Como continuación a la "carta de despedida como director de la oficina del Sōtō Zen Europeo", escrita por Giuseppe Jisō Forzani, que publicamos en el post anterior, Giuseppe Jisō Forzani escribió una segunda carta en contestación a un interlocutor germano, el cual, a su vez, le escribió una carta como reacción a dicha carta de despedida escrita por Giuseppe Jisō Forzani.
Este interlocutor germano, cuya carta podemos encontrar aquí (en italiano), le planteaba una serie de cuestiones a Giuseppe Jisō Forzani cuyo sentido, en esencia, resumiría así: Si abandonamos las jerarquías, los ritos y las formas en general del Zen japonés, ¿cómo y a través de qué procedimientos se podrán formar las nuevas generaciones de practicantes zen europeos? y, en espejo, ¿qué es lo que el Sōtō Zen japonés puede aportar a la realidad europea?
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Estimado XXXX
Estoy agradecido por tu carta y por la honestidad intelectual de acoger y responder con franqueza a mis consideraciones. Ello me da la ocasión de, con mucho placer, responderte. Te ruego por tanto que leas, cuando tengas tiempo, esta carta, en la cual encontrarás también algunas de las respuestas concretas que me pides.
Sin duda la situación del Sōtō Zen europeo es distinta en los distintos países, e incluso al interior de cada país se puede afirmar que cada lugar de práctica es un caso particular, pero no es de esto de lo que pretendo hablar en esta ocasión. Más bien deseo poner en relieve cuestiones de carácter general. La primera es que el Sōtō Zen europeo ha sufrido un proceso de clericalización a la japonesa, aceptando pasivamente las reglas, los estandar, el estilo del Sōtō-shū japonesa. Los motivos de esta asimilación son diversos, aquí hago una síntesis con todos los límites que esto comporta, pero la realidad es esa innegablemente. No estoy expresando un juicio, tan solo constatando un hecho.
Por todas partes en Europa, en la casi totalidad de los dojo, de los templos, de los monasterios Sōtō Zen se puede constatar hasta qué punto están influenciados por el modo de hacer japonés. Hemos asumido el modo de vestir, de comer, de moverse, de celebrar las ceremonias (y de los instrumentos para hacerlas), de enseñar y de aprender, de establecer relaciones jerárquicas, en la comunidad y entre “maestro y discípulo”, de organizar dojo, templo, roles comunitarios... Hemos tomado todo, como si el modo japonés fuese el “exacto” modo según el dharma (alguno han hecho modificaciones, es verdad, pero tan solo se trata de ajustes).
Es un caso único en la historia del Budismo. Piensa si los chinos hubiesen imitado a los hindúes, probablemente el Budismo ya no existiría en Extremo Oriente y, ciertamente, el Chan no habría aparecido nunca.
Según mi parecer (y me han hecho falta cuarenta años para darme cuenta) todo lo que tenemos que recibir del Budismo Sōtō Zen japonés no son más que tres cosas, que ellos han preservado, más o menos formalmente, hasta hoy: zazen, la prosternación (gasho y/o raihai, es decir la actitud de inclinarse, metafórica y físicamente) y algunas perlas de Dōgen. Se trata de tres “cosas” esenciales, pero el resto se puede tranquilamente ignorar, diría que sería mejor ignorarlo y me permito decirlo porque conozco bastante bien el resto.
Eso no significa, ciertamente, que no hayan habido japoneses (probablemente millares) que, a lo largo de los siglos hasta hoy, hayan vivido y testimoniado con su vida la Vía de Buddha. Pero la mayor parte de estos es completamente anónima y no está necesariamente compuesta por sacerdotes Sōtō Zen.
Nosotros (sacerdotes Sōtō Zen europeos) hemos incluso importado de Japón las reglas administrativas para ser reconocidos como sacerdotes, creando una casta clerical de la que ni el budismo ni los europeos tienen ninguna necesidad. No es solo cuestión del hecho de que estas reglas no tengan nada que ver con la cultura europea, es que que no proporcionan ninguna garantía ni siquiera para los japoneses. Por otra parte, hemos proporcionado certificados, que muchos usan y usarán como si fuesen un certificado de “maestro zen”; una locura desde el punto de vista del budismo y una estafa hacia quien se lo cree.
Incluso si se actúa de buena fe y se esta animado por las mejores intenciones, se ha establecido en Europa, con la activa complicidad de los japoneses, la idea de que existe una especie de profesión que podríamos llamar enseñante, maestro, o más simplemente “responsable de una estructura que iza la bandera del dharma”, bien sea un dojo, un templo, un monasterio, siguiendo más o menos el modelo japonés; y que es necesario aprender a ejercer ese trabajo, esa profesión .
Esto me conduce a la segunda cuestión, de la cual hablo al comienzo de esta carta. Una vez que se acepta esta concepción, por aquel que se encuentra en la posición de “responsable de la comunidad”, la atención que se debería poner en el empeño de aprender el dharma es dejado de lado (pienso que no debería olvidarse nunca que somos todos y siempre aprendices del dharma y que el único y verdadero maestro es el Buddha-dharma) y es desplazado poco a poco por la preocupación de enseñar a los otros y de sostener, mantener, reforzar, incluso ampliar la estructura de la que uno es responsable.
Según mi parecer (y me han hecho falta cuarenta años para darme cuenta) todo lo que tenemos que recibir del Budismo Sōtō Zen japonés no son más que tres cosas, que ellos han preservado, más o menos formalmente, hasta hoy: zazen, la prosternación (gasho y/o raihai, es decir la actitud de inclinarse, metafórica y físicamente) y algunas perlas de Dōgen. Se trata de tres “cosas” esenciales, pero el resto se puede tranquilamente ignorar, diría que sería mejor ignorarlo y me permito decirlo porque conozco bastante bien el resto.
Eso no significa, ciertamente, que no hayan habido japoneses (probablemente millares) que, a lo largo de los siglos hasta hoy, hayan vivido y testimoniado con su vida la Vía de Buddha. Pero la mayor parte de estos es completamente anónima y no está necesariamente compuesta por sacerdotes Sōtō Zen.
Nosotros (sacerdotes Sōtō Zen europeos) hemos incluso importado de Japón las reglas administrativas para ser reconocidos como sacerdotes, creando una casta clerical de la que ni el budismo ni los europeos tienen ninguna necesidad. No es solo cuestión del hecho de que estas reglas no tengan nada que ver con la cultura europea, es que que no proporcionan ninguna garantía ni siquiera para los japoneses. Por otra parte, hemos proporcionado certificados, que muchos usan y usarán como si fuesen un certificado de “maestro zen”; una locura desde el punto de vista del budismo y una estafa hacia quien se lo cree.
Incluso si se actúa de buena fe y se esta animado por las mejores intenciones, se ha establecido en Europa, con la activa complicidad de los japoneses, la idea de que existe una especie de profesión que podríamos llamar enseñante, maestro, o más simplemente “responsable de una estructura que iza la bandera del dharma”, bien sea un dojo, un templo, un monasterio, siguiendo más o menos el modelo japonés; y que es necesario aprender a ejercer ese trabajo, esa profesión .
Esto me conduce a la segunda cuestión, de la cual hablo al comienzo de esta carta. Una vez que se acepta esta concepción, por aquel que se encuentra en la posición de “responsable de la comunidad”, la atención que se debería poner en el empeño de aprender el dharma es dejado de lado (pienso que no debería olvidarse nunca que somos todos y siempre aprendices del dharma y que el único y verdadero maestro es el Buddha-dharma) y es desplazado poco a poco por la preocupación de enseñar a los otros y de sostener, mantener, reforzar, incluso ampliar la estructura de la que uno es responsable.
Creo que estas condiciones llevan aparejadas dos consecuencias: una es la de comenzar a pensar, a veces incluso inconscientemente, que el “desarrollo” del dharma depende de nuestros esfuerzos; la otra es pensar que se podría valorar la propia adhesión al dharma y la bondad del testimonio propio por el “éxito” de la estructura comunitaria de la que se es responsable. Sé de lo que hablo, he sido responsable de dojo y de comunidad con residentes durante más de veinte años. Pero, por fortuna, el florecer del dharma no depende de nuestros esfuerzos y el éxito no es un criterio de valoración sobre la Vía de Buddha, que es constitutivamente una vía de pérdida.
Pienso que el Zen europeo (y también el japonés, pero esa es otra historia y otro discurso) ha llegado a un punto en el que debería pararse. Es el mismo discurso que concierne a la sociedad contemporánea, todo el mundo no habla más que de crecimiento, mientras que la única cosa que habría que hacer sería pararse y cambiar el modelo de civilización.
Pienso que el Zen europeo (y también el japonés, pero esa es otra historia y otro discurso) ha llegado a un punto en el que debería pararse. Es el mismo discurso que concierne a la sociedad contemporánea, todo el mundo no habla más que de crecimiento, mientras que la única cosa que habría que hacer sería pararse y cambiar el modelo de civilización.
Hemos hecho un gran trabajo, como escribía en mi carta, pero ahora corremos el peligro de equivocarnos respecto a nuestro papel. La historia del Budismo y del Zen en Europa es muy joven, apenas ha comenzado. Han hecho falta siglos en China antes de que el Budismo chino se manifestase abiertamente y no veo porqué aquí debería de ser distinto.
Hay un largo trabajo de preparación de la tierra a realizar. Sin preparar como se debe la tierra se puede sembrar, plantar, trasplantar aquello que se quiera, pero nada desarrollará nunca raíces. Nuestra función histórica es la de las lombrices, la de preparar la tierra. La obra de las lombrices es esencial, sin ellas la tierra no sería fértil y el género humano no podría cultivar ningún huerto, ni obtener ningún fruto. Una obra esencial y anónima. Pero la lombriz que hace su parte como debe, no se plantea el problema de cual cultivo crecerá en la tierra que oxigena. No es este su papel ni su problema.
Vuelvo un momento sobre la cuestión, que parece haberte chocado, de nuestra edad cronológica (incluso si tú eres más joven, pero poco importa). Lo que digo no tiene nada que ver con el número de años de práctica zen y de sentarse en zazen, sino con la mentalidad de las personas mayores, que tiende naturalmente a la conservación, incluso si se hace zazen. Son los jóvenes los que deben de hacer las reformas y las revoluciones. Estoy convencido de que no se debería hacer de responsable de un dojo, de un templo, de un monasterio por más de diez años, quince años (veinte, como máximo, en el caso de ser pioneros como nosotros), de otra manera esto se convierte en una profesión, en la imposición de un estilo, en la convicción de ser indispensables.
Por tanto mi “propuesta” es simple y concreta: parar la máquina, bajarse, contemplar atentamente el paisaje, sentarse allí donde se esté. Nada se perderá del trabajo hecho.
Me preguntas dónde se formará la nueva generación y cual es mi propuesta concreta para formarla. Respondo: allí donde sea que las personas vivan. No hay necesidad de un monasterio para recibir una buena educación, la vida la proporciona mucho más que la regla de un lugar cerrado. Y en el fondo no es una cuestión de “formar”, yo he usado este término y quizás no es la palabra adecuada. No existe, afortunadamente, un modelo de hombre o mujer zen que sirva de molde para “formar” las personas de la nueva generación. Se formará sola. Es suficiente indicar, antes que nada con el ejemplo vivo, cuales son los instrumentos usados desde siempre para la propia formación: zazen, profundización, honestidad.
