Durante el mes de mayo de 2010 se celebraron en el Fuerte de Bard (Italia) unos coloquios para hablar sobre el tema “La búsqueda y el cuidado de sí mismo” a los que se convocó a una serie de conferenciantes provenientes de distintos ámbitos: médicos, filósofos, religiosos, diplomáticos, periodistas, etc. .
Mauricio Yūshin Marassi, docente en la universidad italiana de Urbino de Antropología e Historia de las Religiones Extremo-Orientales, escritor y traductor budista y practicante del budismo zen, en el cual se formó durante cerca de una década en el monasterio japonés de Antaiji, fue invitado a participar en dichos coloquios.
Publicamos hoy la traducción de la intervención que realizó en dicha ocasión y cuyo título fue: "Solo una imposible empresa puede liberar al hombre en el infinito". Recogemos a continuación algunos fragmentos de la misma, estando disponible el texto integro de la misma en el siguiente enlace.
Mauricio Yūshin Marassi, docente en la universidad italiana de Urbino de Antropología e Historia de las Religiones Extremo-Orientales, escritor y traductor budista y practicante del budismo zen, en el cual se formó durante cerca de una década en el monasterio japonés de Antaiji, fue invitado a participar en dichos coloquios.
Publicamos hoy la traducción de la intervención que realizó en dicha ocasión y cuyo título fue: "Solo una imposible empresa puede liberar al hombre en el infinito". Recogemos a continuación algunos fragmentos de la misma, estando disponible el texto integro de la misma en el siguiente enlace.
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Solo una imposible empresa puede liberar al hombre en el infinito
El budismo no reconoce cualidad ontológica a ningún fenómeno y sobre todo no sitúa a ningún dios en su cielo, más bien realiza todo su esfuerzo con la finalidad de que el cielo, que podemos definir como el cielo del espíritu, quede libre y vacío, privado de ídolos. Y cuando en su larga historia algunas divinidades han sido admitidas en su panteón estas están completamente carentes de cualidad ontológica: hoy quizás haya, mañana quién sabe.
Una de las especificidades estructurales del budismo que le garantiza un lugar separado y único entre las religiones universales es precisamente ese no intervenir con el pensamiento en las cosas de Dios, reconociendo la trascendencia verdaderamente como tal y por tanto no negociable con los instrumentos del pensamiento humano.
[...] Según la visión propuesta por el budismo la existencia de todos los seres, de todas las cosas de este mundo, está garantizada por una serie de relaciones mutables y no por un núcleo permanente, inmutable. En sentido meramente budista la parte importante de este conocimiento es que esto es también el motivo por el que hay sufrimiento, desde el momento en que ignorantes de ello, nos agarramos con el deseo a un mundo impermanente.
[...] De ello se deduce que la búsqueda del sí mismo realmente tiene éxito cuando fracasa, cuando rechazamos todas sus imágenes, todos los conceptos, cuando rechazamos cada objeto del pensamiento que creemos que sería el sí mismo. No hay nada en nuestro mundo, llamémoslo mundo fenoménico o realidad contingente, que pueda ser visto, percibido y por tanto señalado, identificado con el sí mismo, si esto sucediese estaríamos ciertamente equivocados. [...] El budismo es una vía pragmática en la que la solución propuesta es una práctica cotidiana, un trabajo de lo interior que se traduce en un vaciado regenerativo de la vida, según un "cómo" muy preciso, un "cómo" que no está hecho de pensamientos y de palabras.
[...] Para comprender la modalidad concreta de este modo de ser que es un desaparecer hace falta tener una larga experiencia de la práctica base trasmitida desde el Buda hasta nuestros días. Sin embargo a nivel narrativo es posible también explicar de qué se trata, con el fin de que por lo menos con la fantasía se pueda entender.
Aunque esta práctica tenga muchas diferencias y nombres según la tradición cultural al interior de la que se haya desarrollado, existen constantes básicas que permiten generalizarla: se trata de estar sentado, inmóvil, en silencio. Al menos así parece. En realidad el corazón continua latiendo, agitando levemente el cuerpo, la sangre circula, la respiración prosigue originando otros pequeños movimientos. Respecto a qué sucede en la parte no física las cosas son parecidas, el rumor de nuestros pensamientos, a intervalos mas o menos amplios, está presente, y cuando los pensamientos y las emociones se aquietan el silencio más completo está lleno del dinámico fluir de la vida.
Entonces, ignorando todos los movimientos del cuerpo y de la mente, practicar concretamente el tomar refugio en nosotros mismos es desaparecer en el presente vivo.
[...] El budismo ha renacido durante sus desplazamientos a través del tiempo y del espacio, existiendo como consecuencia de ello un budismo tibetano, fuertemente relacionado tanto con el tantrismo hindú como con el Bon, un budismo chino, vinculado al confucianismo así como otro asociado al taoísmo, un budismo japonés, vinculado este último con una estética muy influenciada por el sintoísmo, la religión autóctona japonesa...
La condición del vacío que está unido a la impermanencia es la peculiaridad que hace reconocibles y por tanto fiables a todos los budismos, los cuales se producen en ausencia de una estructura fija. En cierto modo el budismo es como la oruga que aparece y desaparece, y allí donde desaparece hay después una mariposa. Es decir, está obligado a utilizar las estructuras culturales que encuentra porque el vacío intrínseco a todos los entes es también su condición. Así que si el budismo nunca es la estructura en la que aparece, siendo esta contingente, para vivirlo no hay que confundirlo con la forma, con todo aquello que llena el vacío que lo constituye.
[...] Por ello pienso que el Budismo inculturándose en Europa, y en particular en Italia, no podrá dejar de lado este problema, si por un momento se me permite definir a Dios como un problema.
Si sucede como ha ocurrido ya antes durante los primeros 25 siglos de historia del Budismo, el sentido al que nos referimos con la palabra "Dios" encontrará una o más ubicaciones en este sistema religioso. He aquí entonces que dentro de cien, doscientos años, afrontando todavía el tema de la búsqueda y cuidado del sí mismo en la dimensión del zazen donde cada forma se disuelve en el infinito, si mantenemos la firme capacidad anti-idolátrica de lo que al principio de estas palabras he definido como anātman, cuando aludamos a una presencia que nos represente, nos acoja y nos supere se agitará entonces un sentido de lo divino que, parafraseando a Eckhart, nos mantendrá también libres de Dios.
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Mauricio
Yūshin Marassi
Fuerte
de Bard (Italia), 28 mayo, 2010.
Traducción: Roberto Poveda Anadón
Fotografía: Roberto Poveda Anadón
Publicado bajo una licencia Creative Commons
Alguna vez me pregunto ¿cuantas personas de tradición cristiana ya sea explícita o solo implícita hay en Europa practicando zen? No me atrevo a pronosticar si de aquí a algunos siglos también se asistirá a una nueva inculturación (o interfecundación cultural en expresión de Raimon Panikkar) entre budismo y cristianismo. Yo no lo viviré pero sin duda puedo intuir que sería un camino purificador.
ResponderEliminarYo creo que tal inculturación se está dando ya, Jordi, y, quizás, el mejor ejemplo de ello son los esfuerzos que la Sambo Kyodan hace en el mundo occidental.
EliminarLo que ocurre, a mi entender, es que en Occidente el statu quo espiritual arroja un buen caldo de cultivo para todo lo que lleve la etiqueta "sin creencias" pero al mismo tiempo vivimos, pertencemos a una sociedad prematuramente madura o inmaduramente madura, si se entiende el oximoron, en el sentido de que probablemente en Occidente vivimos en la época en la que el pueblo es menos ingenuo en su relación con la religión pero no ha sabido hacerlo sin preservar la entrega y el compromiso que requiere practicar y vivir toda vida espiritual.
Pero hablar de la inculturación del budismo en el cristianismo, por otro lado, parece una solución del pasado, propia entre personas nacidas antes de 1970 para los que el cristianismo aún tenía una fuerte presencia en la sociedad, más aún en países como España o Italia.
