«Estudiar la Vía del Buda es estudiarse a si mismo. Estudiarse a si mismo es olvidarse de si mismo. Olvidarse de si mismo es ser concretado por todas las cosas. Ser concretado por todas las cosas es dejar caer el cuerpo y mente de si mismo y el cuerpo y mente de los demás. Hay un rastro de la realización que no puede ser aferrado. Expresamos continuamente este inatrapable rastro de realización».
Dogen. Genjokoan, § 6.
Estudiarse a si mismo es olvidarse de si mismo
Cuando nos estudiamos a nosotros mismos como Vía del Buda, descubrimos que no existe ninguna separación de los demás, por que se está conectado a todos los
seres. Vemos que el yo no existe realmente. Como dice el Sutra del diamante, el yo es similar a un sueño, a un fantasma, una burbuja, una sombra, una gota de rocío o el resplandor de un relámpago. El yo está vacío en su ser-yo. Por tanto debemos de olvidar el yo. Debería ser olvidado también el yo que estudia la Vía del Buda; el yo olvida al yo al estudiar el yo Es como lo que hacemos en zazen cuando abrimos la mano del pensamiento. Durante el zazen dejamos marcharse todo aquello que aflora del yo, incluidos todos los pensamientos, las sensaciones y las emociones. Dejamos ir verdaderamente todo, y esto incluye tanto las ideas egoístas, como nuestra comprensión del Dharma. Desde un cierto punto de vista el zazen, o el shikantaza, es la completa negación del yo limitado, condicionado y kármico, que vive suspendido de sus deseos. Desde un cierto punto de vista, en este dejar ir todo resulta aceptado y nada resulta negado. En zazen todo es simplemente como es. Dejar marchar el pensamiento no significa matarlo, los pensamientos afloran a cada momento, pero simplemente los dejamos ir. Los pensamientos están presentes, pero en el zazen no pensamos, tan solo nos sentamos. Sentándonos tan solo, todo es tal como es. Nada resulta negado y nada resulta afirmado. Este sentarse tan solo es la prajna (sabiduría) que ve la vacuidad sin separación entre sujeto y objeto. Zazen no es una especie de método de contemplación a través del cual el yo (sujeto) ve la “vacuidad” (objeto); más bien la práctica de tan solo sentarse es en sí misma prajna. He ahí por que en el capítulo Zanmai-o-zanmai del Shōbōgenzō Dōgen Zenji dice: “Sentarse es en si mismo Budadharma” y en el Shōbōgenzō Zuimonki, una colección de discursos informales realizados por Dōgen a sus discípulos en Kōshōji, afirma: “Sentarse es en si mismo la verdadera forma del yo”.
________________________________________________________
Shoaku Okumura, Genjōkōan, Una chiave per la comprensiones dello Shōbōgenzō di Dōgen.
Ubaldini Editore, Roma 2012
Traducción y fotografía: Roberto Poveda Anadón
Hermosa lectura.
ResponderEliminar¿Y cuando te levantas?
ResponderEliminar¿Cuando te levantas?, cuando te levantas es lo mismo, solo que más dificil, más confuso, por lo menos para aquellos cuya práctica es todavía muy debil, como me pasa a mi.
ResponderEliminarSobre este ¿qué hacer "cuando te levantas" de zazen?, Uchiyama nos da algunas pistas en este artículo:
http://huellaszen.blogspot.com.es/2012/02/el-tenzo-kyokun-y-shikan-taza-kosho_01.html
Pero qué quiera decir esto concretamente en la vida de cada uno es algo que tiene que resolver cada practicante, en cada momento, sin modelos preestablecidos, desde cero... y al mismo tiempo siendo fieles e identicos a la fuente (no a la forma, que será nueva cada vez)
¿Y cuando te levantas?
ResponderEliminarEntonces quizás empieza la práctica de verdad.
Agradecido por estas meditaciones, y adelante con "Expresamos continuamente este inatrapable rastro de realización", y sin temor ante nuestra, sin duda, práctica muy débil.
Cuando te levantas practicas la concentracion en lo que haces de todo corazon, penetrando el momento.
ResponderEliminarOkumura dice en este libro:
"Cuando le damos toda nuestra atencion y energia a la tarea o practica que tenemos ante nosotros, podemos realmente penetrarla.".