Vuelvo un momento sobre la cuestión, que parece haberte chocado, de nuestra edad cronológica (incluso si tú eres más joven, pero poco importa). Lo que digo no tiene nada que ver con el número de años de práctica zen y de sentarse en zazen, sino con la mentalidad de las personas mayores, que tiende naturalmente a la conservación, incluso si se hace zazen. Son los jóvenes los que deben de hacer las reformas y las revoluciones. Estoy convencido de que no se debería hacer de responsable de un dojo, de un templo, de un monasterio por más de diez años, quince años (veinte, como máximo, en el caso de ser pioneros como nosotros), de otra manera esto se convierte en una profesión, en la imposición de un estilo, en la convicción de ser indispensables.
Por tanto mi “propuesta” es simple y concreta: parar la máquina, bajarse, contemplar atentamente el paisaje, sentarse allí donde se esté. Nada se perderá del trabajo hecho.
Me preguntas dónde se formará la nueva generación y cual es mi propuesta concreta para formarla. Respondo: allí donde sea que las personas vivan. No hay necesidad de un monasterio para recibir una buena educación, la vida la proporciona mucho más que la regla de un lugar cerrado. Y en el fondo no es una cuestión de “formar”, yo he usado este término y quizás no es la palabra adecuada. No existe, afortunadamente, un modelo de hombre o mujer zen que sirva de molde para “formar” las personas de la nueva generación. Se formará sola. Es suficiente indicar, antes que nada con el ejemplo vivo, cuales son los instrumentos usados desde siempre para la propia formación: zazen, profundización, honestidad.
Zazen es zazen, la profundización es el estudio de la enseñanza budista y de nosotros mismos, la honestidad es espiritual, intelectual y comportamental, y yo creo que se aprende mejor intentando vivir según el dharma en la sociedad que en un monasterio.
Se vuelve por tanto a la cuestión del estudio y de la relación con el Sōtō-shū japonés. Si de verdad los japoneses están interesados en el desarrollo del futuro Sōtō Zen europeo, y no solo en reproducir en Europa la copia de su pésima institución clerical, deberían utilizar el dinero, que tienen en abundancia, para sostener a los europeos que quieran estudiar las enseñanzas budistas, en vez de desperdiciarlo en proyectos insensatos, como el de edificar un senmon sodo japonés en Europa, como pretenden hacer en los Estados Unidos con un proyecto absurdo y vergonzosamente costoso, para “formar” según el modelo japones a los sacerdotes zen occidentales. Eso sí que sería un triste fin para la historia del zen occidental.
Me excuso por haber tomado prestado tu tiempo para leer esta larga carta, concluyo aquí y de aquí en adelante me callo, aquello que tenía que decir lo he dicho repetidamente.
Un fraternal saludo.
Jiso
Se vuelve por tanto a la cuestión del estudio y de la relación con el Sōtō-shū japonés. Si de verdad los japoneses están interesados en el desarrollo del futuro Sōtō Zen europeo, y no solo en reproducir en Europa la copia de su pésima institución clerical, deberían utilizar el dinero, que tienen en abundancia, para sostener a los europeos que quieran estudiar las enseñanzas budistas, en vez de desperdiciarlo en proyectos insensatos, como el de edificar un senmon sodo japonés en Europa, como pretenden hacer en los Estados Unidos con un proyecto absurdo y vergonzosamente costoso, para “formar” según el modelo japones a los sacerdotes zen occidentales. Eso sí que sería un triste fin para la historia del zen occidental.
Me excuso por haber tomado prestado tu tiempo para leer esta larga carta, concluyo aquí y de aquí en adelante me callo, aquello que tenía que decir lo he dicho repetidamente.
Un fraternal saludo.
Jiso
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Traducción: Roberto Poveda Anadón
Fotografía: Ruinas del poblado minero de Rodalquilar. Roberto Poveda
Jiso, en esta segunda carta afina y delimita aún mejor que en la anterior tanto el problema como su propuesta de dirección. Los que me conocen en la práctica creo que saben que me encuentro en clara sintonía, lógicamente con algunos matices, con todo lo que Jiso expone. Sinceramente no creo que estas palabras, aún viniendo de alguien que ha conocido, vivido y representado a la estructura Soto zen japonesa, tengo ninguna repercusión entre los “líderes” actuales del zen europeo. Pero a mi me valen, y con toda seguridad también a algún, a algunos otros le vale. Así que bien está que se expresen, bien está que se reproduzcan, bien está que se comenten y entonces ya se verá que ocurre en el futuro.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Alfonso. Espero que no esté haciendo todavía demasiado calor por tu tierra... aunque para el calor ya sabes, sombrita, regar el suelo y un buen gazpacho fresquito.
ResponderEliminarYo también estoy convencido de que no solo esta carta, así como la anterior, no tendrán ninguna repercusión entre los "lideres" actuales del zen europeo; más bien estarán encantados de que Jiso haya desocupado por fin el cargo que ostentaba y dejado así de dar por saco pudiendo continuar tranquilamente con su negocio. La mayor parte han convertido el zen en su forma de ganarse la vida (económicamente, o narcisisticamente) y su amor por lo japonés no creo que llegue hasta el harakiri.
Las palabras de Jiso si ya eran antes claras, ahora son además muy concretas. Respecto al futuro la labor que toca, que nos toca es la de prepararlo, es decir la de hacer humildemente el trabajo de las lombrices y despreocuparse del futuro. Labrar el futuro es, en realidad, labrar el presente, aquí, ahora, allí donde cada cual esté.
Y labrar, ser lombriz nos recuerda Jiso que no es otra cosa que: 1) zazen, 2) estudio del budismo y de sí mismos y 3) honestidad espiritual, intelectual y comportamental. Todo lo demás, los trajes, los horyoki, el arroz pasado, las carísimas campanas y tambores de importación, las jerarquías, los cargos y roles absurdos, la desvirtuación del zazen de Dogen (que es fundamentalmente una práctica del silencio exterior e interior) violando ese silencio con ese extraño invento llamado kusen que se saco Deshimaru de la manga, la impostación del rol de enseñante zen (en esto Deshimaru, aun siendo un maestro de la mistificación de sí mismo, tuvo predecesores, en el zen notablemente los dos Suzuki, el pequeño y el grande) olvidando que el único maestro es Buda, es decir es zazen, y que todos a partir de ahí somos discípulos, etc., etc., todo eso sobra completamente.
Para sentarse no hace falta más que tener un cuerpo y un metro cuadrado de tierra, no hace falta nadie ni nada más. Si alguien más se sienta junto a nosotros, incluso aunque seamos nosotros los que le expliquemos en un primer momento cómo hacerlo, no está en deuda con nosotros, es él el que no hace un don, somos nosotros los que debemos de estarle agradecidos.
Un abrazo
Aunque en lo esencial estoy de acuerdo contigo. Te ruego que me permitas matizar un par de cosas: Deshimaru no recibió formación como sacerdote zen. Eso le aportaba una gran frescura en las formas. Al margen de que haya aspectos de su “misión” que pueden ser criticados, transmitió en Europa lo esencial: zazen, sampai y kesa. Yo le conocí, fui ordenado por él y no puedo dejar de sentirme profundamente agradecido por haber recibido sus enseñanzas en la práctica. Pero ese agradecimiento no trae aparejado un endiosamiento de su figura y de su “misión”.
ResponderEliminarEn cuanto a lo que dices de : “Todo lo demás, los trajes, los horyoki, el arroz pasado, las carísimas campanas y tambores de importación, las jerarquías, los cargos y roles absurdos, la desvirtuación del zazen de Dogen …” , incluyes cosas que se encuentran a distinto nivel. Para mi los trajes, los oryokis, la gen mai, etc son medios útiles que se pueden adoptar o no. Adoptarlos no le da ni le quita valor a la práctica en si, rechazarlos no le quita ni le da valor a la práctica en si. Perder tiempo discutiendo sobre ellos no es lo esencial y por otro lado las jerarquías, los cargos y los roles son otro tema sobre el que sería necesario una reflexión serena y en profundidad y sobre la que posiblemente estaríamos de acuerdo.
Lo que me preocupa un poco en toda esta discusión es que con gran facilidad se puede caer en un fundamentalismo llamémoslo “anti” que reacciona ante un fundamentalismo “pro”. Yo me encuentro a menudo con personas que ejercen este fundamentalismo “pro” y en ningún caso quiero caer en lo contrario.
Lo que me parece esencial es que se abran las puertas y las ventanas a la reflexión y que todos los practicantes sinceros participemos en libertad dejando como dice Jiso de preocuparnos por cual cultivo crecerá en la tierra que oxigenamos entre todos. Un fuerte abrazo amigo y gracias una vez más por tu trabajo para que esto ocurra.
Zazen, es algo que en todos los budismos (aunque con distintos nombres), se ha practicado y se sigue practicando, desde el instante mismo del despertar del Buda como Buda.
EliminarSampai y zazen, son dos gestos recogidos también por todas las tradiciones budistas. Si se limitan a su aspecto externo no van mas allá de la simple formalidad social (los japoneses incluso codifican el gasho por ángulos, dependiendo de las situación). Si el gasho, o el sampai tienen el sentido interior de un ofrecerse y hacerse uno con la propia vida, que comprende al universo entero, entonces pueden ser incluso practicados sin ningún gesto exterior; yo, por ejemplo, procuro acordarme de hacer gasho interiormente cuando llego al trabajo, exteriormente no lo hago porque en la Comunidad Valenciana con un Benavent -el del caso Imelsa- tenemos bastante :)
Pero que el kesa, o el manto amarillo, o cualquier otro hábito monástico, sea un aspecto esencial, ¿en qué sutra está escrito? Desde siempre la Vía del Budha ha estado igualmente abierta a laicos y monjes. Veamos, por ejemplo, en el canon pali, el Mahavaccha Sutta, en el que el buda reprueba a Vacchagotta su duda respecto a que seguir la via del Buda por parte de los laicos (vestidos de blanco) conduzca al nibanna; recordemos, ya dentro del mahayana, el sutra de Vimalakirti (también vestido de blanco, es decir laico); incluso podemos ver este video http://global.sotozen-net.or.jp/spa/photos_videos/zazen/index.html de la oficialísima y formalísima Soto-shu para ver que esencial, esencial, no es. Si entráis en él, cosa curiosa, parece que incluso allí la postura del loto (hankaffusa/kekafussa) está dejando de ser un "dogma".
La historia del kesa, tal y como se conoce en el zen, es de origen chino y está ligada a valores confucianos, más que budistas, así como también a factores de prestigio monástico y de política imperial. Me dice, quién sabe de estas cosas, que el kesa, su forma, el número de bandas, sus colores, eran determinados por el emperador y que este lo otorgo incluso a cristianos nestorianos. Después en el chan y en el zen se construyo una mitología entorno a este asunto (la anécdota de Huineng, etc.) y Dehimaru llevo esta mitología al extremo, devirtuándola incluso hasta el fraude, pues tratándose de un acto fundamentalmente de carácter administrativo-monástico repartió kesas a troche y moche sin tener autorización para ello. Si pasaba del Soto zen, cosa loable y que muchos japoneses han hecho, podría haber pasado del todo, si en el fondo no pasaba e inconscientemente anhelaba un reconocimiento dentro del Soto zen (cosa que parece llevar a pensar su viaje rodeado de 80 discípulos a Japon) pues debería de haber seguido sus reglas. O dicho con un refrán castizo, no se puede estar a la vez en las migas y en las tajas.