Como decía al principio, aunque no se puede negar realidades como la Sambo Kyodan -incluso hasta se podría hablar de una evolución con un buen estado de salud-, creo que en Occidente emerge una nueva espiritualidad de forma espontánea que solamente obtiene el carácter formal de la persona que la practica -siempre que se entrega y compromiso sean honestos- y de su relación con otros y que en tal libre espontaneidad juega un papel fecundo y fundamental Internet. Por muy tentador que sea etiquetar esta realidad de New Age, y meterlo todo en la misma papelera del supermercado espiritual, una mirada atenta y serena nos puede mostrar que aunque la paja pueda ser mucha, el grano puede ser igual de fértil o más aún para el budismo que el cristianismo.
Al fin y al cabo, Francisco de Asis, Meister Eckhart, Teresa de Ávila y tantos otros fueron tildados de "New Age" por la cúpula del cristianismo de su tiempo.
Magnífico texto, Roberto. Gracias por la traducción.
Un abrazo
Una corta anotación respecto al último párrafo del comentario de RaquelSulma. Si se lee la muerte (o el asesinato) de Dios en el ensayo-intervención del señor Mauricio Yūshin Marassi, esto significa que no se le comprendió. Ni al ensayo, en su íntima cohesión; ni al cristianismo - o, la manera como lo relaciona y dilucida, el ensayo; ni a Meister Eckhart mismo.
ResponderEliminarOtra: Mauricio Yūshin M. escribe bellamente. Su traducción, Roberto, es también bella. Muchas gracias. ¡Hermoso ensayo! Tengo problemas con la concepción de la divinidad, o, del 'principio' trascendentes/inmanentes y su identificación con Śhūnya, sin embargo.
Hermoso ensayo. Para detenerse larga, honda, serenamente. Más que racionalizar.
Agradecido por vuestros comentarios, añadiré algunas reflexiones deshilachadas que me surgen al leeros.
ResponderEliminarSobre lo que decís, Jordi y Carlos, en realidad practicamente cualquier europeo que practique zazen ya pertenece (pertenecemos) por definición a la "tradición cristiana", de la misma manera que también todos tenemos nuestras raices en la filosofía griega, en el derecho romano, o en la revolución francesa, por poner solo unos pocos items de aquello que nos constituye como occidentales. Otra cosa es que sean verdaderos practicantes cristianos, o que de verdad practiquen zazen cuando dicen hacerlo, pues el conjunto de los verdadero cristianos maduros, igual que el de los seguidores de la via del buda maduros, es infinitamente inferior al de los que como tales se autodenominan.
Existen también algunos cristianos, que no lo son solo nominalmente o sociológicamente (como se prefiera) sino para los que el cristianismo sí representa la referencia básica y de su vida interior que son también practicantes de zazen (de Enomina Lassalle en adelante). Sin embargo, por aquello que he podido entender y captar de la forma de practicar de estos (y he leido a unos cuantos), en última instancia usan zazen fundamentalmente para perfecionarse como cristianos, es decir como un "complemento" a su cristianismo. En este caso zazen pierde su caracteristica de ser realización en sí misma, convirtiéndose en un medio para conseguir algo, para conseguir otra cosa que ya no es zazen.
No hay nada de malo en ello, puede tener un valor "terapeutico" o servir para "mejorarse a sí mismo", de hecho es así también como practica la gran mayoría de aquellos que hoy en día se pueden encontrar haciendo zazen en un dojo zen; pero eso es algo que, aunque se "parece" a zazen, ya no es zazen, por lo menos si entendemos zazen como shikantaza, tal como propuso el monje japones Dogen, destilando por asi decir el mínimo común denominador de toda práctica budista.
Respecto a lo que decís, Raquel y Blog, en efecto Mauricio no usa el término Dios cuando se refiere a su propia práctica porque Mauricio es un practicante budista (aunque se reconozca enraizado por nacimiento en una cultura de raices cristianas y dialogue con estas raices)y el budismo para proponer el camino de liberación interior que propone nunca ha necesitado recurrir a ningún Dios más que de formas circustanciales y que no afectan a su nucleo.
Tampoco yo en mi vida interior he encontrado nunca un lugar en el que situar ese constructo llamado Dios, resultándome un concepto extraño y ajeno desde que tengo memoria. Ello no quiere decir que prescindir en el caminar interior de una "exterioridad" llamada Dios necesariamente tenga que constituir un camino engreido y basado en el propio egoísmo, pues zazen en lo que consiste es en la construcción, partiendo de lo que somos y sin recurrir a ningun constructo exterior, de un deseo que va más allá de todo deseo producto del ego. Por asi decir se trata de construir un deseo que trascienda el deseo, un deseo de alguna forma suicida.
Y sí, Blog, la divinidad o cualquier otro principio trascendente no sé qué puedan tener que ver con sunya/anatman, son antitéticos, no tienen nada que ver. Precisamente el budismo surgió y se estableció como un camino espiritual diferenciado de otros, como vía religiosa específica para poder dar respuesta a la sed espiritual de aquellos que no encontraban, y que no encontramos, alivio a nuestra sed interior en esos otros caminos. Esa es su razon de ser y es bueno que haya múltiples caminos, pues múltiples somos las personas.
Pero, claro, el significado de las palabras cambia según los contextos, las épocas, las personas, y por ello puede que estemos aqui hablando todos de lo mismo o que estemos hablando de cosas distintas. Así, por ejemplo, para entendernos un poquito mejor, sobre todo Jordi y Raquel que sois los que habéis traído más a escena en vuestros comentarios a Dios: ¿Qué queréis decir cuando usáis esa palabra "dios"?
Dado que a la fecha de hoy se han dado otros más comentarios e intercambios, para mayor claridad respondo aquí a lo que dices respecto a los maestros, Raquel. Aunque no sabría bien a quienes te refieres creo entender que con esa palabra, en plural, dices maestros espirituales e incluyes al maestro Eckhart a quien hemos mencionado.
EliminarConocido precisamente bajo el apelativo -o nombre- Meister Eckhart, le conozco cortamente a través de la lectura de algunas de sus palabras y escritos y a través de las palabras de otros que le han estudiado y/o comentado de alguna manera.
Puedo decir que soy casi-que-ignorante de su enseñanza o magisterio, y de la misma manera lo soy de la literatura teológica y de la literatura mística, en la cual se incribe la vida y obra de Meister Eckhart. Sin embargo, no pienso que tu o que yo seamos ignorantes, ni en la experiencia ni en los conceptos, con respecto a religión y sus enseñanzas, todo lo cual incluye nociones tales como dios o Dios; Jesús Cristo (Dios para algunos, profeta y/o maestro espiritual para otros); monoteísmo; teología; místicas; espíritu o Espíritu, etc., etc. El punto que yo hacía, es el de que 'matar a Dios' (o, la muerte de Dios, como suele decirse) no es un sentido que se halle en el ensayo del señor Mauricio cuando el trata de dios(es)y Dios, cristianismo, divinidad. Y esto, Raquel, Roberto, lectores, de acuerdo a mi sincera humilde comprensión, podría reafirmarlo e ilustrarlo, aunque no solamente con, remitiendo a la lectura del párrafo final del escrito: "Si sucede como ha ocurrido ya antes durante los primeros 25 siglos de historia del Budismo, el sentido al que nos referimos con la plabra "Dios" sentido al que nos referimos con la palabra "Dios" encontrará una o más ubicaciones en este sistema religioso. He aquí entonces que dentro de cien, doscientos años, afrontando todavía el tema de la búsqueda y cuidado del sí mismo en la dimensión del zazen donde cada forma se disuelve en el infinito, si mantenemos la firme capacidad anti-idolátrica de lo que al principio de estas palabras he definido como anātman, cuando aludamos a una presencia que nos represente, nos acoja y nos
supere se agitará entonces un sentido de lo divino que, parafraseando a Eckhart, nos mantendrá también libres de Dios."
Gracias a ti, estimada Raquel.
EliminarSinceramente, L.
Ese infinito no es más que una forma de hablar. Por medio de zazen (quienes lo practicamo... supongo que hay otras vías, por ejemplo aquella de la que tu hablas) vamos más allá de nuestra mente discriminatoria, limitada. En un cierto sentido podríamos llamar a ese salto en el vacío trascendencia. Pero se trata de un uso de la palabra que no esconde pretensiones ontológicas, no precisa formular la Existencia de Algo o de un Alguien Trascendente. Formular ese Algo, como toda formulación, contamina desde un punto de vista budista la claridad y la paz que solo aparece en el silencio.
