La conferencia que publicamos hoy, con el nombre de "El sufrimiento como punto de partida", fue pronunciada por Mauricio Yushin Marassi en marzo de este año, al interior de un encuentro interreligioso celebrado en el monasterio-eremitorio de Montegiove en Italia sobre el tema de La sofferenza (El sufrimiento).
Como sus interlocutores eran en su mayoría cristianos Mauricio, en este texto, usa ejemplos literarios extraídos de esa tradición pero aquel que lo sepa leer podrá percibir que en realidad, a través de esos ejemplos, a quienes allí estaban y a quienes ahora lo leemos, está hablándonos del sentido profundo del budismo zen y de la práctica interior y exterior a la que llamamos zazen.
Para descargar, seguir los siguientes enlaces:
- En formato pdf (apto para ser impreso y visualizado en pantallas de Pc).
- En formato epub (formato de libro electrónico)
___________________________________
Traducción: Roberto Poveda Anadón
Revisión de la traducción: Jose Juan Bustabad
Fotografía: Internet - Monasterio de Camaldoli
_/|\_
ResponderEliminarUna gozada, agradecimiento por compartir.
Gracias Roberto.
_/|\_
Estos días estoy releyendo este libro de un teólogo americano que ha pretendido ni más ni menos que hacer un viaje teológico desde su formación católica hasta su práctica de meditador zen, para luego regresar a su hogar cristiano de partida. No está nada mal el viaje, ya que encima lo adereza con incursiones en la teología de la liberación por su experiencia con las heridas profundas que dejó la larga guerra civil de El Salvador (1979-92). Aquí os lo enlazo y agradecido por la conferencia ofrecida y además traducida.
ResponderEliminarhttp://www.fragmenta.cat/es/fragmentos/cataleg/fragmentos/524054
Y si algú visitante de este blog durante este verano se pierde por allí Pesaro os enlazo la página Web de este eremitorio camaldulense, que solo está formado por cinco eremitas pero que parecen ser muy activos espiritualmente hablando.
ResponderEliminarhttp://www.eremomontegiove.it/
Hola Jordi, yo estuve allí hace años. No dentro, pero si allí, paseando por el majestuoso bosque que se vislumbra al fondo de la foto y desde los que se veía el interior del monasterio. Un gran espacio, con una serie de ermitas individuales alineadas en las que viven los monjes. Es un lugar bellísimo y que destila una gran paz.
ResponderEliminarRoberto, luego de darle la primera de la que espero sean muchas leídas a este texto, siento un profundo agradecimiento hacia ti y los demás involucrados por haberlo dispuesto a mi alcance.
ResponderEliminarGracias, gracias, gracias.