"Lo que me preocupa un poco en toda esta discusión es que con gran facilidad se puede caer en un fundamentalismo llamémoslo “anti” que reacciona ante un fundamentalismo “pro”. Yo me encuentro a menudo con personas que ejercen este fundamentalismo “pro” y en ningún caso quiero caer en lo contrario. "
ResponderEliminar:)
Cuando uno se preocupa por el futuro de las instituciones o bien ocupa posturas fundamentalistas "anti" o posturas fundamentalistas "pro". Cuando uno se preocupa del devenir de la humanidad, su desafío es amar desinteresadamente.
Un abrazo
Sobre lo no caer en ningún fundamentalismo estoy de acuerdo, como expreso después en el hilo general. Sin embargo, preocuparse por el "devenir de la humanidad" es algo que sobrepasa mis fuerzas y, es obvio, las de cualquiera.
EliminarYo, pobre lombriz, si me pre-ocupo de aquello que esta fuera del alcance de mis limitadas fuerzas, como dice Jiso en esta carta, me quedaría paralizado (o soñando, que es lo mismo) y no podría ocuparme de aquello que tengo ante mí.
Si nuestra práctica es sincera e invertimls en ella hasta la última gota de nuestra energía, los límites de nuestras fuerzas cambian constantemente, a no ser que nos creamos una entidad estanca, compartimentada y con existencia independiente.
EliminarSe pueden entender las razones de Jiso, primero porque son suyas, no está siguiendo nadie, porque ha ejercido como monje y ha estado al frente de una institución. Se puede entender que sus conclusiones vengan motivadas por la etapa de la vida en la que se encuentra, -recesión, bajada, descenso, nadir, nada escapa al ciclo-, pero hacer las palabras de Jiso nuestras sin más reflexión sí que puede llevarnos a un fundamentalismo "anti" o "jisismo" que por muy auténtica y depurada que nos resulte no deja de ser la visión subjetiva de una persona que no somos nosotros. Así, podríamos encontrarnos, por ejemplo, a alguien que aún en situación activa laboralmente sigue al pie de la letra la palabra de alguien que ya se encuentra jubilado.
Preocuparse por el devenir de la humanidad es precisamente ocuparse de aquello que tengo ante mí, de mi trabajo, de mis obligaciones, mi familia, mis vecinos, mis amigos,conocidos, etc, sin pre-ocuparme de si son éstos budistas o no y sin pre-ocuparme de si eso me convierte en lombriz de una futura institución o del futuro de mi religión. La lombriz deja de ser lombriz cuando fantasea con lo que pasará en la tierra en la que hace su trabajo.
Todos los títulos, incluso hasta el de "lombriz", vienen de la presunción humana y nada tienen que ver con el amor desinteresado o con el simple hacer de una lombriz en el momento que buscamos darle una trascendencia o significado futuro para una religión.
Un abrazo
Estoy completamente de acuerdo en que ocuparse del universo no es ni más ni menos, ni menos ni más, que ocuparse de aquello que tenemos delante nuestro en cada momento. La lombriz, efectivamente, deja su trabajo de lombriz, en el momento en que se pone a fantasear sobre el futuro posible de aquello que está haciendo. Pero no es de esto, o no es solo de esto, de lo que estamos hablando aquí.
EliminarLo que plantea Jiso no es una cuestión "solo" de Jiso, sino no haría falta que lo plantease, le bastaria consultarlo con su almohada.
Jiso tiene un larga y profunda experiencia de práctica del budismo zen en Japón, puesto que residió y se formó durante cerca de 10 años en un monasterio Japonés; también tiene una larga experiencia como responsable de una comunidad budista zen en Italia, y ademas de esto, por el cargo que acaba de abandonar, conoce detalladamente la situación del Soto zen en Europa, la rama del zen más extendida en Europa, ya que dicho cargo, entre otras cosas,le obligaba a visitar periódicamente la totalidad de centros existentes en Europa, desde Kristiansand (Noruega), hasta Sevilla y a estar en contacto con los responsables y los practicantes de dichos centros. Por otra parte pertenece a la generación con la que el zen llegó a Europa y ha vivido su evolución hasta nuestros días. Además de ser un practicante serio, cosa de la que doy fe por su trayectoria y por lo que le conozco, es también un estudioso concienzudo del budismo zen, como atestiguan sus numerosos libros, conferecnias y publicaciones. Conoce por tatno razonablemente bien tanto en qué consiste la propuesta del budismo zen como camino de liberación del sufrimiento -para algunos, para aquellos que sientan que ese es su camino, no para todos; pues el zen, como cualquier camino de salvación universal, está abierto a todos, pero no es para todos-, como igualmente cual es la problemática colectiva que existe al interior de esta corriente budista en Japón, en América y también aquí, en Europa.
Estas cuestiones, para algunos, para aquello que sentimos también como nuestra esta vía y nos esforzamos en seguirla y practicarla día tras día, bien desde el interior de planteamientos formálmente más ortodoxos respecto a la tradición recibida, bien para aquellos que, aun sintiendo que el camino propuesto por el Buda y por el budismo zen es la referencia guía para orientarse en sus vidas, nos situamos de forma más periferica y crítica respecto a esa ortodoxía formal, son cuestiones que nos atañen personalmente, espiritualmente y vitalmente.
Para quién en cambio no sienta como una vocación personal que el recorrido propuesto por el budismo zen es su propio recorrido, estas cuestiones, más allá de una vaga curiosidad intelectual, le resultarán intrascendentes y superficiales.
Un abrazo
Lo has expresado perfectamente. Lo suscribo. Un abrazo
ResponderEliminarNo creo que Jiso, en estas cartas, ni aun menos en su propia trayectoria personal adopte ninguna posición fundamentalista respecto a las formas, ni en pro, ni en contra. Quién lo conozca personalmente, quien mantenga trato con él podrá atestiguarlo. El Dhammapada, un texto fundamental en el budismo, estudiado abundantemente tanto en los budismos del sur de Asia, como en los extremo-orientales, aunque desgraciadamente todavía poco conocido en Occidente, excepto en ámbito theravada, dice: "Aquellos que imaginan lo esencial en lo no esencial y que ven lo no esencial en lo esencial, no consiguen lo esencial, viviendo en la esfera del pensamiento mal formado".
ResponderEliminarEsta enseñanza, obviamente, hemos de leerla en ambas direcciones, ningún dharma, ni no dharma, ningún fenómeno ni su ausencia representan por sí mismos la Vía del Buda. No es esa la cuestión planteada, por lo menos no es la planteada por Jiso si se lo lee bien, ni lo es tampoco la mía, la de plantear, si esta o aquella institución budista, o esta o aquella forma es adecuada o no desde un punto de vista budista en términos absolutos.
Es sabido que el monacato, los monasterios, la manera de organizar estos, las formas a través de las que muchos hombres y mujeres expresaron su ser budistas, las prescripciones y proscripciones que acompañaban y delimitaban esas formas (como por ejemplo, la prohibición de no dormir en camas altas, la prescripción para los monjes de vestirse de una determinada manera para practicar zazen, la de no comer despues del mediodia, de comer o no comer carne, de que la comida deba de tener o no 5 colores, la proscripcion de sentarse en bancos rellenos de algodon, la de no bañarse antes de 15 días si no se está enfermo, etc.) tuvieron sentido y pueden tenerlo para determinadas personas, si uno está sujeto a determinadas obediencias, si uno viven en un lugar y en una época determinada. Pero, por eso mismo, cuando uno vive en otras circustancias, con otras referencias culturales puede que esas prohibiciones y prescripciones ya no tengan sentido, o incluso que, siendo el camino propuesto por el Buda fundamentalmente un camino de desvelamiento y despojamiento de todas las ilusiones, operen en esas nuevas circustancias en el sentido contrario, en el sentido de crear y de reforzar nuevas ilusiones.
No puedo decir que conozca a Jiso ya que he hablado personalmente con él en contadas ocasiones pero han sido suficientes como para estar seguro de que no es ningún fundamentalista y estoy de acuerdo contigo en que en sus cartas no mantiene ninguna posición que pueda entenderse como tal.
ResponderEliminarSin embargo no puedo estar tan seguro de mi mismo. Es fácil, muy fácil, al menos para mi, caer en posiciones extremas tratando de defender el equilibrio. Por eso para mi es importante abrirme a todas las expresiones del zen. Dejarme impresionar por ellas y tratando de no elaborar juicios de valor permitir que ese contacto "recoloque" una y otra vez mi práctica. No se bien como expresarlo, mi dominio del lenguaje es limitado.
En cuanto al kesa, sin duda tienes razón en su origen y en su historia, pero para mi, en el momento en que Deshimaru me dió el kesa este se convirtió en un elemento esencial para mi práctica. No me preocupa si para otros lo es o no. Un kesa está formado de trozos de tela cosidos. Materialmente no tiene más valor que el que la tela pueda alcanzar, pero yo cada mañana decido libremente ponerlo sobre mi cabeza, sobre mi, en el lugar más alto y entonces convierto ese trozo de tela en algo de un valor infinito.
Dices que Deshimaru no tenía autorización para repartir, yo prefiero utilizar la palabra transmitir, el kesa. Es posible que desde el punto de vista institucional fuera así. Pero yo le di la autorización cuando le solicité un kesa y él la confirmó cuando me lo entregó. Como tu bien dices cuando uno vive en un lugar y en una época determinada las cosas pueden ir en una dirección diferente. Quien sabe.
Que bueno sería que pudiéramos, como alguna vez tu has propuesto reunirnos practicantes con visiones complementarias para encontrar juntos los puntos en común. Quizás algún día sea posible. Un abrazo amigo.
Eso espero yo también. Incluso mejor que reunirnos para hablar, sería hacerlo para sentarnos, en silencio. En el silencio, en la quietud las dicotomías desaparecen, uno ya no es monje, ni laico, ni hombre, ni mujer, ni español, ni japonés, ni viejo, ni joven, ni hábil, ni inhábil con las palabras. Las diferencias desaparecen igual que aparecen, sin afectarnos, sin separarnos de nada ni de nadie.
EliminarPor cuanto se hablé del Kesa, yo soy totalmente de acuerdo con Alfonso. El ser humano es ser simbólico. No tiene sentido pensar deshacernos de toda forma de simbolismo en las cosas umanas, y el Kesa es traje altamente simbólico. Me paso de buena gana del kolomo, de los kimonos debajo, de los tabis y de los kimonos negros por los practicantes ordinarios (que cuestan y no son indispensables, y, peor, dan la impresión que el Zen se límita al dojo.)
EliminarPeró, al kesa, insisto, tengo cariño a el.
Aquello que nos ayude a recorrer la Vía del Buda, y que no nos devíe de esta, es bueno.
EliminarEn el lugar en el que yo me siento cada día en mi casa, hay un pequeño buda de madera tailandes, que para mí, por su historia, por quien me lo regaló. tiene un alto valor simbólico para mi. También en la cocina de mi casa, y en la peana del ordenador de mi trabajo hay dos pequeños buda. Me sirven para recordarme que camino he elegido y quiero seguir.
Pero con lo que no estoy de acuerdo es con decirles a otros que eso (el kesa, o tener un pequeño buda en la cocina) es el "verdadero" budismo, y que si no aceptan esas cosas es por causa de sus egos y que así no llegaran a ninguna parte ni serán "buenos" budistas.