ResponderEliminarY por cierto, si Mauricio habla de dios es porque está hablando con cristianos, para facilitar la comunicación, no porque ocupe ningún lugar en su práctica interior. Existen y han existido millones de personas para las que asumir una orientacón radical basada en lo profundo no requiere el tener que volverse a ningún dios
Entonces, ¿a qué se debe ese interés en el "Dios" del que hablan otros?
Eliminar¿Atacar?, ¿defender?; no creo que sean esos buenos presupuestos para un dialogo entre dos sentires espirituales distintos. Desde luego no era esa mi intención.
EliminarRespecto al budismo sociológico, de masas, que es efectivamente el más extendido (igual que sucede en otras religiones), me interesa, desde un punto de vista superficial poco y de manera anecdótica, y desde un punto de vista más serio por la cantidad de problemas que genera y ha generado la superstición y el fanatismo a la humanidad. En cualquier caso mi camino, el del budismo zen, ni es ni pretende ser un camino de masas. Precisamente el intento occidental de pretender atraer a las masas a la práctica del budismo de corte zen es un desvario completo, ni budista, ni zen.
Sobre las diferencias entre las distintas vías, hablar de ellas no necesariamente significa juzgarlas, quien soy yo para juzgar a nadie, sino tan solo significa eso, hablar de las diferencias y esclarecer estas. Y fundamentalmente el impulso que me mueve (en mi caso, no en el de Mauricio, que es otra persona, con otra historia y otro bagaje y el sabrá) cuando acepto ese esfuerzo, por ejemplo respondiendo aquí a lo que se va comentando, es en primer lugar para esclarecerme a mí mismo, no para convencer a otros.
Sobre el compromiso con la verdad y con la vida, esto es algo que es un poco aventurado juzgarlo de otros, como es igualmente aventurado ponerse a sí mismo como ejemplo. Pero en cualquier caso, aventuraré, aun a riesgo de ser pretencioso, algo. Yo no solo me siento a practicar zazen, sino que estoy hundido hasta las cejas en las dificultades de la vida: mis compañeros mi trabajo a los que he de dirigir lo mejor que sepa, pues ese es el rol que me toca desempeñar, los 350 jóvenes en riesgo de exclusión social que acuden al centro en el que trabajo, las alegrías a compartir y el apoyo en las dificultades con mi compañera, el sostén material y moral que he de dar a mis hijos, ya mayores y que se encuentran con las dificultades inmensas propias de todo joven español actual, el esfuerzo que he de realizar con aquellas personas que vienen a practicar conmigo zazen y para las que he de intentar ser un referente lo menos malo posible, las relaciones con mis amigos, con mis vecinos, que igual que para todos tienen sus luces y sus sombras y ante las que he de intentar reaccionar de la forma que sea más acorde con mi orientación interior, y no de acuerdo a mi egoísmo y mi capricho, etc. etc. Y todo eso lo recorro probando, equivocándome, aprendiendo día tras día y volviendo a probar, a equivocarme...
No te sientas atacada Raquel, en realidad, no se porque, aunque no te conozco, siento aprecio hacia tí y no es mi intención atacarte. Si encuentras en la idea de un dios y en la oración tu consuelo y tu camino, fantástico, pero no puedes pretender, igual que ni yo ni nadie puede pretenderlo, que tu camino sea el camino adecuado para todos, pues esa pretensión sería peligrosa para tí y, si se tiene el poder suficiente (material o moralmente), también para los otros.
Zazen es muy dificil (imposible m´`as bien) de comprender para quien no lo practica a fondo y con seriedad (no se lo puede equiparar con ninguna idea de lo que se suele entender como "meditación", ni reducir a una especie de gimnasia budista o a una postura física, ni limitar a unos determinados momentos en los que estamos sentados, quietos, en silencio, no tiene nada que ver con eso), y por otra parte son pocos los que de verdad saben en qué consiste; igual que la oración o el abandono en dios son igualmente muy dificiles de comprender para quien no recorre esos caminos ni siente necesidad de hacerlo. Pero ello no impide que hablemos, que hablen las personas, aunque las referencias de su vida interior sean diferentes, entre si y en paz, esto creo que es saludable incluso aunque no seamos capaces de entender lo que el otro quiere decir.
Gracias Raquel. En efecto las palabras, aunque nunca pueden suplir una dimensión distinta, que es fundamental, indecible y que se revela en el silencio, también son importantes y tienen su lugar, este por ejemplo. :)
EliminarPues ya lo he dicho, porque está en territorio monoteísta, hablando con monoteístas, y a los monoteístas les gusta hablar en esos términos y les cuesta entender otros. Se me ocurren también, a vuela pluma, algunos motivos más.
ResponderEliminarCreo que aporta, o por lo menos a mí me aporta, la luz preciosa que pueden ofrecernos aquellos budistas occidentales que junto a una amplia y profunda experiencia siguiendo la vía del Buda aunan un amplio conocimiento y una reflexión profunda (traducida a nuestras propias referencias culturales) sobre qué es lo que propone el budismo, aclarando en ese (en este) ámbito (monoteista) cual es la especificidad de la propia vía, pues es sabido que los monoteistas tienen desde siempre una tendencia a interpretar, reintegrar y fagocitar todo en sus propios términos (si hay algo de bueno, dicen, en la propuesta espiritual del otro, es porque allí ya se encuentran la semillas del Verbo - afirmación que podemos encontrar en multitud de textos católicos).
También existen otras razones. Mauricio es titular de una catedra de diálogo interreligioso en la Universidad de Urbino. La Stella del Mattino impulsó una experiencia de vida monástica, la casa de Galgagnano, en la que se encontraban juntos practicantes budistas (el propio Jiso, monje budista formado en Japón, o Koho Watamabe, ex-abad de Antaiji) y también practicantes cristianos (el padre saveriano Luciano Mazzochi, que residio también durante mucho tiempo en Japón) si bien aquello Jiso acabó cerrandolo al considerar que llevaba a la confusión más que a la luz: por el dogmatismo y la tendencia al proselitismo, incluso inconsciente y bienintencionada, de la parte cristiana, y por la inmadurez y la tendencia a la mitomanía de los practicantes budistas occidentales que allí acudían y que sin una formación seria, profunda y enraizada en la propia vida confundían al zen con sus fantasías.
Los budistas occidentales, en una gran mayoría de casos, tienden a interpretar el budismo no por lo que este es y puede ofrecerles, sino desde su propios parametros interpretativos, desvirtuandolo de acuerdo a su imaginación y a su expectativas, y este acercamiento, ingenuo e inmaduro, está inconscientemente preñado de aquella mochila cultural que llevamos puesta en tanto que occidentales (es decir de la mochila monoteista). Por tanto el acercamiento al budismo, para que sea tal entre nosotros, requiere un trabajo previo de deconstrucción por nuestra parte de nuestras "creencias" automáticas.
También existen razones para propiciar el diálogo interreligioso de caracter, por así decir, de moral o de salud pública. Buena parte de la catastrófica situación actual mundial tiene su origen precisamente en diferencias de caracter religioso. Si bien aquí, y se lo he dicho a Mauricio, quien sobre todo sería urgente que dialogasen sería los monoteistas entre si (que son los que más matan), más que los budistas con ellos (que tendemos a resultar una especie de verso libre), y el papel del budismo en esa hipotética mesa, debería más bien, en todo caso, reducirse al de moderador. Pero bueno, nosotros somos budistas, y si a Mauricio, por ejemplo, le proponen un diálogo en ese sentido, no lo rechaza pues puede servirle a alguien.
Por último, tanto desde el punto de vista social, como religioso, creo que cualquier contribución en la dirección de intentar desidolatrizar la idea de aquello que llaman dios los monoteístas es algo espiritualmente urgente también para la salud espiritual de la humanidad.
