principio de contradicción la lógica de la Prajñāpāramitā difiere de la de Aristóteles». Usar la misma frase dos veces, en secuencia continua, con dos significados distintos obliga a reflexionar profundamente, tan profundamente como para tener que abandonar los pensamientos relativos al sentido de la primera versión para poder afrontar la segunda ex novo, desde cero. Cuando aquello que son las montañas, los ríos, las marcas del Buda no es visto según el mundo, entonces he ahí montañas, ríos y marcas de santidad.
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Il Sutra del Diamante
La Cerca del Paradiso
Traducción y comentarios: Mauricio Y. Marassi
Casa Editrice Marietti S.p.A., Genova-Milán, 2011
Traducción privada al castellano
realizada por Roberto Poveda Anadón
Distribuida solo para uso personal
Distribuida solo para uso personal
Fotografía: Internet
Gracias, Roberto.
ResponderEliminarIgualmente, dado que la serie llega a su fin, es el momento de agradecer el trabajo de ambos (Mauricio y Roberto).
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias por vuestros agradecimientos.
ResponderEliminarEste trabajo, de ofrecer el propio cuerpo para dejar que el Dharma lo atraviese, no solo ha sido fuente de fatigas para mí (¡Ay!, esa tortura de buscar pacientemente, letra por letra, los signos sánscritos que plagaban las notas a pies de página en el ordenador), sino sobre todo, en lo más profundo, fuente de despertar y de paz.
Pero la "serie" no ha llegado a su fín. Una vez que el sutra ha atravesado y ha trabajado a Mauricio, desde el sanscrito del s. II y desde el chino de Kumarajiva del s. IV, para renacer en el italiano del s. XXI, y después me ha atravesado y trabajado a mí hasta ser vertido en el castellano, ahora empieza el trabajo de leerlo pacientemente, de releerlo, de esforzarse en entenderlo y practicarlo para otros, para vosotros. Sin ese esfuerzo el sutra está muerto.
Sin duda para que el sutra sea el sutra tiene que dejar de ser el sutra que deseamos que sea.
ResponderEliminarMuchas gracias!
Eso mismo es de los que nos habla el Diamante.
ResponderEliminarNo hay nadie que enseñe, no hay nada que sea enseñado, no hay nadie a quien dirigir esa enseñanza... y sin embargo, cuando se practica el sutra, hay enseñanza, esta es emitida y esta es recibida.
... y esta ocasión, gracias a tu trabajo, esta enseñanza resonará profundamente en castellano para el futuro. Muchas gracias.
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