Y también creo importante recordar que, llegado el momento, si fuese necesario, si fuese conveniente para otros, o si más allá de aquello que simplemente son, de aquello con lo que expresamos nuestro amor a la Vía, y que nos recuerda la Vía, si se convirtiesen en objetos irrenunciables de nuestro apego, entonces, si, por nuestro bien y por el bien de otros, habría que renunciar a esas cosas.
Recordemos la historia zen de aquel monje que, en una fría noche de invierno, no habiendo otra cosa para calentar a los monjes que le acompañaban, decidió quemar, tranquilamente, el buda de madera del templo.
Totalmente de acuerdo con Roberto...
EliminarDoy por supuesto que el primer punto en común que tenemos es zazen. Fue un placer sentarme contigo en tu tierra será un placer y un privilegio hacerlo en algún momento en la mía.
ResponderEliminarEl verdadero zen es “sin forma”, por ello penetra todas las formas.
ResponderEliminarForma occidental? forma oriental?; forma con kesha? forma sin kesha?;... se mueve la bandera? es el viento el que se mueve?
Mondo:
Dos monjes, al ver flamear una bandera en el viento, comenzaron a discurrir. Uno dijo: “La bandera se mueve”. El otro le corrigió: “No, es el viento el que se mueve”. Y así continuaron sin llegar a un acuerdo. Hui-neng, el sexto patriarca, se acercó a ellos y dijo: “No es la bandera, la que se mueve. No es el viento, el que se mueve. Es vuestra mente, la que se mueve”.
Aunque ciertamente lo que de verdad importa en el zen, en el budismo, es sin forma, para que ello sea realizado debe de hacerlo a traves de alguna forma, concreta, aunque sepamos que esta es impermanente, condicionada, interdependiente, etc. Es por esto que, aunque sepamos que toda forma está destinada a desaparecer, hemos de buscar cual es la forma más apropiada, en cada momento, en cada lugar, para que cada persona pueda expresar y realizar lo sin forma. Estas formas, aun provisionales y perecederas, a veces adquieren también una aspecto colectivo (y por colectivo entiendo simplemente desde la reunión de dos o más personas, como esta sucediendo aquí y ahora en este debate, hasta grandes sistemas politicos, sociales, religiosos, etc.) y también esas formas colectivas pueden ser más o menos apropiadas, en un momento dado, en un determinado lugar, para unas deteminadas personas para expresar y realizar o bien para obstaculizar lo sin forma.
EliminarAmbos teneis razón pero hay una sutileza, y es cuando esa forma se vuelve social o grupal, o peor aún doctrinal.
EliminarComo dice Roberto, cualquier hecho, hasta la forma de un gato blanco sordo que se llame Tao, puede ser fundamental para actualizar o expresar lo sin forma para una determinada persona.
Y así puede ser perfectamente con el kesa de Alfonso o las posternaciones de Jiso.
Sin embargo, en cuanto conviertes eso en algo "doctrinal" e intentas transmitirlo a otros como "una verdad" a compartir, lo has pervertido completamente. Pues no lo es. Y el riesgo es que creas la idea de que sí, convirtiendo la práctica en un concurso de méritos o cumplimientos anacrónicos, que es lo que parece hoy dia el Zen Soto visto desde fuera (y Jiso parece confirmar) y en que lo "de menos" o al menos secundario o en el mejor de los cosas igual de importante, es el propio auto-descubrimiento.
Tan ridículo es pensar que tiene algo fundamental que ver con el Zen (o preferiría decir el auto-descubrimienito) el adorar un gato blanco como lo mismo ocurre con Kesas y Posternaciones...
Y por tanto instaurar dentro de una doctrina de liberación la adoración a un gato blanco es solo igual de ridículo que instaurar la necesidad de posternaciones o de vestir un Kesa.
Lo cual no significa que una sociedad no tenga que tener unas reglas mínimas de convivencia. Pero lo comentado no es "un mínimo". Por ejemplo la ridiculez de las postraciones "obligatorias" o la obligatoriedad de disfrazarse en público por folclore no son en absoluto necesarias para que Roberto, Infinito, Alfonso y yo podamos convivir, el no matarnos ni agredirnos físicamente probablemente sí.
Ahora bien, si alguien desea posternarse como muestra de la intención sincera y espontánea en vaciar su ego, o adora un gato como muestra de amor por el universo o desea vestir un kesa porque eso le motiva a seguir con sus prácticas y mantiene en él la memoria de su maestro, entonces con seguridad será de ayuda para él seguir con ello y me parecen conductas admirables.
Insisto, como el verdadero zen es “sin forma”, penetra todas las formas. Esto es, cuando nuestro zen (interior) se Realiza en la Vacuidad, sin “pros” y sin “contras”, hace resplandecer cualquier forma que penetra; poco importa si es la forma oriental (clásica) o es una forma occidental (moderna). Personalmente creo que, con el paso de las décadas (y los siglos) el budismo zen japones evolucionará en occidente en sus propias formas o expresiones; lo hará “naturalmente”, sin necesidad de forzarlo, sin prisas, por su propia maduración. Pero sin dejar ser, en lo fundamental, “sin forma” (interior). No hay que preocuparse por ello. Tan sólo confiar, la evolución sabe lo que hace. Ésta ya lo hizo antes, cuando el budismo marchó de la India a China, y lo continuó haciendo cuando viajó, más tarde, a Japón. Y estoy convencido de que sucedió “naturalmente”. Y estos debates, si los hubo, fueron tan sólo residuales. Más propios de practicantes ociosos con una mente agitada, que de practicantes diligentes que han atravesado la médula del zen.
EliminarEstoy de acuerdo. Solo que, conociendolo, conociendome él también a mí y sabiendo cual es mi forma de practicar, y cual es la forma de practicar que propongo a quienes conmigo se sientan; sintiéndolo yo cerca de mí y habiendome él expresado lo mismo, estoy convencido de que Jiso cuando habla de gasho (el saludo con las manos juntas), o de sampai (la posternación budista), está hablando más de una actitud interior (la de entregarse y hacerse uno con la propia vida, con el mundo) y al mismo tiempo de un reconocimiento de que el camino elegido y transitado por él es el del budismo (como gesto exterior gasho es un gesto común a muchas tradiciones y cultura asiáticas y no asiáticas, pero sampai es un gesto específicamente budista) que de la realizacón mecánica de un determinado gesto.
EliminarY creo que lo que Jiso trata en su carta tiene que ver con esto último. Esto es, con la percepción que, probablemente, él haya tenido, en base a su dilatada experiencia, de la facilidad que tienen, en general, los practicantes (occidentales) para embobarse en la superficie la “formas”, convirtiéndolas en mero “ritualismo”, no penetrándolas, no profundizando. No comprendiendo, por tanto, que las cuidadas “formas” que se llevan a cabo en los seshins no son “porque sí”, o porque a alguien se le ocurrió que el zen así es más “chulo”. Sino que la finalidad de éstas, es la de mantenernos “”atentos”” la mayor parte del tiempo posible; con el fin de que nuestro estado interior sea un “continuo de atención” a lo largo de zazen y no-zazen. Si no gustan la “formas clásicas”, el que quiera que use “nuevas formas modernas”. ¿¿Qué debate se hace necesario para esto??. Pero, la “forma”, no en el sentido “ritual”, al modo de una religión ortodoxa más, sino en el sentido que acabo de enunciar -el de cultivar la “atención en la acción”-, es necesaria. Y en esto, creo que el mismo Jiso estará de acuerdo. Pues si no hay algún tipo de “forma”, la que sea cuya finalidad esté en “inducirnos la atención interior durante la actividad" fuera de zazen, nuestro zen, entonces, se convierte en un “zen de zazen”; en un “zen de salón” que NO impregna la totalidad de la Vida.
EliminarBien es cierto, que el debidamente adiestrado, finalmente, prescindirá de toda "forma"; pues su zen, su “simplemente ser”, ya naturalmente y sin esfuerzo se Realiza. Pero esto es otra historia.
Saludos.
Mondo contemporáneo:
ResponderEliminarTaishen Deshimaru se dispuso a comer en un restaurante. El camarero que le sirvió, le reconoció. Esperando el momento apropiado, cuando el maestro terminó su comida, se acercó y, con cierta prudencia, le dijo: “Disculpe que le interrumpa, ¿es usted Taishen Deshimaru?”. “Sí”, respondió. “¿Podría enseñarme el secreto del zen?, preguntó el camarero. “¿De verdad deseas penetrar la esencia del zen?”, respondió Deshimaru. “¡Por supuesto!”, añadió el camarero con entusiasmo. “Entonces, recoge la mesa”... El camarero, perplejo al momento, súbitamente, ¡comprendió!
; )
Muchas personas no quieren acercarse a la estructura eclesial, cuando acuden a un dojo. No quieren política, quieren el Zen, pero no como estructura, sino como forma de llegar a la esencia de sí mismos, y alcanzar la iluminación , el satori o el kensho (el despertar, es otra palabra) Ellos son sinceros, no quieren ideologías. Quieren llegar a la verdad. El Zen puede ser en efecto un camino hacia el despertar, pero aquí ya no se trata del Zen, pues el Zen es simplemente una religión japonesa que ha tomado ese nombre de la palabra china Chan. El Zen no es el Chan. El Chan es lo que los chinos crearon a partir del sexto Patriarca Huineng, y Huineng no solo no tiene el menor interés en la practica del zazen. En su famoso Sutra, lo dice claramente en muchas ocasiones, y hay que rizar mucho el rizo, para decir que Huineng recomienda el zazen, cuando lo desaconseja abiertamente. El Chan que surgió de allí, tomó diversos caminos (pueden leerse en libros) muchos de los cuales desembocaron igualmente en política y desaparecieron. Otros, cual riachuelos de montaña) transcurrieron por bosques apartados, donde los maestros apartados de toda estructura de poder, crearon lo único que puede decirse que es genuino en el Zen (Chan mas bien):El KOAN. El koan es el único invento del Zen. El zazen no es un invento Zen, es un invento del yoga, y uno puede comprobarlo sin dificultad, leyendo o simplemente investigando por Internet. El Zen no inventó el zazen, por tanto. Su invento es el koan.
ResponderEliminarQuerido Daido, te veo un poco dogmático. En la historia del budismo, han existido numerosas formas de practicar esa Vía de Liberación de sufrimiento en la que consiste la propuesta del Buda. Precisamente esta es una de las características del budismo, su capacidades de "hablar" para distintas culturas, en distintos "idiomas espirituales", en distintas épocas, de adaptarse a distintas sensibilidades y distintas personas. Y ello ha dado lugar a que no haya un budismo, sino múltiples, igual que no hay un zen, sino múltiples.
EliminarPor ejemplo veamos lo que dices sobre el zen y el sutra de Huineng. Es verdad que no podemos encontrar que HUineng nombre "shikantaza" en su texto ni una vez, si es eso lo que en realidad querías decir. Shikantaza es, como término, como propuesta concreta de práctica, una "invención" de Dogen, el término no aparece antes en la historia del zen, aunque Dogen atribuye su "invención" a su maestro chino Tendo Nyojo, es decir data, en cualquier caso, del s. XII. Pero lo mismo sucede con los koan, este término tampoco aparece en Huineng. El uso de los koan, tal y como los conocemos actualmente, data del s. XVII, con otro monje japones, Hakuin, mientras que su uso anterior no es demasiado claro, de hecho incluso aparecen en Dogen (si bien con una variante en los ideogramas) y etimológicamente tiene un origen jurídico. Así que en Huineng, ni shikantaza (s. XII), ni koan (s. XVII).
