Continuación de la traducción y los comentarios realizados por Aldo Tollini al Zazenshin de Dogen.
Para ir a la primera entrada pulsa aquí.
Para desplazarse entre entradas ir al final de cada entrada (y de los
comentarios, si es el caso) y pulsa la orden correspondiente.
_______________________________________
Zazenshin
La aguja de zazen
[6]
Kōzei dijo: “Tengo intención de convertirme en un Buddha”. Hemos de aclarar el significado de estas palabras. ¿Qué se ha de entender con “convertirse en un Buddha”? ¿Quiere decir convertirse en un Buddha por medio del Buddha? ¿O quiere decir convertirse en un Buddha construido por el Buddha mismo” ¿Quiere decir convertirse en un Buddha haciendo aparecer una cara o las dos caras de Buddha? ¿La intención de convertirse en un Buddha es dejar caer y dejar caer es el convertirse en un Buddha? O, incluso, ¿a pesar de que convertirse en un Buddha significa muchas cosas distintas, convertirse en un Buddha está todo dentro de esta 'intención? Se ha de saber que las palabras de Daijaku [significan] que seguramente zazen es convertirse en un Buddha. El zazen es seguramente la intención de convertirse en un Buddha.
La intención debe de preceder al convertirse en un Buddha y debe continuar tras haberse convertido en un Buddha y debe estar en el preciso momento en el que se convierte en un Buddha.
Si ahora preguntásemos: “¿Cuánto tiene que ver esta intención con convertirse en un Buddha?”. [Podríamos responder que:] Este compromiso [causado por la intención de convertirse en un Buddha] llama a otros compromiso [de la misma naturaleza]. Entonces, los singulares compromisos que empujan a realizar el Buddha son cada uno [expresión de] esta intención [de convertirse en un Buddha]. Ellos, sin error, presentan directamente delante de nosotros la realización del Buddha. No se debe evitar ninguna de estas intenciones. Si intentamos evitarlas, destruimos el cuerpo y perdemos la vida, y cuando destruimos el cuerpo y perdemos la vida, esto es tan solo uno de los varios matices de la intención.
Comentario
La respuesta a la pregunta es decisiva: “¿Tengo intención de convertirme en un Buddha? Y ademaś, ¿Que es la intención? ¿Es quizás dejar el propio yo y convertirse en un Buddha? ¿Y convertirse en un Buddha depende de esta intención?”
Una cosa es cierta: “El zazen es seguramente la intención de convertirse en un Buddha”. Si no fuese así nadie emprendería la Vía y se dedicaría a la práctica. Sin embargo, dicho esto, es necesario aclarar esta “intención” porque ella tiene un papel crucial en la práctica. En la concepción corriente laintención de convertirse en un Buddha está presente antes de la realización de el objetivo. Después, evidententemente, no tiene ya sentido. Sin embargo la concepción de Dōgen es distinta, de hecho el sostiene que esta intención debe de estar presente continuamente, antes, durante y después de la realización de su objetivo, la budeidad. Esto significa que la intención de convertirse en un Buddha debe estar incluso después de haberse convertido en Buddha y que no tiene nada que ver con el alcanzar la meta prefijada. Esta, en la concepción de Dōgen, no es por tanto un medio para alcanzar la iluminación.
¿Qué papel tiene esta intención de convertirse en un Budha, es decir cual es la relación entre la intención y convertirse en un Buddha? Esta intención hace que otras intenciones colaterales se desarrollen y estén presentes en nuestra mente. Son intenciones con distintos matices pero todas son la directa realización de la budeidad y no debemos de evitarlas. En otras palabras, es natural que la intención esté presente en el practicante, y que esta intención esté acompañada por otras intenciones que revelan la presencia de un yo activo. Sin embargo rechazarlas o evitarlas sería perder la vida, es decir perderse en la ilusión porque sería forzarnos a nosotros mismos y finalmente reforzar la presa del yo sobre nosotros mismos. En suma, una manera de entrar en un callejón sin salidad. Abandorlas es la verdadera Vía a recorrer, dejando que esta maraña de intenciones vaya y venga, pero al mismo tiempo no alimentándola, hasta que se agote. Entonces estas intenciones de convertirse en un Buddha se convierten en la misma tierra de la budeidad y se transforman en la verdadera práctica de la Vía. La cual no consiste para Dōgen en el vacío artificial, sino en una praxis dinámica en la cual el yo se confronta a cada momento con sí mismo y es capaz de abstraerse de ser atrapado por él. En otras palabras, el yo no se abandona arrojándolo fuera, sino superando cada vez sus intentos de seducción, sobre la base de una libertad que nos vuelve independientes de sus condicionamientos. Queda claro, entonces, que los “condicionamientos” mismo son el material de “construcción” del Buddha. Por ello dice “¿la intención de convertirse en un Buddha es dejar caer y dejar caer es convertirse en un Buddha?”, que es una demanda retórica, es decir afirmativa. La budeidad está en el dejar caer: los pensamientos, las preocupaciones, los condicionamientos, las intenciones, el cuerpo mente, en defintiva, el yo y todo aquello que forma parte de él. Entonces, libres del yo, sin pensamientos, sin intenciones, en la dimensión del sin-pensamiento, se es el Buddha.
