«Cuando se busca por primera vez el
Dharma, nos alejamos de las fronteras del Dharma»
Dōgen, Genjōkōan
La búsqueda de la verdad, del Dharma o
de un camino espiritual nace casi siempre del deseo de resolver un
problema o de responder a una pregunta existencial. Quizás
advirtamos una sensación de vacío en nuestra existencia. Una crisis
personal puede empujarnos a poner en duda nuestro modo de vivir. El
envejecimiento, la enfermedad, la muerte de alguien, los conflictos
personales, la perdida de bienes o de estatus social, el ser poco
apreciado pueden causarnos mucho sufrimiento. Entonces nos damos
cuenta de que nuestro estilo de vida no es sano y el deseo de
abandonar un enfoque materialista de la vida puede empujarnos hacia
la búsqueda de un camino espiritual. Creo que mayoritariamente
comenzamos a practicar intentando colmar un vacío en la vida y para
curar una forma de vivir no saludable. En el budismo esta aspiración
al despertar es llamada bodhicitta
(jap. Bodai-shin), un
término traducido a menudo como “mente de la bodhi”,
“mente del despertar” o “mente que busca la Vía”.
Pero,
¿esta aspiración no es otro tipo de deseo? Sí. El objeto del deseo
es distinto de los usuales, pero sigue siendo un objeto de deseo.
Cuando nos cansamos de buscar satisfacciones materiales, nos
concentramos sobre la búsqueda de paz y consuelo espirituales. El
budismo habla de búsqueda de la liberación, de iluminación o de
nirvana. Sin este deseo de cambiar nuestra vida no habría ninguna
motivación para emprender una búsqueda espiritual. Sin embargo,
según Dōgen,
cuando comenzamos a buscar el Dharma nos alejamos de las fronteras
Dharma. Esto es por que nuestra aspiración implica todavía una
suerte de mente cazadora. Tenemos la impresión de que en nuestra
vida falta algo y entonces vamos a la caza de ese algo que creemos
ausente. El objetivo es distinto, pero en la mente ocurre el mismo
proceso que se produce cuando tenemos hambre y buscamos comida o
cuando somos pobres y buscamos dinero. Es la actitud a la que alude
Dōgen
en el párrafo 4 [del Genjōkōan]
cuando escribe “Ir
hacia todas las cosas para realizar nuestra práctica-iluminación es
ilusión”. En otras palabras, mientras más practica una persona
con un plan o una meta, más se aleja de las fronteras del Dharma.
Muchos,
cuando comienzan a practicar zazen, tienen una especie de experiencia
especial que les hace sentirse muy bien. Cuando las sensaciones
placenteras desaparecen practican con mucho empeño para recrear
aquella experiencia, pero a menudo en vano. Muy pronto aparecen la
desilusión y la frustración, y finalmente el cansancio y el
aburrimiento pueden empujarles a interrumpir la práctica. Esta es la
práctica de “ir hacia todas las cosas”, en la cual se busca
atrapar la iluminación con una mente cazadora. Según Dōgen
esto es ilusión, lejísimos de las fronteras del Dharma.
¿Qué podemos
hacer en esta situación? Practicamos gracias al deseo de obtener la
iluminación, la liberación y el despertar. Sin un deseo parecido es
muy difícil encontrar la motivación para realizar la verdad, es
como intentar practicar zazen después de haber quitado el cojín
sobre el que nos sentamos. A menudo este problema se hace manifiesto
después de muchos años de práctica diligente. Cuando descubrimos
que nuestra aspiración de conseguir la iluminación es por si misma
un obstáculo a la realización del Budadharma, debemos luchar para
liberarnos de nuestra mente que busca la Vía. ¿Podemos practicar de
verdad sin el deseo de hacerlo? Cuando finalmente nos cansamos de
luchar con nosotros mismos todo lo que podemos hacer es tan solo
sentarnos.
Sentarse en zazen
sin deseo es shikantaza, o sentarse simplemente, la práctica
que Dōgen Zenji describe
como “el venir de todas las cosas para realizar la
práctica-iluminación a través del si mismo”. El sujeto del zazen
ya no es el “yo”, por que en shikantaza dejamos que se
vayan todos los pensamientos, incluidos el concepto de “mi” y el
deseo de iluminación, nos limitamos a sentarnos simplemente. Como
Dōgen ha escrito en el
Fukanzazengi (“Consejos universales para el zazen”),
dejamos que incluso se vaya la intención de convertirse en un buda.
En el Shōbōgenzō
Zuimonki Dōgen
escribe a propósito de esta actitud hacia zazen:
«El
zazen es por si mismo la practica del Buda. El zazen es por si mismo
no hacer. No es otra cosa que la verdadera forma del si mismo. Fuera
del zazen no hay nada que buscar como Budadharma.»
Y
más adelante:
«No
penséis aprender el Budadharma con el objetivo de obtener una
recompensa por que practicáis la Vía del Buda.
Practicad el Budadharma con solo el propósito del Budadharma.
Incluso si estudiaseis millares de sutra y diez
mil comentarios, incluso si os sentaseis en zazen hasta gastar el
cojín, si falta esta actitud es imposible obtener la Vía de los
budas y patriarcas. Arrojad simplemente vuestro cuerpo y mente en el
Budadharma, practicad junto a los otros sin apegaros a opiniones
precedentes y estaréis inmediatamente en armonía con la Vía.»
Cuando
tan solo nos sentamos, cuando dejamos ir el deseo de iluminación y
todos los demás pensamientos y emociones, todos los dharma
realizan la práctica a través del cuerpo y la mente. Este zazen no
es “mi” tentativa personal de obtener algo, más bien, como dice
Dōgen, esta práctica en en realidad la práctica del Buda
(Butsu-gyō).
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Shoaku
Okumura
Genjōkōan.
Una chiave per la
comprensiones dello Shōbōgenzō di Dōgen
Ubaldini
Editore. Roma, 2012
Traducción y fotografía: Roberto Poveda
Excelente artículo que completa a las maravillas el anterior.
ResponderEliminar¡Gracias Roberto!
Ir hacia todas las cosas para realizar nuestra práctica-iluminación es ilusión”. En otras palabras, mientras más practica una persona con un plan o una meta, más se aleja de las fronteras del Dharma.
ResponderEliminarA ésto es a lo que me refiero cuando uno lee a Dogên sin intermediarios no se entera de la misa. Que por otro lado agradezco que hayan personas que han captado el significado. Es todo una suerte qe hayan personas que se dedican a la práctica de una forma total, y nos pueden dilucidar los significados enterrados en la arenas de la expresion en China y Japon ochocienetos años después como lo está haciendo Shohaku Okumura.
Muchas gracias a ti tambien por tu trabajo Roberto.
'Cuando el yo puede transformar el dharma, el yo es fuerte y el dharma es débil. Y al contrario, cuando el dharma transforma al yo, entonces el dharma es fuerte y el yo débil". Dôgen, "Resumen de los puntos a observar en el estudio de la vía", Taisho Shinshu daizokyo, LXXXII, nº 2581, p. 4b, cit. por Rommeluère, "Le bouddhisme n'existe pas", p. 113.
ResponderEliminarCuando crees que el Dharma esta en otro sitio que no es este en el que me encuentro, entonces me alejo del dharma.
ResponderEliminarBonjour, c'est vraiment intéressant, merci huellaszen.blogspot.ru
ResponderEliminarMerci à toi par ta visite et ton commentaire.
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