Sin embargo lo que sí podemos encontrar con claridad en Huineng es, por ejemplo los siguiente (mi ejemplar es la traducción de carácter crítico de Laureano Ramirez, Ed. Kairos, que está acompañada del texto original en chino), cito el párrafo 19 (pag. 63): "¿A qué llamamos según esta doctrina, instalarse en la meditación? Instalarse en la meditación, según esta doctrina, significa liberarse de todos los impedimentos y no proyectar el pensamiento hacia ninguno de los mundos del fenómeno. Y meditación es contemplar la propia naturaleza sin perturbación alguna."
Y qué términos, que ideogramas está traduciendo aquí Laureano Ramirez cuando usa la palabra meditación, pues nada menos que "zuo chan" (que es precisamente la pronunciación china de zazen, que es la pronunciación japonesa de los mismos ideogramas), es decir, literalmente, meditación (chan) sentada (zuo).
Pero no era de eso de lo que hablábamos aquí. Jiso, en su carta, hablaba de otra cosa, de una problemática que, para bien o para mal, llevándolos, y llevándonos por buen o por mal camino, ocupa y preocupa a miles de practicantes zen europeos. Y que, sin ser "lo fundamental", es sin embargo también importante discutir, pues esos practicantes, como todos los seres, despiertos o extraviados en la ilusión, son, somos también importantes.
Para decir la mia otra vez, diré lo que occurrio aqui in Francia poco mas de quinze anos atras.
ResponderEliminarDespués de un estudio del Zen que inicio alrededor a 1973, en '98 (creo) hube en el dojo de Montpellier un acontecimiento que podia parecer de poca importancia, que pero rivelo ciertas cosas. El director del dojo decidio de dar su dimision. Era la época en la cual Kosen habia secesionado de la AZI, y pediba a los dojos de alinearse con él. Ese director, pensando que un dojo no debia ser alineado con eso u otro, se niego eso alineamiento. Las disensiones fueron fuertes.
A lo mismo momento, él sentia que algo faltaba en la organisacion. El habia conocido Deshimaru, y no tenia la impresion de que nadie de los "godos" de la AZI fuera en grado de ayudarlo a progredir (asi dijo).
La eleccion del nuevo director fue a favor de un tio, suizo, y a desfavor de una mujer, hincha de You Know Who (Rech); ella nunca accepto la eleccion y hizo de todo para sabotear el nuevo director. Eso, y muchas otras cosas, (a veces pequenitas, pero significativas), mi hicieron ver que mucho de la AZI rodeaba alrededor del poder y nada mas.
Por eso me pusé en contacto con Eric Rommeluere par obtener algunas informaciones que nadie me parecia acceptar decir. Finalmente, fuimos a fondar un forum, la "lista Butsudo", que centralizaba las interrogaciones y las protestas de quiénes hubieron vivido los abusos de poder en el cuadro de la AZI se pudieron manifestar. El miedo que esas suscitieron en los vertices de la AZI los porto a acercarse a la Sotoshu, y a "japonizar" sus functionamientos.
Por eso, habiendo vivido lo mismo in diversas asociaciones, me dié cuenta que toda forma de organisacion, inclusive de las cooperativas u mutuas, es capaz de abuso de poder.
Por eso digo que hay que tener cuidado. La forma que hoy asume la Sotoshu es resultado de su historia. En el inicio de la era de Edo, con el shogunado Tokugawa, el shogun ordeno que todos los Japoneses fueran inscritos en un templo. (Recordemonos que lo mismo existia en la Francia de Luis XIV). Por esa razon, el Zen Soto, preferido de la gente comun, experimento un crescimiento enorme de su audiencia, y para gestirla, debo organizarse. Su estructura de hoy es el resultado de eso.
Al inicio, en Francia, por la voluntad de Deshimaru, la AZI no tenia nada que ver con la Sotoshu: eso no la impidio de tener comportamientos autoritarios, bién antes de su acercamiento a la Sotoshu.
En general, los afectos que tentamos de rechazar por la puerta de delante, sin pero agarrarlos en serio, regresan por la ventana de detras. Asi es por el racismo: no sirve para de decir negros, y irnos a utilizar la palabra inglés "black", como se hace en Francia. Si no se ha quitado el racismo de nuestras mentes, no sirve nada prohibir el uso de palabras dichas "racistas".
Lo mismo por el autoritarismo. En toda forma de organizacion (y siempre habra una forma de organizacion, volens nolens) hay la posibilidad de eso. Eso es lo mas importante, no las formas.
Yo, que recibi el Shiho de mi maestro, Nishijima, digo sin verguenza que soy "maestro zen". Porqué? Porque la palabra "maestro" significa solo uno que se encarga de ensenar. Como saben todos, hay malos ensenantes (mi maestro de lutheria era asi) y hay buenos y toda la gama entre los dos. Yo sé muy bién que no soy un "maestro" en el sentido que escribe aqui Jiso. No hé para nada senoreado el Zen, no soy para nada un ejemplo perfecto de lo que debe ser un ser humano que ha logrado la Iluminacion, y quién lo dirara se espondria a una viva denegacion de parte mia.
Por mi parte también he de agradecerte este testimonio. Aunque, por desgracia, no se si llega a los oídos, y si reflexionan en ello, de los que todavía están abducidos dentro de esa problemática. No dicen nada ¿?
EliminarRespecto a la frase de Jiso de "algunas perlas de Dogen", he de matizar que se trata de una expresión poética; en realidad Jiso es un estudioso (teórico y práctico) de Dogen, probablemente de los más profundos que existan hoy en día en Europa. Si se lo lee más extensamente, sus referencias a Dogen son constantes.
Pegando un vistazo a mi librería encuentro, entre las traducciones y estudios sobre Dogen de la mano ed Jiso: "IIl camino religioso (Bendowa)" (Ed. Marietti), "Bussho, La Natura Autentica" (EDB), "Eihei Doghen, Il profeta dello Zen" (EDB), "I fiori del vuoto. Introduzione alla filosofía giapponese" (con un amplio capítulo dedicado a Dogen. Ed. Bollati Borigghieri), y en este mismo blog se pueden encontrar de su pluma, la traducción desde el japones, con comentarios suyos, de las obras de Dogen "Shoji" y "Zenki".
He señalado lo anterior no porque esté "fascinado" por Jiso, aunque si le estoy agradecido. No es nadie superior a mí, es mi igual, una simple persona, probablemente más dotado que yo para algunas cuestiones y menos para otras, como cualquiera. Sino por hacer simplemente honor a la verdad.
EliminarEl budismo es un camino de liberación de todas las fantasías y fascinaciones del yo, no un medio para construir fascinaciones nuevas ni para quedar encadenado a cosas, a ideas o a personas.
Si, Roberto, digo. Algo 'corto' y sencillo señalando hacia un algo que se ha de contemplar/expresar de manera igualmente sencilla y que, sin embargo, es de fundamental (quizá, compleja) relevancia. Relevancia para la observación y reflexión, para/en la Práctica del hombre zen. Lo ha expresado aquí proulx michel: " [...] toda forma de organisacion, inclusive de las cooperativas u mutuas, es capaz de abuso de poder. Por eso digo que hay que tener cuidado" "[...] Lo mismo por el autoritarismo. En toda forma de organizacion (y siempre habra una forma de organizacion, volens nolens) hay la posibilidad de eso. Eso es lo mas importante, no las formas."
EliminarLas raíces de las prácticas y formas de poder (con minúscula) se encuentran tanto en los individuos, como en las sociedades e instituciones. Sin signo positivo ni negativo: necesidades materiales y psíquicas, por ejemplo: de territorio y de reconocimiento; las formaciones de ordenamiento (u organización) y jerarquia(s) sociales-institucionales. (De ahí que, antropológica y moralmente hablando, lo que desde occidente se ha nombrado "ansia" o "afán de poder" (y, de dominio) ha de ser entendido/comprendido en una perspectiva interrelacionada (v. co-surgimiento dependiente) más amplia que la de la mera constitución y desarrollo del Yo psíquico y de su deriva egoísta en las formaciones socioculturales).
No soy abducid@ por la formación organizativa, o, por la Insitucion Sotozen y su respectiva problemática. Eso, dicho así, lleva una carga un tanto dura y simplista, en relación a monj@s, sacerdotes, practicantes. Aunque suscribo a la (su) lucidez y compromiso con la profundización de lo que ha de ser criticado (es decir, comprendido) transformado y alternado. Y esto último, a más de convocarnos a observación de sí, lo hace en el horizonte de las extensiones relacionales de la Práctica Zen con el dojo, la comunidad, sociedad, cultura y la vitalidad del budismo-zen.
Espero haber logrado indicar en el sentido de que el núcleo del Problema va más allá de la tradición (e institucionalidad) Soto, de la tradición japonesa y sus prohombres en occidente, de la tradición europea, de la herencia y tradición toda. Pero, es claro, de acuerdo, se debe proceder identificando componentes, históricos, ideológicos y doctrinales, etc., responsabilidades particulares, curaciones puntuales, alternacias.
La liberación se hace múltiple y permanente.
Siento y pienso que las contribuciones de proulx michel y de infinitocero en los comentarios apuntan y reconfortan. Paradójicamente, hemos de profundizar la reflexión al mismo tiempo que simplificarla con inmensa sencillez. Y abrazar, aún, el espíritu más genuino y auténtico que perviva en los sacerdotes, maestros y practicantes de las formas institucionalizadas.
L.
Me faltó incluir las siguientes frases. En general, lo acontecido en AZI (en parte conocido a través de cartas intercambiadas y publicadas tanto por Kosen como por AZI misma y por exposiciones de Kosen), aún sus singularidades y particularidades, va más allá del testimonio. Este historiar, por parte de proulx michel apunta, dice, de un núcleo de interés válido para toda circunstancia (historiada o no) y praxis, viva. No exclusiva ni particular de AZI, de Francia, ni de las efectuadas, por la particularidad de una persona, Deshimaru. Así, me permito citarle a él de nuevo, con todo respeto. "En general, los afectos que tentamos de rechazar por la puerta de delante, sin pero agarrarlos en serio, regresan por la ventana de detras." ---- "La forma que hoy asume la Sotoshu es resultado de su historia. En el inicio de la era de Edo, con el shogunado Tokugawa, el shogun ordeno que todos los Japoneses fueran inscritos en un templo".
EliminarPero, como decia muy bien otro "hermano" de Dharma, Brad Warner, el Shiho dice que uno ha sido indicado por su maestro, que ya habia recibido de otro maestro lo mismo, que debia ensenar. Ya decia Dogen que eso fue una carga, y asi es para mi. Esa indicacion, trasmitida pués a través de una larga cadena de ensenantes, no significa mucho. La cualidad de todos se puede solo verificar con la experiencia. Pero, por lo menos, tiene un importante significado: la persona no se ha proclamada "maestro" asi, desde el vacio. Y eso es todo.
ResponderEliminarCreo, segun mi maestro, que hay muchas lecciones en Dogen, y no solo "algunas perlas".