En estos textos de diálogo interrelegioso que Mauricio nos ofrece, yo termino aprendiendo más sobre budismo que sobre qué pueda querer decir ese, para mí, extraño concepto de dios. Se lo he dicho a Mauricio y creo, por sus respuestas, que en el fondo no es otra su intención al abordar el esfuerzo de redactarlos. Si no se quiere leer estos textos de Mauricio, si se tiene ya todo claro en lo que atañe al diálogo interrelegioso, siempre podemos ir a aquellos otros que se mueven en el puro ámbito budista, como el luminosísimo Sutra del Diamante.
Oh! Me temo que esta vez por parco y apresurado se confundió mi mensaje, aunque felizmente por otro lado, porque tu respuesta ha sido muy interesante y en ella hay algo ya de lo que verdaderamente quería preguntar.
EliminarPor quien preguntaba realmente por su interés por Dios, era por ti, Roberto, no por Mauricio, y aunque algo has respondido ya en este sentido, me gustaría ver una motivación o interés más desligado del interés de Mauricio. Entiendo su influencia en ti no sólo como natural sino también como positiva, pero cada párrafo, palabra y letra que escribes aquí es responsabilidad tuya y no creo que tal responsabilidad consista en vincular tu motivación al devinir de la motivación de Mauricio.
Pero, en fin, ésto ya es muy personal, y reconozco que estoy bastante satisfecho así que, por favor, para nada te sientas obligado a molestarte en responder.
En cuanto a lo de los monoteistas, es un asunto interesante y da para mucho -si quieres lo tratamos en privado para no desviarnos del tema- pero yo creo que antes de la aparición del alfabeto, las propuestas monoteístas -como la del faraón Akhenaton en el Imperio Nuevo-fueron una sana propuesta de renovación frente a un panteón que, grosso modo, mantenía al pueblo en el infantilismo espiritual. Luego, el declive de la transmisión oral del conocimiento frente al auge de la transmisión escrita junto con otros factores, generó el caldo de cultvio para que el monoteísmo creciese con los atributos con los que hoy connotamos a esa palabra.
Un abrazo
Algo más, Carlos, respecto a tu primer comentario. Cuando dices "hablar de la inculturación del budismo en el cristianismo, por otro lado, parece una solución del pasado, propia entre personas nacidas antes de 1970", estoy en gran medida de acuerdo, aunque yo atrasaría la fecha hasta el siglo XVIII.
ResponderEliminarAlguna vez he comentado con Mauricio que, a pesar de que es frecuente en numerosos foros la discusión sobre las implicaciones de la llegada del budismo a Occidente (y más allá de que en realidad no se puede decir que este haya llegado todavía a Occidente, sino que lo que ha llegado es una distorisionada e infantil pantomima, por el momento casi vacia y vana) en realidad la reflexión importante sería, desde mi punto de vista, la de la inculturización del budismo (y de todo el resto de religiones) en la modernidad globalizada, pues Oriente y Occidente son término que están claramente en vía de perdida de significación. Por otra parte este salto que estamos viviendo, dolorosamente a veces para muchos, a un mundo globalizado, hipertécnico, etc. es algo sin precedentes, ni políticos, ni sociológicos, ni religiosos.
Mauricio me dijo que tenía razon con esa reflexión, aunque como siempre me devolvió la faena, diciendome que me pusiese yo (pobre de mí) al tajo. El, por otra parte, vive en la catolicisima Italia y los italianos, ya se sabe...
"Algo más, Carlos, respecto a tu primer comentario. Cuando dices "hablar de la inculturación del budismo en el cristianismo, por otro lado, parece una solución del pasado, propia entre personas nacidas antes de 1970", estoy en gran medida de acuerdo, aunque yo atrasaría la fecha hasta el siglo XVIII. "
EliminarJajajaja
Sí, como concepto, seguramente es así, pero las personas que responden hoy al problema de hoy -que como bien dices podríamos denominar como la inculturación del budismo en la globalización contemporánea- se podrían agrupar, como hipótesis, entre aquellas que, como venimos comentando, recurren a su pasado cristiano y a sus coordenadas culturales para recorrer la vía budista y a aquellas que, con la misma honestidad intelectual y espiritual que las primeras, recorren su camino al margen de la tradición de las instituciones, respetando su legado, pero comprendiendo que su época esta lejos de situarse en el s XXI. Al menos no, tal y como se entienden ahora.
Un abrazo
¡Uffff!, cuantas preguntas entre tu y Liliana (blog).
EliminarEn estos momentos estoy bastante liado con cuestiones laborales y personales, pero intentaré ir respondiendo poco a poco a medida que encuentre ratitos. Empezaré por esta, que me parece la más simple.
Yo, personalmente, estoy al margen de las instituciones oficiales del zen Europeo, incluida la Stella del Mattino (en la que, por cierto, no existe ninguna forma de afiliarte; no hay afiliados, ni maestros que se las den de Maestros, ni cerificados de ningún tipo, ni centros entendidos como tales, tan solo algún pequeño grupo local de zazen, que se organiza como le parece conveniente, más alguna actividad editorial esporádica, un blog, un premio anual a alguna tesis doctoral sobre cuestiones relacionadas con el budismo y poco más), y tampoco soy practicante cristiano ni creyente en dicha "fe". Sin embargo, más allá del espiritu más o menos libertario o asociacionista de cada cual, en determinadas circustancias (que me parece que no son las de la Europa de ahora) pienso que las instituciones sí pueden tener alguna utilidad incluso de caracter espiritual (por ejemplo, La Stella del Mattino, incluso siendo una asociación que es más bien una no-asociación, creo que si la tiene, por lo menos para unos poquitos como es mi caso).
En cualquier caso, las cuestiones institucionales y colectivas, aunque queramos pensarnos al margen de ellas, consciente o inconscientemente nos atraviesan y nos constituyen a aquellos que vivimos dentro de una determinada sociedad.
Como conclusión, y esto es lo que me parece importante, seamos o no creyentes y practicantes cristianos activos, o incluso también aunque seamos practicantes zen afiliados o no a algún grupo "oficial" zen, lo que si pienso es que aquel occidental que quiera de verdad acercarse y entender cual es la propuesta que hace el budismo zen y si esta propuesta es válida para orientar su vida interior, puesto que aun sin saberlo llegará preñado de condicionates culturales previos, mamados por nosotros desde el nacimiento, deberá afrontar un proceso (a menudo largo, dificil, personalmente costoso e incluso puede que doloroso) de DECONSTRUCCIÓN de estos condicionates automáticos previos...
Y que si no lo hace, probablemente corra el riesgo de confundir el zen con sus prejuicios y con sus fantasías previas respecto a lo que querría que fuese el zen...
El resto de cuestiones, por fa, poquito a poco :)
"Sin embargo, más allá del espiritu más o menos libertario o asociacionista de cada cual, en determinadas circustancias (que me parece que no son las de la Europa de ahora) pienso que las instituciones sí pueden tener alguna utilidad incluso de caracter espiritual (por ejemplo, La Stella del Mattino, incluso siendo una asociación que es más bien una no-asociación, creo que si la tiene, por lo menos para unos poquitos como es mi caso).
EliminarEn cualquier caso, las cuestiones institucionales y colectivas, aunque queramos pensarnos al margen de ellas, consciente o inconscientemente nos atraviesan y nos constituyen a aquellos que vivimos dentro de una determinada sociedad."
Si hablas de una asociación que es una no-asociación, querido Roberto, entonces no creo que podamos meter en el mismo saco a la Stella del Mattino que a las otras instituciones, para a continuación afirmar la necesidad de las mismas, de todas ellas, para satisfacer nuestros condicionantes gregarios y de pertenencia a un grupo, y que también deben tenerse presentes cada vez que recordamos a otro que no pertenece a nuestro grupo cuáles son sus condicionantes y sus problemas.
En cualquier caso, como bien decías, la puesta institucional, o más general aún, en común de nuestra práctica, se realiza de forma espontánea por personas que no tengan pertenencia a ninguna institución ni deseen crearla, conviviendo con sus familias, amigos, compañeros de trabajo, etc, que es donde e desarrolla nuestra vida y nuestra práctica.
La Stella del Mattino, aunque sea como institución experimental o no-asociación si se quiere, persigue un fin como es lógico y normal para que exista y se preserve y es precisamente esa necesidad de crear instituciones para fines religiosos o espirituales la que creo que está en tela de juicio en una época en la que ciudadanis de todo el mundo pueden ponerse en contacto espontáneamente por internet.