La intención debe de preceder al convertirse en un Buddha y debe continuar tras haberse convertido en un Buddha y debe estar en el preciso momento en el que se convierte en un Buddha.
Si ahora preguntásemos: “¿Cuánto tiene que ver esta intención con convertirse en un Buddha?”. [Podríamos responder que:] Este compromiso [causado por la intención de convertirse en un Buddha] llama a otros compromiso [de la misma naturaleza]. Entonces, los singulares compromisos que empujan a realizar el Buddha son cada uno [expresión de] esta intención [de convertirse en un Buddha]. Ellos, sin error, presentan directamente delante de nosotros la realización del Buddha. No se debe evitar ninguna de estas intenciones. Si intentamos evitarlas, destruimos el cuerpo y perdemos la vida, y cuando destruimos el cuerpo y perdemos la vida, esto es tan solo uno de los varios matices de la intención.
Comentario
La respuesta a la pregunta es decisiva: “¿Tengo intención de convertirme en un Buddha? Y ademaś, ¿Que es la intención? ¿Es quizás dejar el propio yo y convertirse en un Buddha? ¿Y convertirse en un Buddha depende de esta intención?”
Una cosa es cierta: “El zazen es seguramente la intención de convertirse en un Buddha”. Si no fuese así nadie emprendería la Vía y se dedicaría a la práctica. Sin embargo, dicho esto, es necesario aclarar esta “intención” porque ella tiene un papel crucial en la práctica. En la concepción corriente laintención de convertirse en un Buddha está presente antes de la realización de el objetivo. Después, evidententemente, no tiene ya sentido. Sin embargo la concepción de Dōgen es distinta, de hecho el sostiene que esta intención debe de estar presente continuamente, antes, durante y después de la realización de su objetivo, la budeidad. Esto significa que la intención de convertirse en un Buddha debe estar incluso después de haberse convertido en Buddha y que no tiene nada que ver con el alcanzar la meta prefijada. Esta, en la concepción de Dōgen, no es por tanto un medio para alcanzar la iluminación.
¿Qué papel tiene esta intención de convertirse en un Budha, es decir cual es la relación entre la intención y convertirse en un Buddha? Esta intención hace que otras intenciones colaterales se desarrollen y estén presentes en nuestra mente. Son intenciones con distintos matices pero todas son la directa realización de la budeidad y no debemos de evitarlas. En otras palabras, es natural que la intención esté presente en el practicante, y que esta intención esté acompañada por otras intenciones que revelan la presencia de un yo activo. Sin embargo rechazarlas o evitarlas sería perder la vida, es decir perderse en la ilusión porque sería forzarnos a nosotros mismos y finalmente reforzar la presa del yo sobre nosotros mismos. En suma, una manera de entrar en un callejón sin salidad. Abandorlas es la verdadera Vía a recorrer, dejando que esta maraña de intenciones vaya y venga, pero al mismo tiempo no alimentándola, hasta que se agote. Entonces estas intenciones de convertirse en un Buddha se convierten en la misma tierra de la budeidad y se transforman en la verdadera práctica de la Vía. La cual no consiste para Dōgen en el vacío artificial, sino en una praxis dinámica en la cual el yo se confronta a cada momento con sí mismo y es capaz de abstraerse de ser atrapado por él. En otras palabras, el yo no se abandona arrojándolo fuera, sino superando cada vez sus intentos de seducción, sobre la base de una libertad que nos vuelve independientes de sus condicionamientos. Queda claro, entonces, que los “condicionamientos” mismo son el material de “construcción” del Buddha. Por ello dice “¿la intención de convertirse en un Buddha es dejar caer y dejar caer es convertirse en un Buddha?”, que es una demanda retórica, es decir afirmativa. La budeidad está en el dejar caer: los pensamientos, las preocupaciones, los condicionamientos, las intenciones, el cuerpo mente, en defintiva, el yo y todo aquello que forma parte de él. Entonces, libres del yo, sin pensamientos, sin intenciones, en la dimensión del sin-pensamiento, se es el Buddha.
___________________________________
Aldo Tollini
Pratica e Illuminazione nello Shobogenzo
Testi scelti de Eihei Dogen Zenji
Ubaldini Editore. Roma, 2001
Traducción: Roberto Poveda Anadón
Fotografía: Roberto Poveda Anadón
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Si deseas dejar un comentario, has de tener una cuenta en Wordpress, Google, OpenId, Blogger o cualquier otro sitio de autentificación de usuarios.
Gracias por tu visita y por tu comentario.