Ciertamente, yo no he conocido nada acerca de esos enredos administrativos que derivan en estructuras de poder; y de haberlo conocido, de seguro que habría salido rápido de ahí. Francamente, siento algo de pena de que estas cosas ocurran en el zen. Porque finalmente, como en la iglesia católica o el islam, corremos el riesgo de acabar siendo todos metidos en el mismo saco.
EliminarY claro que usted no ha de avergonzarse de decir que es alguien legitimado para enseñar zen. Alguien a quien, en consecuencia, se le puede denominar, sin entrar en conflicto semántico, “maestro”. Que usted tenga que pedir disculpas cuando alguien se refiere a usted como “maestro”, es tan absurdo como que el señor X, que imparte clases en la Universidad Z, tenga que pedirlas, también, cuando alguien se refiere a él como “profesor”.
Hasta otra : )
Lo que usted expone es muy claro y cierto; muchas gracias.
EliminarProulx Michel, lo que usted expone es muy claro y cierto; muchas gracias.
EliminarInfinitocero, muchas gracias por su comentario apropiado, esclarecedor, sencillo.
L.
Maestro en castellano indica la capacidad de alguien para enseñar a otro poseindo un título para ello. Bueno, me parece aceptable, si alguien quiere en el zen ejercer de maestro con titulo incluido pues adelante. El problema para mi aparece cuando el imaginario colectivo incluye en la relación maestro- discípulo la subordinación del segundo hacia el primero, la dependencia del segundo hacia el primero. Este estilo de relación favorece, desde mi punto de vista el dogmatismo. Personalmente huyo de los maestros y sólo me acerco a los compañeros de la vía que me tratan como igual y que me acompañan como un buen amigo o a veces como un hermano mayor.
EliminarHola Alfonso, estoy de acuerdo contigo. Ya dije que no es (solo) una cuestión terminológica, sino de lo que se desliza a veces detras de unas u otras termilogías, y que para explicar cumplidamente mi parecer al respecto tendré que hacer previamente un trabajo algi arduo de buceo en las fuentes textuales e históricas.
EliminarSin embargo, a modo de introducción planteaba dos preguntas:
- ¿Qué es lo que supuestamente enseñarían esos "maestros/enseñantes/hermanos/buenos amigos...?
- Si, después de un impulso/orientación inicial al comezar a andar por la vía (ese impuso inicial, ojo, soy consciente que, segun las mayores o menores "capacidades" del discípulo podría durar entre un semana y unos cuantos años) figura que el discípulo debería depoder empezar a andar con sus propios piés. ¿Cómo es que existen discípulos que, despues de 2 o 3 décadas, siguen siendo dependientes de un "maestro" para seguir caminando?. Entiendo que puede haber excepciones, personas con la mollera muy dura a las que les cueste entender las cosas 20 o 30 años, pero la cuestión es que, por lo que he visto, aquí en Europa esa es la situación más corriente, la de encontrarse con discípulos casi viejos, cuyo comportamiento espiritual sigue siendo casi infantil. ¿Porqué esa dependencia generalizada y que no se resuelve nunca.
Creo que es ahí adonde apunta la crítica de Jiso, pues si el budismo no es un camino de liberación, sino de encadenamiento a lo que sea (a nuestro grupo, nuestro maestro, nuestros rituales, nuestras organizaciones, nuestros lo que sea) entonces ya no es budismo.
Gracias por proseguir amistosamente (y dando por tanto ejemplo) con este diálogo, que creo importante para todos los interesados en esta Via (ortodoxos o heterodoxos). Un abrazo
Hay que mencionar aqui lo que muchas veces dijó Brad Warner: lo que, todas veces que el tentó de bajar su propia responsabilidad en un maestro, los dos que el conocí lo rechazarón dicha responsabilidad en la cara, sin acatación. Los maestros que se dejan seducir por obsequiosidad de los "discipulos" ya han parado de ser maestros y se han mudado en dueños.
EliminarYo no quiero para nada ser un dueño. Peró bién quisiera que mi propia experiencia la podian disfrutar otros.
Me recuerdo haber sentado con tigo en Sevilla, hace algunos años, y he tenido la impresión de un señor que ha comprendido algo del Zen. Para mi fue un honor.
Me parece equivocado lo que escribí encima: el "tigo en Sevilla" refería a Alfonso Reino Fernández...
Eliminar>Creo, segun mi maestro, que hay muchas lecciones en Dogen, y no solo "algunas perlas".
ResponderEliminarNo podría estar más de acuerdo.
Gracias por tu (para mi) terrible testimonio de hasta donde puede degenerar la espiritualidad en cuanto se vuelve institución.
Y sin embargo tremendamente sincero y humilde. Muchas gracias.
En realidad no creo que las instituciones degeneren nada por sí mismas. Las instituciones son creaciones de las personas y, en unas determinadas circunstancias y si se hace de ellas un uso razonable, pueden incluso resultar provisionalmente prácticas.
EliminarLas instituciones, en abstracto, no son nada, no existen. Lo que degeneran son las personas, a veces incluso sin darse cuenta.
Cierto, pero las personas degeneran especialmente en las instituciones... por las cuestiones sociales, de poder, económicas, etc...
EliminarTienes razon: las instituciones no degeneran nada por si mismas. A veces son los dirigentes, por sed de poder que las hacen degenerar. Y a veces son los "fieles", porqué hay un cierto goce en el ser esclavo y tener alguién que te indica todo lo que debes hacer en tu vida. Y a veces son los dos tipos que se encontran y hacen degenerar todavia mas rapidamente la institucion.
EliminarPor eso, digo que lo que tenemos en el Zen es solo un reflejo de lo de nuestras sociedades. Hasta cuando los ciudadanos dejararan a los politicos hacer como quieren, tendremos problemas. Es igual en el zen.
Por eso diria que un ensenante nunca deberia ser el director de un dojo. El cumulo de los poderes nunca hace bién a las personas.
El zen es pasado para mi, Roberto, y enredarme en discusiones sobre todos esos conceptos y dogmas, me motiva poco. He escrito un nuevo libro, que puedes encontrar en:
ResponderEliminarhttp://www.amazon.es/gp/product/B00WZKGLTW?*Version*=1&*entries*=0
Ese libro tiene relación con todo esto de lo que habláis. Lo que he leído ahí en esa carta, si que me parece dogmático. Os quedan tres dogmas por quitaros, uno de ellos el del zazen. Es puro dogma, Roberto, lo mismo que el del sampai. Incluso la honestidad seria otro dogma. El castillo de naipes parece haberse venido abajo, pero no enteramente. Quedan tres naipes por caer.
En cuanto al asunto de los kanjis chinos, ya escribiste una vez sobres eso, y me parece rizar el rizo, porque ninguno de los aquí presentes sabemos chino. Lee bien lo que dice, y no lo que tu quieres encontrar. Los eruditos que escriben sobre el zen, lo dicen muy claro: el chan chino no pone el menor énfasis en el zazen. El koan es un invento chino, sin embargo. No lo inventó Huineng, desde luego, pero él pone las bases para que otros den con ello.
Termino con un poema japonés, de Ryokan. Este poema viene de alguien que ha olvidado ya el zen, y estira las piernas. No es el poema de alguien que sigue el dogma del zazen de Dogen.
Mezclada con el viento,
cae la nieve;
mezclado con la nieve,
el viento sopla.
En el hogar
estiro las piernas,
perdiendo el tiempo
confinado en esta cabaña.
Contando los días,
descubro que febrero, también,
llegó y partió
como un sueño.
Lo demás no me interesa ya, en realidad. Os deseo una buena discusión, Los foros son asunto del pasado. Un saludo, Roberto y demás personas. Que os vaya muy bien a todos.
Buena elección Daido. Mis mejores deseos.
EliminarBentornato Daido. Como he dicho ya algunas veces me parece una elección muy loable que uno elija andar por un camino, o por otro, o por ninguno. Ningún camino o no camino es obligatorio. El budismo zen es una elección personal, mía y de este blog, como se aclara arriba en la banda derecha del blog. Eso no es ni bueno ni malo. Para mi es bueno y útil, pero para otro puede no serlo.
EliminarLo único que decía, sobre Huineng, es que los kanji están allí. No hace falta saber filología china, para eso ya está Laureano Ramirez (yo me limitaba a transcribir una nota suya, y no tengo noticias de que Laureano sea practicante del zen, creo que lo que le interesa más bien es la literatura china), yo no se chino pero él es profesor de la Autónoma de Barcelona, y licenciado en Filologóa china por la universidad de Pekín, que digo yo que si que sabrán chino. Que hay de terrible en ello.
Además los kanji para zazen todo, o casi todo el mundo interesado en el zen los conoce (坐禅), y el texto de Laureano viene acompañado del texto del sutra en chino. ¿Porqué te molesta y te irrita eso? No se hunde el mundo.
Bien visto, Daido
EliminarEfectivamente el camino espiritual nos lleva en la forma a morir al mundo y/o ayudar a los demás. Ni para la uno ni para la otro es necesario el budismo zen ni una forma depurada de budismo zen -ni Dogen, ni la "honestidad", ni zazen- en la que desde nuestra presunta e inmaculada honestidad y pureza sin error concedemos carnets de autenticidad sobre lo que es budismo y lo que no.
Todo eso no es más que orgullo espiritual.
Buena suerte en tu camino, amigo
El último capítulo del libro de Daido se titula "Loado sea Dios". El zen ha sido para mi un hermoso sueño, un anhelo surgido de la lectura de "El zen en el arte de los arqueros japoneses" de Eugene Herrigel, el único libro sobre zen que llevo y siempre llevaré en mi corazón. El zen es un tesoro inapreciable de la espiritualidad japonesa, pero la que a nosotros nos corresponde por designio de la Providencia Divina es el Cristianismo al que llevamos impreso en nuestra sangre, aunque lo neguemos como yo lo hice durante tanto tiempo. Los intercambios a que ha dado origen la valiolísima y honestísima carta de Jiso Forzani, estos intercambios me han demostrado la desorientación reinante entre los practicantes del "zen", palabra que pongo entre comillas porque después de tanto tiempo de vivir en este hermoso sueño me he dado cuenta que el verdadero zen es algo que, como occidentales, jamás llegaremos a vislumbrar. Los tiempos que corren indican que estamos en el final del Kali Yuga, tiempo ciclíco en el que se manifiestan las posibilidades más bajas y destructivas. Ante esta situación que ya podemos comprobar con sólo mirar la realidad sin prejuicios y sin temores, sólo nos queda decir con Daido: ¡Loado sea Dios! .....y actuar en consecuencia.
ResponderEliminarPor lo visto el Dios de Daido, el Dios cristiano no está interesado (según dice en su comentario) en la honestidad. A mi no me sirve Jesús, el Cristo, pero en cualquier caso honesto, por lo poco que se, creo que si que era.
EliminarY, por dar un detallito más sobre los libros de Jiso, además de sus textos sobre Dogen, Jiso es autor, en colaboración con el padre Luziano Mazzochi, que también residió durante mucho tiempo en Japón y actualmente se ocupa de la comunidad cristiano japonesa de Milán, de los siguientes libros: "Il Vangelo secondo Marco e lo zen" y " Il Vangelo secondo Luca e lo zen (Meditazioni)".
¿Es que aquí, cuando comentáis, y lo digo con todo el respeto, además de dejarse llevar por las ilusiones, y despotricar si alguien dice algo que no le viene bien, nadie se informa un poquito?