Igual los prejuicios generacionales, que no solo los culturales, dificultan ver la posibilidad de la que habla el otro, pero no creo que sea óbice para darse la oportunidad de escuchar y observar dejando tales prejuicios a un lado, en el momento en el que cree en la posibilidad del diálogo entre distintos sentires espirituales.
Por otro lado, completamente de acuerdo con la conclusión. El practicante de zen deconstruye sus condicionantes a cada instante y ese proceso es doloroso y costoso al igual que lo es estar serenamente atento al desánimo y al orgullo espiritual. Si no lo hacemos, igualmente las fantasías y los prejuicios pueden pervertir y confundir el zen...
Un abrazo
También estoy bastante liada con un montoncillo de diligencias que debo realizar estas próximas semanas. Mi dias están...¡uff!... Estaré pendiente de tu blog.
EliminarRoberto, dices: "Y sí, Blog, la divinidad o cualquier otro principio trascendente no sé qué puedan tener que ver con sunya/anatman, son antitéticos, no tienen nada que ver. Precisamente el budismo surgió y se estableció como un camino espiritual diferenciado de otros, como vía religiosa específica para poder dar respuesta a la sed espiritual de aquellos que no encontraban, y que no encontramos, alivio a nuestra sed interior en esos otros caminos." __ Quiero comprender el modo, la vía, el cómo, y, el significado, de una dimensionalidad trascendente que hallo en los estudios y prácticas del budismo zen. Y, en particular, para no salirnos del marco que nos proporciona tanto el ensayo de Mauricio Y. Marassi como tus referencias a ese y tus comentarios, comprender ahondando en algunas expresiones. Así que, apretadamente voy, si no al grano, a las citas: "Una de las especificidades estructurales del budismo que le garantiza un lugar separado y único entre las religiones universales es precisamente ese no intervenir con el pensamiento en las cosas de Dios, reconociendo la trascendencia verdaderamente como tal y por tanto no negociable con los instrumentos del pensamiento humano." (párr. 6 del escrito de referencia). M. Marassi, entiendo, no esta diciendo un ente trascendente, Dios, o Dios persona, y tampoco está diciendo divinidad o divinidades cuando dice " [...] reconociendo la trascendencia verdaderamente como tal". ¿Qué significado posee la trascendencia en esta frase?
ResponderEliminarLo que tengo es interrogantes, más que todo, en relación a éste tópico, Roberto. Y, también, en relación a los significados de religión y de espiritualidad al interior del budismo zen. Pienso tu me puedes señalar en la vía de respuestas. Del budismo dices: 'un camino espiritual', 'sed espiritual' y budismo 'como vía religiosa específica para poder dar respuesta a la sed espiritual'. ____ ¿Qué es un camino espiritual, en tus palabras? ¿Qué es espiritual? ¿Qué espíritu o qué espiritualidad nombra Marrassi cuando nos dice en el párrafo 5 del escrito de referencia 'el cielo del espíritu': "El budismo no reconoce cualidad ontológica a ningún fenómeno y sobre todo no sitúa a ningún dios en su cielo, más bien realiza todos esfuerzo con la finalidad de que el cielo, que podemos definir como el cielo del espíritu, quede libre y vacío, privado de ídolos."
No podría situar experiencia y concepción de trascendencia-espiritual-religiosas en la madurez de mi experiencia de vida ni en mi práctica-estudio del budismo, porque, en realidad, no estoy segura de lo que, al presente, "trascendencia" podría significarme.
¿Un camino interior y su Silencio hallan o no el "trascender"...? - ¿La naturaleza búdica, no es un 'principio metafísico' (el Ser, -no un ente-)?; ¿de alguna manera, trascendente con respecto a "este mundo, contingente"?
(Pido excusas ya que se me pasó por alto que mi nombre, Blog, se apellida liliana).
Hola raquelsuma, no creo que se trate de matar a Dios, ni de conseguir algo. Para expresarlo desde una perspectiva cristiana se puede decir que el Budismo es la unica religión que se toma en serio el primer mandamiento de la ley de Dios; "no tomaras el nombre de Dios en vano". No se trata de idolos se trata de no abusar de los nombres, de que los nombres no te inunden, ni te ahoguen.
ResponderEliminarSaludos.
@Peaton. El budismo no es la única religión...("). Considero hemos de abandonar este tipo de valoraciones discriminatorias injustificables e ignorantes.
ResponderEliminarNo digo que sea la unica religion. Digo k tal vez sea la unica k no toma el nombre d dios n vano. A ver si aprendemos a leer.
ResponderEliminarLa verborrea incontenible es una enfermedad difícil de curar.
ResponderEliminarEntiendo que la paciencia de cada uno en este tipo de diálogos se pone a prueba más a gusto de lo que nos gustaría, no sólo por las miles de veces que lo he visto sino también por las millones de veces que lo he vivido en carne propia.
ResponderEliminarNo está de más recordar en esas ocasiones que por mucha determinación que poseamos en nuestro discurso y en nuestro caracter, nuestro visión de la realidad es limitada y siempre hay algo en nuestra forma de expresarnos que genera confusión y, por supuesto, por mucho que así lo creamos, nunca estamos en posesión de la verdad ni el otro en el error absoluto.
Si además tenemos presente, aparte de a la persona que estamos contestando, a los lectores silenciosos y al autor del blog, seguro que tanto la "verborrea incontenible" como la forma de advertírsela a la persona indicada serán otras muy distintas y probablemente no sólo se hablará de espiritualidad sino que emergerá algo del espíritu que tanto hablamos.
Un abrazo
Tienes toda la razon, no son formas. Tengo un genio de mil demonios, y muy poca paciencia. Pido disculpas. Aunque espero que en algún lugar,en algun tiempo, en alguna dimensión esos comentarios sean de alguna utilidad.
ResponderEliminarLo son, Peaton, lo son. La verdad espera; la única que tiene prisa es la mentira.
ResponderEliminarUn abrazo
Hace tiempo ya que leo tus comentarios, Raquel. He apreciado en ellos profundidad. Sencillez y honestidad. Inteligencia y bondad. Expresas genuino, franco, sencillo, (e inteligente) interés por caminos espirituales. Y aportas. Tienes razón: el ensayo-intervención del señor Marassi,y todos los aportes del señor Poveda, los cuales apuntan al fondo, es lo que, en verdad, importa y lo que es de interés. Así mismo, tienen y tendrán valor -o interesan- los aportes por parte de otros aquellos quienes poseean la voluntad de contribuir en este sentido de profundidad y sencillez. Contribuir a la enseñanzas-y-práctica. Los ataques personales, y las pretensiones de posesión de la verdad no solo desvían de las temáticas de este post, y de la sana discusión (en el buen sentido de la palabra 'discusión'), propician dukkha (tristeza, malestar, fricción). Es bueno vigilar que este post no decaiga en tales desviaciones.
ResponderEliminar(Quizá el señor Peaton se refería a su propias palabras o a todas y ninguna).
Compruebo que durante mi ausencia ha subido el tono de la mutuas interpelaciones descalificatorias. No deseo entrar en el detalle, pero me vienen a la cabeza una observación recogida en Dhammapada, uno de los textos más antiguos y bellos del budismo y que yo procuro no tener nunca demasiado lejos:
ResponderEliminar[5] La enemistad nunca puede ser disipada
por medio de la enemistad;
sólo puede ser disipada por medio de la bondad.
Ésta es la ley eterna.
Que cada cual se la aplique como mejor le parezca.
Paso ahora a la cuestión que planteó Liliana (desde luego un nombre mucho más bello que Blog) relativa al termino "trascendencia". Este término, ciertamente, no aparecen en el budismo, es un término que, por extensión, es usado por el autor tomándolo prestado del vocabulario occidental; y es usado por un occidental que habla a occidentales para hacerse entender, para dar pistas sobre un movimiento interior, no para formular ninguna existencia separada y permanente.