Entonces cuando el padre Mazzocchi ve similitudes en el fondo del zen y el cristianismo está en lo correcto y cuando lo hacen otros es New Age? O es que molesta e irrita aquello que no se quiere reconocer? No se tiene ni siquiera en cuenta la propia información que maneja uno para entender que entre sus propias fuentes también se encuentra lo mismo que ya le señalan otros?
EliminarInteresa el debate o solo interesa escuchar aquello que coincide con lo que creemos que es el camino?
Al padre mazzochi solo lo conozco de manera indirecta, a traves de amigos.
EliminarCon todo, Jiso y el padre Mazzochi, mantuvieron en pie durante bastantes años el centro de Galgagnano, donde ambas prácticas, catolicismo y zen, convivían juntas, de manera paralela. Jiso alguna vez me ha comentado algunas de las potencialidades y de las limitaciones de aquella experiencia. Ese encuentro no lo planteaban en el sentido de que ambas prácticas fuesen lo mismo y llevasen al mismo lugar, sino al interior de un marco del diálogo inter-religioso (que no es lo mismo que un totum revolotum).
Supongo que, respecto a estos temas, igual que respecto a otros, se malinterpreta mi posición, o bien que existen prejuicios respecto a la misma. Estos días estoy, por ejemplo, leyendo a Simone Weil, un judía conversa al catolicismo que fue exponente del más alto grado de mística a comienzos del ss. XX, y que murió durante la segunda guerra mundial mientras colaboraba con la resistencia francesa. Es una autora muy interesante e inspiradora, incluso superficialmente podrían encontrarse similitudes entre lo que dice y algunos aspectos del budismo. Por ejemplo cuando equipara la plegaria a un práctica de la atención. Existe incluso alguna cosa que alegrará a aquellos frecuentadores de este blog de espiritu libertario; como cuando dijo que "estaba más dispuesta a morir por la Iglesia que a entrar en ella". Recomiendo su lectura, que a su vez me fue recomendada por Mauricio Yushin, e igualmente en el último texto de Jiso, que acabo de traducir y aun no he publicado, Jiso la cita; si bien distingue con claridad cual es la posición general de las religiones del libro (judaísmo, cristianismo e islam) frente a la cuestión de la naturaleza y la gestión de los recurso naturales, frente a cual es la posición budista al respecto (diametralmente opuestas, por cierto). Es un texto que ha escrito hace poco para un encuentro cuyo título era "Condividera la natura, condividere recorsi".
También estos días estoy leyendo otro libro de ámbito cristiano, si bien en este caso pertenece al cristianismo ortodoxo oriental, llamado "Relatos de un peregrino ruso". Es un texto, al parecer, muy estudiado por los monjes del monte Athos, si bien su protagonista es un laico ruso herrante (al parecer la práctica del peregrinaje era habitual entre los ascetas y místicos rusos). Este libro trata sobre la oración de Jesus, la práctica central del hesicasmo. Me están sorprendiendo gratamente las similitudes (superficiales) que existen entre lo que el peregrino describe de su practica y algunos aspectosdel budismo. Incluso en el mismo libro (tal vez desconociendo el peregrino que el budismo, en India, fue anterior 6 siglos al nacimiento de Jesus; mientras que las tradiciones relacionadas con los Vedas se basan en textos en algunos casos de mas de dos milenios antes de Jesús) se llega a leer que lo que practican en India los monjes es una "degeneración" de la oración de Jesús.
Sin embargo, que estas lecturas, sean gratas e inspiradores, no quieren decir que la práctica del peregrino, la oración de Jesus, y mi práctica, el budismo zen, sean lo mismo y lleven al mismo lugar. Son diferentes.
Por señalar solo un aspecto crucial de esas diferencias, que tiene que ver con la intencionalidad de cada práctica y el flujo interior sobre el que cada una se sustenta (es decir que es lo que, más allá de las coincidencias superficiales, las mueve interiormente y hacia donde se dirigen), y tomando una analogía derivada de Japon, diría que mientras que el budismo zen se basa en lo que los japoneses llaman "joriki" (confiar en las propias fuerzas) propio del zen (esto lo dicen los japoneses, no yo), el hesicasmo se basaría en "tariki" (confiar en el poder del otro), propio del amidismo y por analogía del hesicasmo ortodoxo cristiano. Yo no espero renacer en una Tierra Pura, ni ser recompensado en el cielo por mis buenas obras, mientras que ellos sí.
Ya otro a quién sirve un amigo imaginario...
ResponderEliminarPor lo que veo existen varios comentarios en relación a la cuestión de: "¿existen o no existen los maestros zen"?.
ResponderEliminarMi tesis es que los Maestros zen (las mayúsculas son intencionales), y en general los Maestros budistas, no existen, que, en el caso de los Maestros zen, se trata tan solo de una calificación administrativa al interior de instituciones (formales o informales) que se rigen por una moral confuciana, que no budista.
Con ello no estoy diciendo que, en el camino recorrido por un prácticante budista, no puedan existir personas que sirvan de ayuda en ese camino, es decir que puedan servir de impulsores, estos existen y provisionalmente podemos otorgarles el papel de enseñantes. En mi caso hay por lo menos 4 personas que perfectamente podrían entrar en esa categoría.
A estos, yo prefiero denominarles, con una denominación antigua, "kalyanamitra" (con unas humildes minúsculas en este caso), que traducido quería decir "amigo espiritual", o, si se quiere, hermanos del dharma, o hermanos mayores. No se trata tan solo de una cuestión terminológica intrascendente, creo que el asunto es de mayor calado y que confundir las cosas en este sentido puede llegar a arruinar la vida de las personas hasta dejarlas espiritualmente estériles.
Es algo que creo de suma importancia matizar con cuidado, y no por razones historiográfica, sino espirituales.
Puede que en un futuro, tal vez no muy lejano, me anime a profundizar y definir mis ideas en este sentido, y escriba algo al respecto. Pero ello requerirá por mi parte sondear en aspectos histórico, del confucianismo, clásico y legista (neoconfucianismo) chino, de su asimilación japonesa, del budismo mahayana extremo-oriental y sus relaciones con el poder imperial y la organización social. Hay bastante trabajo previo a hacer para, por mi parte, no decir tonterías simple fruto de un calentón.
El "kalyanamitra" impulsa el proceso, el caminar espiritual de quien lo sigue en el camino, pero después el caminante ha de caminar con su propias piernas. Si no no se mueve de un punto inmóvil, fascinado, alienado en una fantasía vacía.
Por el momento dejaré dos preguntas en el aire:
- Que es, que cosa concreta, sería el contenido tangible de la supuesta "enseñanza" de ese supuesto "MAESTRO zen".
- Si, en todo caso, ese enseñante, si es algo sería un impulsor del camino, ¿cómo es que existen en Europa practicantes del zen que, después de 20 o 30 años de práctica junto a un denominado maestro X, todavía no son capaces de caminar solos. Y de estos, desgraciadamente, existen miles.
Es de ese problema del que está hablando Jiso en la carta. A quienes no les interesen esas personas, a quienes no les despierte compasión ver tantas vidas arruinadas, no se qué sentido tiene participar en este debate.
La carta de Jiso va dirigida a quienes podría (o debería) interesar el destino de esas personas. Y a intentar identificar los problemas y aventurar posibles soluciones al respecto. A quienes no les interese la práctica del zen (más que como curiosidad espiritual) no tiene mucho sentido su participación en este debate, puesto que no es su debate.
Y en cualquier caso, respecto a todas aquellas personas a quienes este debate si les concierne, no es ni compasivo ni les va a ayudar lo más mínimo decirles: "Yo SI que estoy en posesión de la verdad absoluta sobre la realidad del zen, aunque no lo practique, y vosotros que, bien o mal, sí lo practicáis, solo sois unos imbéciles". Esa actitud no ayuda a los practicantes, equivocados o no, del zen y creo que tampoco ayuda al que la sostiene.
Uffff : ) ... ¿No te cansas de tener que tener siempre la razón?... ¿Qué hay detrás de esa necesidad imperiosa de decir, siempre, la última palabra? ¿Acaso, zen?... ¿Quizás tu conducta no se está pareciendo a la de esos Maestros dominantes (la mayúscula es tuya), contra los que tanto cargas? ¿No te sientes tú, en lo más hondo de tu subconsciente cohibido, Maestro del grupo de la cañada al que das instrucciones para meditar?... Todo ello son, realmente, preguntas retóricas. No para que las contestes aquí, sino para que te las contestes tú a ti mismo en la intimidad de tu zazen.
ResponderEliminarUfff.., infinito cero, que estas siendo injusto y cargoso en éste comentario me es evidente. Y en la continuación, tu comentario siguiente. Por la intensidad y forma de juicios que tienen un viso de lo que, quizás, pretendías criticar o, mejor, confrontar: una posesión de verdad. Dos ideas encuentro en éste que conducen a la equivocación...
EliminarPor efectos de "selección de perfil" se ha borrado esta mi réplica o comentario a su misiva; no poseo el tiempo para reescribir ahora mismo. Conforme con que así haya sucedido esperaré a escribir en un otro momento, lo que hallo más prudente en tanto que sincero humilde 'aporte' y gratitud hacia la labor intelectual y difusora de zen de Roberto Poveda, cuya actitud básica es la del Practicante, así lo trasmite, así lo he comprendido y puedo decir aquí y ahora.
Lejos estaría de mi persona cualificar, calificar, afirmar que no existen los frutos de zazen en Roberto Poveda. Ni en usted, no hay expresiones que ameriten hacer tal. Creo que usted debería matizar su visión, y su crítica. Aunque éstas últimas palabras que con atrevimiento le dirijo, son retóricas, tambien, en el mejor de los sentidos. Y reflexivas, en el aún mayor de los sentidos.
Las palabras contradictorias hacia el ego, muy a pesar de las sabias y espirituales intenciones, de quienes hayan logrado entrever y/o practicar su significación, a menudo suelen aparecerme manidas hasta el punto de que pierden sentido, dirección, logros. Bien, este es casi que 'otro tema' y sin embargo, si bien encuentro justo y conducente su reflexionar, las palabras, no manidas, con las que usted habla de la necesidad del maestro como de la existencia de los don egos, no veo la relación tan directa (y, de necesidad) entre una labor que ha de sostener razones eventual o sostenidamente si ella lo requiere y las negativas acechanzas de un dominador, devorador de todo, Ego. Que esto que digo no os parezca ingenuo, ni ignorante por completo (se que sucede); se lo que digo y por qué y para qué. (Medien kenshos o no, no sé decirlo ahora, media sí una existencia comprometida en no ego, porque sí, sin caballito de batalla).
Estimado Infinitocero, en mi zazen procuro no plantearme preguntas y rspuestas, no establecer diálogos interiores. Mi mente en ese momento es un templo y me esfuerzo por mantenerlo silencioso y limpio. Respecto al grupo yo no doy instrucciones, medito de cara a la pared, como los demás y los roles, como tocar la campana para marcar los tiempos de meditación, o incluso a veces el corregir la postura de alguna persona nueva, lo hacemos por turnos. Es un grupo de iguales, ni allí ni aquí soy maestro de nada.