El término "trascendencia", derivado de trascender, puede ser usado de dos maneras, una de acuerdo a su significado habitual (Drae 4; "ir más allá de algo"), y otra de la forma en que este término de origen latino fue apropiada por el cristianismo y que le añade una connotación ontológica. El uso que este término tiene en el budismo, y también si se quiere en el texto de MYM, es el primero, sin añadiduras ontológicas. Hablamos de trascendencia porque el despertar significa "ir más allá" de aquello que es producido por nuestra mente discriminatoria, por nuestros pensamientos y por las preferencias y rechazos por el producidos, pero a este ir más allá, sin embargo, insisto, no se le otorga ningún valor ontológico. En el budismo se dice que la solución al problema del sufrimiento no está entre las cosas de este mundo [entendiendo: 1) "mundo" como "Samsara"; 2) Entendiendo, en la anterior acepción de samsara, "samsara" como algo separado de "nirvana", es decir, convirtiendo también al "nirvana" en esa acepción en un algo]. Pero al afirmar esto no se está (y esta diferencia es muy importante, por ejemplo a la hora de separar este camino espiritual de otros) afirmando un más allá de este mundo, sino un más allá de nuestra naturaleza egocéntrica y egoísta; si se quiere lo que se está afirmando es, en todo caso, un más acá de este mundo, no un más allá, otro lugar, ni un tiempo futuro. Esto no tiene nada de esotérico, ni de metafísico, de la misma manera que el latir de nuestro corazón (o su eventual cesar de latir), o la tierra que nos sostiene y que gira alrededor del sol no tienen nada de metafísicos, son hechos de una importancia vital para nosotros, son partes fundamentales de lo que en este instante somos, y sin embargo se producen más allá de las elecciones y rechazos de nuestra mente limitada.
El budismo no plantea afirmaciones de ningún tipo relativas a qué puede haber allí donde no sabemos, deja este vacío que el pensamiento y la imaginación tienden a rellenar con multitud de cosas, como lo que es, como un vacío de saberes positivos, como un más allá de lo decible... pues el instante, el único lugar donde realmente somos y desaparecemos junto a todo el universo que aparece y desaparece a cada instante, no es algo aprehensible con la palabra, en el momento que hablamos de él ya ha pasado. Por eso el budismo no trata de un "qué creer" para llenar ese vacío, sino de un "cómo hacer" para penetrar en ese vacío y comprenderlo con todo lo que somos: mi cuerpo, el mundo que me constituye y que yo constituyo viviéndolo, y también, en alguna parte de ese mundo, mi pequeño yo que, renovado por la práctica del no aferrar, deja de ser mi amo para convertirse junto con todas las otras cosas en una herramienta más de liberación.
Ese "cómo", que no es un "qué" (y por lo tanto no es reducible a una "técnica", ni a un "ritual", ni a una determinada "postura del cuerpo", ni a una especie de "gimnasia mental", aspectos todos ellos describibles, circunscribibles y por lo tanto limitados) en el zen es depurado hasta su grado máximo de simplicidad y su nombre, si hemos de darle desde fuera un nombre, es zazen. Término que, cuando zazen es zazen y no una cosa que se hace para otra cosa, es equivalente a "yo original", "naturaleza de Buda", etc.
ResponderEliminarRaquel, digo "es bueno vigilar que este post no decaiga..." No como una 'recomendación' dirigida a tí, a tus palabras, (ideas, pensamientos, sentir) expresadas en este post, o en tu comentario inmediatamente anterior. Por favor excusa el que yo no haya sido suficientemente clara y pueda haber dado pie a que se interprete así. Porque, repito, no estaba dirigiendo con esa frase a tí, estaba refiriendo a todos quienes intervenimos o comentamos aquí, en Huellas del Zen, el blog de Roberto y, en particular, con relación a este post.
ResponderEliminarAhora bien, antes que alabarte, mi intención, mas bien, es el reconocimiento a tus aportes y a tu persona. (Aunque siento que no es impropio hacer lo primero). Como decía, hace tiempo que leo tus comentarios -y discusiones-, en otros blogs. Insisto, releamos: tus palabras realmente aportan. Y todo lo demás que dije de ellas y de tí. Y, !no!, para nada, no siento, no pienso, que ensucies. (Nota: ¿Nos estamos desviando de aquello de 'hay sufrimiento' a que nos hemos referido tanto tu como yo? ¿Y del ensayo de Marassi? Sonrisa).
Bueno... tengo miedos, sí. Sinceramente agradezco que me convoques ante ellos. ...Solo que ten en cuenta que antes que recomendar lo que intenté expresar es la preocupación por ahondar en los alcances del ensayo de Marassi.
Menciono los ataques personales, los cuales NO veo que tu hagas; tu haces críticas argumentando ("...no es mejor tu actitud", me dices, por ejemplo). Haces crítica cuando te has referido al ensayo de Marassi; o, al "Zen en este blog...", en tu comentario inmediatamente anterior ((frases o párrafo que no comprendo bien)); y en otros lugares. Es distinto criticar que atacar, como sabemos.__ Menciono los ataques personales, digo, porque entiendo que en ellos, en un post, se intenta ya disputar -sin-sana-discusión o examen de las palabras de otro-, ya 'insultar', ya desconocer lo que una otra persona expresa. Y tu has hecho referencia a ello.
Sí Roberto, estoy viendo (y veo mejor en éste momento a partir de leer tu respuesta), estoy viendo la importancia de este tópico en torno a 'trascendencia'. Y la importancia de hacer claridad acerca de sus concepciones, y del término mismo o su concepto. Pienso que la importancia que señalo es algo de validez no solo para mi sino para otros que practiquen y estudien el budismo y el budismo zen. Lo que expones trae muy bien al entendimiento, esclarece y lleva el sentido zen o zazen.
ResponderEliminarApartándome un tanto, por el momento, de tu exposición. Y del texto de MYM. La trascendencia o lo trascendente entendido como principio (esto es, como fundamento, origen, causa) de lo real o de lo existente; o como espacio allende el Mundo; o como Dios (y alma), se encuentra no solo en la práctica-y-nociones de los cristianos, sino en las de los devotos y practicantes de otras religiones, incluso budistas zen. De estos últimos: he leído -y escuchado- a bastantes practicantes que remiten a Dios. Y/o que remiten/entienden 'naturaleza de Buda' como la 'realidad-verdadera', no solo origen de lo existente (¿que significará "existente" en ésta mirada?), distinta (una-otra), u opuesta, incluso, a la inexistencia/ilusión de las cosas y de los fenómenos de este Mundo. Yo pienso que ésto es una postura y una noción ontológica aunque se crea que no es tal. Ontología es, simplemente, aquello que se dice declarando o haciendo referencia a qué es el ser o qué es lo que existe. Y las nociones y declaraciones ontológicas traen la carga (no lo digo en un sentido negativo) de la metafísica, que es tan de la cultura grecoromana como de la india, china y demás, que heredamos. Y he aquí 'lo trascendente'. Veo que estoy problematizando algo más el tema, viene de suyo, digo, creo.
Evidentemente no estoy respondiendo a lo más de tu respuesta, ni a su sentido más cercano y esencial, como el es: adentrándose en zen. Desde aquel momento en que he leído-comentado y te dirigí mis interrogantes, continúo leyendo en torno a, intentando meditar bien y con la sencillez posible. Vinculado a la práctica. Me detendré en tu respuesta consecuentemente.
Me haces sonreir, y con regocijo por lo de los nombres femeninos. Tienes toda la razón, más bonito que "Blog", ¡ja!.
ResponderEliminarLilyana, :)
Hola Lilyana, prosigo con algunas cosas que afirmabas en un post anterior, y que me han resultado un poco confusas.
ResponderEliminarDecías: «La trascendencia o lo trascendente entendido como [...] espacio allende el Mundo; o como Dios (y alma), se encuentra [...] en [...] practicantes [...] incluso budistas zen. De estos últimos: he leído -y escuchado- a bastantes practicantes que remiten a Dios. Y/o que remiten/entienden 'naturaleza de Buda' como la 'realidad-verdadera', no solo origen de lo existente (¿que significará "existente" en ésta mirada?), distinta (una-otra), u opuesta, incluso, a la inexistencia/ilusión de las cosas y de los fenómenos de este Mundo.»
Lo siento, pero no acabo de entender bien de lo que hablas. Sé que muchos practicantes budistas zen, incluso sinceros y que de verdad han logrado entender qué es lo que el zen propone (cosa que es rara, muy rara, incluso entre aquellos que hoy en día se proponen como "maestros zen" y se hacen pasar por tales, en oriente y en occidente; lo cual es, además de una pretensión descabellada, un absurdo en sí mismo, pero eso es otra cuestión), pueden usar todo tipo de palabras, incluida la palabra "dios", para intentar hacerse entender. Pero, si nos fijamos en aquellos que practican con seriedad el budismo (y no solo en aquellos que hacen del budismo una profesión, una forma de ganarse la vida) veremos que cuando usan términos como "Dios" en realidad ese término realmente no tiene ningún carácter operativo en su propia práctica.
Dios, por lo menos en las tradiciones occidentales, es supuestamente el creador de todas las cosas, está dotado de infinidad de atributos, es persona y se manifiesta como tal, aparece como una presencia ante nosotros. Y nada de eso es realmente operativo en la práctica del budismo zen.
Si durante zazen algo aparece en nuestro pensamiento, lo dejamos ir, incluso si lo que creemos que aparece ante nosotros es Buda, como diría Lin-ji, "matamos al Buda". Si aparece durante la vida cotidiana algo que es fruto de nuestro pensamiento arbitrario, como por ejemplo el Bodhisatva Manjushri (que, desde el imaginario occidental, podríamos equiparar a que se apareciese, por ejemplo, la virgen María), incluso aunque aparezca con la verosimilitud de una alucinación, también prescindimos de eso y volvemos a la realidad actual de aquello que estemos haciendo. Por ejemplo al respecto de la vida cotidiana puedes ver este texto de Uchiyama (y precisamente Uchiyama, es uno que sí usa a menudo el término "Dios" en sus escritos, aunque, yo que he leído todo lo que he podido encontrar de él en las lenguas que están a mi alcance, creo sinceramente que para él no se trata más que de un uso metafórico del término, pero que en realidad no alude a nada realmente existente, o por lo menos existente en el sentido fuerte de la ontología occidental); Pincha aquí -> El Tenzo Kyokun y shikantaza
En la literatura canónica, en los sutras, cuando aparecen dioses lo hacen de una forma completamente anecdótica y prescindible. Con todo, en algunas partes de los escritos Mahayna, especialmente en aquellos que han dado pie a escuelas como la tibetana, El shingon japonés o la Tierra Pura, podemos encontrar pasajes que aparentemente maticen lo anteriormente dicho, pero en cambio no es así en el budismo zen, extremadamente sobrio frente a toda pretensión metafísica.
Por tanto, para seguir la conversación: 1) ¿Podrías aclarar quienes son esos practicantes zen que afirman lo contrario? y 2) ¿Qué es lo que exactamente dicen?. Gracias.
Borré porque se produjo un salto de lineas a causa de que demoré escribiendo. Va de nuevo mi comentario.
ResponderEliminarHola Roberto, con éste comentario tuyo (12 de marzo,17:11) te me adelantas a un apunte que tenía en mente escribir. Un apunte a mi propio comentario, exténdiéndole, ya que me pareció que lo primero que escribí ("la importancia de este tópico en torno a 'trascendencia'") podría explicitarse mejor. Y que de lo que continuaba, específicamente, lo que refiere a Dios, querría yo hacer una otra consideración. Por lo pronto voy a responder a las preguntas puntuales que me diriges.
Me preguntas sobre las personas practicantes zen a quienes aludo diciendo que he leído/escuchado el que ellas remiten a Dios. Pienso puedo resumir de esta manera tu pregunta. Bien, en este mismo momento yo no podría componer las referencias pertinentes de manera adecuada. Referencias, digo: Textos; web (conferencias, charlas, videograbaciones, sitios, blogs, foros); nombres de practicantes y profesores o maestros. 2) Tu solicitud de precisión (y de citas) se relaciona con tu pregunta y mi respuesta 1. Agradezco tus preguntas, correctas, con las que estoy de acuerdo porque acepto tu propia sustentación de ellas, de zazen.
Mi dificultad para componer las referencias pertinentes en este momento tiene varios componentes. Nombrar y citar blogs, foros, sitios web, podría hacerse relativamente rápido aunque, de pronto, de manera superficial (un poco de "irse por las ramas") porque entonces no estaría yo tratando de enseñanzas ni de doctrinas con suficiente responsabilidad o [?] precisión. Estas referencias podrían ser importantes para mi propósito inicial -mi punto de vista- porque, recuerda, por favor, que usé las palabras "practicantes" y "devotos" que no enseñantes (profesores, maestros). Por otra parte, no cuento con suficiente tiempo ((ni con suficiencia doctrinal)) ante la eventualidad de que se suscitara engachar discusiones con personas de otros blogs. Ahora, si he de citar a quienes como tu dices son serios, y, reconocidos practicantes y enseñantes/difusores/comentaristas/profesores zen debo ir a mi listado de referencias de lectura, las cuales no están organizadas de manera temática u otra. Demanda un trabajo exigente de relectura y de relación contextual que estoy dispuesta a emprender; aunque, por supuesto, mi labor no tendría más nivel que el de una estudiante de lecturas incompletas y mediana comprensión. Pienso que demoraría unos días (mientras atiendo asuntos cotidianos urgentes y conozco la fecha en la me someto, sic, a una cirugía).
Digamoslo así, Dios no ha estado en la orientación de mis preguntas, de allí que tampoco esté en las de mis lecturas. Y no al presente, cuando cuento con cuatro o más años en que ellas han estado, más que todo, dedicadas al budismo. Si, como decía, encuentro en éste una dimensión metafísica y correlativas concepciones de 'lo trascendente', es esto, este punto, este tema, el que me interesa. Mas si en las escuelas predominantes y actuales del budismo hay para quien lo divino hace presencia, o si lo hace en las escuelas antiguas, o en la tradición budista -para decirlo de esta manera tan general-, podríamos tratar ésto con independencia de Dios creador y personal de religiones sustantivadas bajo los nombres judaísmo, cristianismo, islamismo... (cabría mencionar otras religiones actuales y actuantes, la religión 'nueva era', incluso, según proponen algunos autores). Pero, de todo esto: metafísica, divinidad y Dios, son cuestiones que me corresponde indicar, tu discusión lo está negando. Gracias a ti por esta discusión de mi comentario, por su sentido orientador. Escribí tres cuatro ideas en él de manera muy condensada, tal vez por ello me hago más oscura.
Debo salir, espero escribir mañana.
Estimada Lilyana. Me encuentras traduciendo el Bendowa de Dogen, un texto en el que su autor sitúa con claridad la primacía de la práctica de zazen respecto a otras prácticas religiosas budistas, y ello me lleva a interrumpir la traducción para hacerte algunas consideraciones:
ResponderEliminar1) Si, durante zazen, tu mente se encuentra ocupada buscando otras cosas fruto de nuestro pensamiento (como podrían ser esas cosas que denominas trascendencia, dios, etc.; o cualquier otro tipo de cosas, como podría ser la iluminación, el convertirte en algo distinto a lo que ya eres, un determinado estado mental, o lo que seaI) lo que estás practicano no es zazen. Será otra cosa, pero zazen no. Con ello no quiero decir que ideas de este tipo o de cualquier otro (acordarse de una discusión con tu jefe, pensar que alguien es mejor o peor que ti, recordar la enfermedad de un familiar o la propia, hacer la lista de la compra, etc.) no surjan, surgen, pero no nos ocupamos de ellas; si lo hacemos, insito, eso no es zazen.
2) Ideas de caracter, digamos, jerárquico, como aquellas de practicante y devoto, frente a enseñante o maestro, en zazen no tienen sentido. Si zazen es zazen no existen jerarquias, no hay seres más adelantados y otros más atrazados, zazen es igual para todos, los abraza a todos sin distinciones.
3) Si realmente practicas zazen, si persistes en él, esas especulaciones (que, disculpame, resultan un poco confusas a veces) deaparecerán por si solas, llegaras a entender con claridad que no es eso lo importante, lo que de verdad está en juego.