EliminarDices, más arriba: “...y sabiendo cual es mi forma de practicar, y cual es la forma de practicar que propongo a los que conmigo se sientan...” Entonces, alguna instrucción sí que das. Y, matizando, si las citadas instrucciones no las das tú solo, sino que las da, en igualdad de condiciones, todo el grupo, entonces, se hubiera hecho necesario que precisaras diciendo, “la forma de practicar que proponemos a los que con nosotros se sientan”. Por tanto, ¿acaso esa frase tuya no sea una especie de “acto fallido” de tu subconsciente cohibido, al que has cerrado la puerta y se ha escapado por la ventana? (En cualquier caso, es sólo otra pregunta retórica... Te deseo un buen camino en el Dharma)
EliminarPor cierto, jamás he llamado a mi enseñante, “maestro”. Y él jamás ha solicitado que me dirija a él con ese apelativo. Él mismo se autodenomina “amigo/acompañante”. Y si me quedé a su lado, fue porque desde el primer momento se cuidó de que yo mismo no cayese en una relación de dependencia enseñante/aprendiz. Me dijo: “Te enseñaré zen. Pero has de saber que cada uno tiene su vida. Tú la tuya y yo la mía”. Si he entrado en alguna medida en el, al menos curioso, debate este de “maestro/no-maestro”, ha sido por escarbar que hay detrás del rechazo, casi visceral, a la dichosa “palabra”. En mi corazón, siento que ese hombre humilde, siempre modestamente vestido al modo occidental, es un gran maestro.
Sí, en efecto, alguna instrucción doy, es precisamente aquella que más me ha servido a mí personalmente y es tambien la que he recibido también de quien más me ha aydudado desde el punto de vista espiritual (aunque a veces doliera y se hiciese cuesta arriba) y es: "Si quieres recorrer este camino deberas de hacerlo por tí mismo, yo no puedo hacerlo por tí".
EliminarTus intervenciones, en forma de impecables discursos, están repletas, sin duda, de erudición acerca de los textos y de la historia del zen, y del budismo en general (yo no sé nada de todo eso); y seguro que tienes conocimientos para escribir ese libro que dices, y más. Pero estas homilías tuyas, como las de cualquiera que “reflexione” sobre zen, son como la fotografía hecha con la mejor de las cámaras al más hermoso de los prados, en ella no puedes “oler las flores”. Del mismo modo, no hay “perfume” a zen en tus palabras (“reflexivamente” hiladas una detrás de otra).
ResponderEliminarY esto es así, intuyo, porque tu zazen no da frutos. En contraposición con tus, seguramente incontables, lecturas, que sí que los da. Y si tu zazen acaso los diera, inmediatamente, los digiere tu ego. Ésta es una de las razones por las que, al principio y a lo largo del camino, necesitamos un guía legítimamente formado. Porque el ego, siempre está ahí acechando y se termina apoderando de los resultados de zazen. Y cuanto más avanzamos, secuestra nuestros avances cada vez más sutilmente, sin que nos demos cuenta. Y ahí es donde el... no diré “maestro”, que le tienes inquina a la palabra... donde el no sé qué éste que has escrito más arriba... la cosa esa ilegible... cómo era?... bueno, da igual... pues, ahí es donde “ése” entra en juego para darnos continuos “toques” y que, de esta manera, caigamos, una y otra vez, en la cuenta; en la cuenta de cómo nosotros mismos nos tendemos la trampa para que nosotros mismos caigamos en ella. Y si tú, y los que piensan como tú, creéis estar sobrados de talento y no tener este problema, entonces, realmente, vivís una gran fantasía a la que habéis gustado en llamar “zen”; cayendo, por tanto, en la trampa que vosotros mismos os habéis creado. Llevo ya a mis espaldas un profundo satori (a los 33 años, que fue el que me hizo interesarme por el budismo) y varios kenshos, junto con continuos desvíos al ir, como tú, de sobrado por la vida, como para saber de lo que hablo. Y, sí, yo tampoco me pienso avergonzar de haberlos experimentado.
A veces es necesario “meter el dedo en el ojo” para que el ego que hay detrás mirando se vaya a paseo un rato... Y aquí digo “hasta siempre”; no sea que, finalmente, acabe debatiendo acerca de si se mueve la bandera o es el viento el que se mueve.. jaja : ) Fue un placer conocerte, conoceros. He aprendido mucho leyéndoos.
Afortunadamente tengo un guía.
EliminarHe aquí un último mondo. Hay más zen en uno solo de ellos que en todos los debates sobre zen, habidos y por haber, de la Historia (me llama la atención que prácticamente nadie haya reparado, a lo largo de sus intervenciones, en ellos):
ResponderEliminarUn alumno se presentó ante el “Maestro” ; ) Ikkyu para preguntarle: -Maestro, ¿tendrías la bondad de escribirme algunas máximas sobre la más alta sabiduría?- El maestro escribió, entonces, en un papel: -¡Atención!- El alumno, un tanto sorprendido, preguntó: -¿ Eso es todo? ¿No vais a escribir algo más?- El maestro, ante la insistencia del alumno, cogió de nuevo el papel y escribió: -¡Atención, atención!- El discípulo, aún más turbado, dijo: -En verdad que no veo una gran profundidad, sabiduría y agudeza en la que acabáis de escribir- Demostrando su gran paciencia, Ikkyu volvió a coger el papel para añadir: -¡Atención, atención, atención!- El alumno, ya inquietado, preguntó: -¿Qué quiere decir “atención”?- El maestro, pacientemente, cogió de nuevo el papel y escribió: -Atención quiere decir atención-
:)
ResponderEliminar注意: (chuu-i) = Atención!
ResponderEliminarHay gente que comprende pronto, pero a quién hay de explicar muy largo...
Cuando este mondo se haga carne en vosotros, me avisáis.
ResponderEliminarMe gustan mucho los que comentan su un blog esencialmente par decir al autor que no ha comprendido nada, y generosamente ofreciendo su máxima sabiduria a quién no la ha pedida...
ResponderEliminarJe je je...
Cést un bonne maniere, pour moi, pour travailler avec l'equanimite, l'empathie, la compassion, la patience.
ResponderEliminar><((((º> ♫♪♫♪♫♪♫ <
Parece que básicamente aquí hay opiniones a favor de reformar la institución y a favor de prescindir de ella, pero ¿dónde están los defensores de la actual institución?!
EliminarRespecto a maestros no-maestros.
Al final no se elige ser maestro, si alguien quiere considerarte su maestro lo serás te guste o no... :) aunque ni le dirijas la palabra... :D Le pasó hasta a Bodhidharma :D
Y por muchos títulos que tengas, si no tienes discípulos, no eres maestro :D
Y como le decía hace unos días a infinito0 en su blog:
Prefiero hablar de la relación entre dos personas espirituales como de amistad, colaboración, ayuda y compañerismo, da igual el nivel de realización de cada uno.
Pero acepto que otros prefieran la relación al estilo maestro-discípulo. Especialmente si uno es capaz de encontrar a alguien en quién vea esa figura y eso le motiva perseverar.
Pero no porque "hay que tener maestro" y alguno hay que elegir o porque para estar en determinada "sociedad" uno deba tener "supervisor"...
Pero tampoco es exacto contraponer: o maestro o progresión en soledad, aunque esta sin duda es posible (sino nadie habría podido jamás comenzar) aunque difícil. Pues hay muchas otras (infinitas de hecho) formas de relación entre personas.
Roberto, a tu lista de virtudes, me permito añadir la de la humildad: Contestar siempre humildemente e intentando ser consciente de que uno puede estar equivocado y en todo caso ser muy cuidadoso (compasivo) para no ofender a otro con un exceso de prepotencia o seguridad (aunque se tenga razón).
Por cierto es más fácil ver esto:
>Me gustan mucho los que comentan su un blog esencialmente par decir al autor que no ha comprendido nada, y generosamente ofreciendo su máxima sabiduria a quién no la ha pedido...
...en el propio blog que no cuando lo hace uno en blogs ajenos. Quién esté libre de culpa que tire el primer comentario... :) :D
Es cierto que yo tambien hecho en falta más opiniones de aquellos que están siuados "dentro" de las actuales insitituciones soto. Aunque no están del todo ausentes. Alfonso, por ejemplo, es responsable del un dojo zen de la AZI en Sevilla., además de amigo mio en el Dharma. Aun situado al interior de la insitución yo se que sus posiciones son también críticas con la situación actual, lo cual no quiere decir que esté necesariamente de acuerdo conmigo en todo, que no lo está, ni falta que hace.
EliminarMichel Proulx, aun estando fuera de la institución soto, de alguna manera también es partidario de una linea llamemos "clásica", en relación a algunas cuestiones. Y también lo considero un buen amigo en el Dharma, aunque, de nuevo, ello no consista en que tengamos que estar de acurdo en todo.
Por otra parte, aunque no se hayan pronunciado por el momentop, los enlaces a otros blog que puse en la primera carta, y que se habían hecho eco de la misma, pertenecen todos a gente asociada a dojos y centros que estan dentro de la institución soto. E incluso el seguidor de audiencias de esta página, me indica que están habiendo numerosas entradas desde varios paises de sudamerica, desde mexico, desde los USA, desde varias regiones de Francia, y otros lugares, ayer incluso se recibieron 2 entradas desde China y hoy una desde Oceania. La cuestión, por tanto, sí parece importarle a muchas personas repartidas por todo el mundo, y ello creo que es un claro síntoma de un malestar latente en muchas parte respecto al estado actual de este camino que se llama zen... supongo, pues siendo tan específicas las cartas de Jiso, no creo que por ejemplo estén demasiado interesados en ellas los monjes ortodoxos del monte Athos, o los chamanes mejicanos. :)
Otra cuestión es que, aun consciente de ese malestar, muchos que están "dentro" no sepan cual pueda ser el remedio al mismo. Yo, que me considero dentro del budismo zen, pero no me situo al interior de ninguna institución oficial, tan poco tengo esa respuestas. (puede que alguna propuesta al respecto si, pero no La Respuesta).
Respecto a la cuestión maestro/discípulo ya dije que creo eso necesita ser abordado con más calma, con más estudio y en otro momento... y por tanto ahora no la voy a volver a abordar, Formulé, más arriba, un par de preguntas al respecto y nadie al parecer a tenido o sabido nada que contestar a estas. Al respecto adelantaré tan solo que mi postura personal no consiste en ninguna posición acrata, ni en la negación de cualquier tipo de ayuda o de guía... es un poco más compleja y, espero, un poco más seria.
Gracias por tu visita y por el tono amistoso y ecuánime de la misma, un abrazo.
w(__)w B
ResponderEliminarw(__)w D
w(__)w S
Hola: Después de una vida en USA vuelto a Sudamérica me encuentro con este blog y con el relato de retos organizacionales en Europa que yo experiencie en Estados Unidos. Muy útil la expresión y el dialogo. Me comunico porque no encontré "la primera carta de despedida" de Giuseppe Jiso Forzani. Les solicito el link.
ResponderEliminarMuchas Gracias,
Adolfo Aguirre, Valparaíso, Chile
aguirreadolfo.e@gmail.com
Hola Adolfo, bienvenido, el enlace al primer correo es este:
ResponderEliminarhttp://huellaszen.blogspot.com.es/2015/05/carta-de-despedida-como-director-de-la.html
En realidad no creo que el problema sea, o solo sea, "organizacional", las organizaciones por si mismas no son nada, sino que pienso que tiene raíces más profundas: el deseo de pertenencia, la búsqueda de satisfacciones personales, el anhelo por creerse alguien, la instrumentalización de las cosas para conseguir algo de ellas, etc., en definitiva, como siempre, el egoísmo humano manifestándose a través de los tres venenos: el apego, el odio y la ignorancia.