4) Zazen es un camino abierto a todos, accesible a cualquiera, pero no es para todos. Es muy importante discernor con clatidad si tu camino interios es ese; hay otros, que pueden ser más adecuados para determinadas personas. Practicar zazen como la puerta a la Verdad Última, absoluta, requiere practicarlo con total entrega, como si fuese el único camino posible, pero eso es algo que tiene sentido uno por uno, no es lo mismo que, por ejemplo, una verdad científica establecida, se trata de otro tipo de verdad, de una verdad que se hace absoluta solo al interior de quien la sigue, no necesariamente de todos.
5) Zazen no consiste solo en sentarse inmovil, en silencio, frente a un muro; que es como suele explicarse por ahí, sino que es fundamental tener también la actitud de base adecuada, la de una entrega total a ese sentarse inmovil, en silencio, frente al muro. Esa actitud de base, esa motivación que lo mueve, es básica, si no existe solo estaras sentadas en una forma que se parecerá a zazen pero que no será zazen.
6) Practicar en solitario o en grupo es indiferente, en un momento dado, a determinadas personas, un grupo les puede ayudar (si tienen mucha suerte y no encuentran un grupo que las extravie, que es hoy en día lo mas frecuente), peor lo que está de verdad en juego es algo que hemos de resolver solos.
7) Estos puntos anteriores, en realidad no son más que aquellas cosas que soy capaz de decir respecto a zazen, son palabras, pero no son zazen en si mismo. El zazen que es solo zazen, y siéndolo es todo, es algo que solo se puede descubrir por uno mismo. nadie podrá explicártelo nunca desde fuera.
Tal vez, si es que existen dudas en ti respecto a lo que he formulado en estos puntos, y si de verdad es tu deseo seguir por este camino (no olvides que igual que existen múltiples personas, existen muchos caminos para el espíritu), y si está en tu deseo hablar sobre ello, tal vez sería más fructífero para ambos centrarse en estas cuestiones.
Estaba por decirlo: distingo la práctica de lo estudios concienzudos de la palabra -y el discurso- (lectura y escucha comprensiva, examen, relecturas, etc.). De la palabra de sutras a la que apenas si me he acercado -tanto directamente, como a través de mis atisbos de lectura de diccionarios y encicopledia; de lo que se denomina literatura comentarial; de autores contemporáneos quienes hacen historia e Interpretación-. De la palabra que ensaya e interpreta, en suma. Distinción que no niega las mutuas influencias. Y que, bueno es decirlo, no niega el pensar por fuera de la situación shikantaza zazen. Y al lado/con la experiencia de vida, la experiencia de alguien a quien le orienta el budismo en cuanto que ética, es decir, que arte de vivir. Al lado/con la experiencia de vida de los denominados maestros del pasado y del presente, mejor, de los practicantes todos.
ResponderEliminarNo entiendo bien que leas ideas de orden jeráquico en esa otra distinción entre palabras (subrayo 'palabras') que denotan 'practicantes' y 'enseñantes'. Practicantes son todos.
Mi proximidad al zen, mi búsqueda en él, zazen, tiene que ver con aquella sobriedad de la hablas en anteriores post.
Tu punto 4), dices algo muy importante. Intento responderte: si zazen es puerta a la Verdad Última, no la hallo aún.
Comprendo bien que 'Zazen es solo zazen, y siéndolo es todo'. Lo he experimentado. Es mucho más fructifero centrarse en esto, en estas cuestiones. 'Sí! señor, gracias. Dicho esto, no obstante, como puedo decir hoy -no mañana, no ayer- mi caminar no está consciente y claramente orientado hacia lo absoluto. --No sé, no sé si "absoluto" es más bien un concepto que Realidad. Que realidad que podamos vislumbrar.-- Por contraste, a mi se me aparece más bien la experiencia-y-noción de misterio. Lo diría el cristiano Pascal [...]. O, śūnyatā [...].
Siempre agradecida con tu tiempo y enseñanza. (Espero no sea discutible "enseñanza", es una palabra de amplio significado. Bien bonita, por cierto).
Absoluto, en efecto, es un concepto, una alegoría, una palabra.
ResponderEliminarOtra cosa. Hablabas de la ética budista en relación a la vida cotidiana. Esto en realidad tampoco es algo ajeno a zazen, dimana de él (por eso puse, más arriba, la referencia al comentario de Uchiyama sobre el Tenzo Kyokun -Instrucciones al cocinero- de Dogen). Vida cotidiana y zazen no han de ser cosas separadas, si lo son, zazen no es zazen y nuestros comportamientos en la vida cotidiana no están orientados por la vía del Buda; serán, en cualquier caso, comportamientos de alguien criado como cristiano y que reinterpreta desde allí algunas enseñanzas budistas (convirtiendo, por ejemplo, los preceptos o el óctuple sendero en una cuestión normativa, cuando no lo son). Con todo, he de reconocer, por experiencia propia, que llegar a ver la estrecha unión entre la ética budista y zazen puede ser una tarea compleja, que requiere tiempo, durante el cual a menudo andaremos entre tinieblas. La ética budista es, en definitiva, un corolario de zazen, cobra sentido desde la comprensión de lo que anda en juego en zazen. En caso contrario estaríamos ante un código cerrado de carácter moralista más.
ResponderEliminarNota: sí, Roberto. Aún no me detuve en tu referencia al comentario de Uchiyama sobre Tenzo Kyokun. Aprecio mucho ese texto al que debo quiero volver. Tus palabras continúan presentes, en la reflexión. ____ Hoy he ido al Bendowa de Dogen (Traducción de Michael Eido Luetchford -leo muy despacio el inglés)... ¡Ah! me tiene muy contenta. (Había pasado de largo... en mi intento de atender otros pasajes de Dogen ('espinosos', que dicen). En días pasados había iniciado la lectura de Bussho ... ¿Publicarás pronto tu traducción? (Lo encuentro tan oportuno..).
ResponderEliminarEn variadas ocasiones he leído que tu dices del modo, de la vía interior, con respecto a "otros caminos espirituales"; pienso que la ética, o, la moralidad no se viven necesariamente de manera normativa. No mera, exclusivamente. Ni en la tradición religiosa y cultura cristianas, ni en otras.__ Hay un sentido y un contenido universal en/de lo ético que es, que haría una bella piedra de toque a considerar [¿?]. ____ Ahora bien, de la ética budista, el octúple sendero como la vía, y los preceptos; que ella se nos muestre en esa integración que es a su interior y en relación al mundo... Que de pronto se manifiesta, ganada, fruto, o que está allí, descubierta. Siento cómo es un proceso, complejo, bellamente complejo. ¿Cómo se dice? ¿La práctica comienza, pero no termina'?
...
Hola de nuevo, Lilyana. La traducción del Bussho la tengo por el momento parada. La estaba traduciendo desde la versión en italiano de Giuseppe Jiso Forzani y la paré, a sugerencia de este, porque él, a su vez, está revisando la traducción que hizo en su momento.
ResponderEliminarPor otra parte el Bussho es un texto muy oscuro y difícil, no solo de comprender, sino también simplemente de traducir, y eso que yo lo hago desde una lengua hermana, mientras que Jiso tiene que enfrentarse con el japonés.
Sin embargo el Bendowa lo tengo bastante adelantado y espero poder tenerlo terminado pronto. Se trata además de un bello texto en el que Dogen se muestra particularmente directo y claro. Después, no se cuando lo colgaré aquí, pues mi política es no abarrotar el blog con cosas, dando tiempo para que los posibles lectores puedan "digerir" y "metabolizar" tranquilamente los textos, y también porque mi disponibilidad de tiempo no es infinita.
No recuerdo bien si te tengo en la Lista de Distribución del blog, si me lo confirmas con un correo puedo enviarte el Bendowa inmediatamente que lo haya acabado sin que tengas que esperar a que aparezca aquí. _/\_
Hola Roberto. El Bendowa, de este quise decir 'oportuna publicación' (se me fugó el paréntesis). Por aquello que dices, "un bello texto en el que Dogen se muestra particularmente directo y claro"; por tu expreso interés, como el de tus lectores, en las cuestiones de la práctica, zazen shikantaza.
ResponderEliminar¡Gracias! Estaré enviándote el correo.
_/\_