Kōdō Sawaki
Solos, los seres humanos no están tan mal. Pero cuando se forma un grupo, padecen una parálisis, se convierten en completamente estúpidos y no consiguen distinguir el bien del mal. Su mentes resultan entorpecidas por el grupo. A causa de su deseo de pertenencia e incluso de pérdida de sí mismos, algunos llegan incluso a pagar cuotas de inscripción. Otras trabajan en la publicidad para atraer y embriagar a la gente con fines políticos, espirituales o comerciales.
Yo estoy a una cierta distancia de la sociedad, no para huir de ella, sino para evitar este tipo de parálisis. Practicar zazen es liberarse de esta estupidez de grupo.
Kōshō Uchiyama
En el budismo el obstáculo que causa el sufrimiento en la vida es llamado “deseo ilusorio” (kleśa en sánscrito, bonnō en japones). Qué deseo es considerado el peor obstáculo depende de la época y del lugar. En la antigua India se pensaba que el obstáculo más grande para los practicantes era el deseo sexual. Hacían grandes esfuerzos para controlar ese deseo. Más tarde, en el fascículo Gyōji del Shōbōgenzō, Dōgen zenji dice: “El deseo de fama es peor que la violación de los preceptos”. Él consideraba el perseguir fama y provecho como el mayor obstáculo para la práctica, probablemente porque en su tiempo los monjes de Nara y los del Monte Kōya y el Monte Hiei competían por la riqueza y el renombre.
En tanto que obstáculos, la avidez sexual y el deseo de fama y provecho deberían ser abandonados por los practicantes de la Vía del Buddha. Cuando Sawaki rōshi acuño la expresión “estupidez de grupo” pretendía referirse a los obstáculos que en esta edad moderna obstaculizan a todos, no solo a los practicantes budistas.
Por ello la enseñanza budista encuentra eco incluso más allá del círculo de la comunidad budista y se hace cada vez más importante para nuestra sociedad contemporánea. Hoy las personas viven en gran medida sosteniéndose sobre grupos y organizaciones, pero en realidad vagan superficialmente como hierbas sin raíces. El budismo puede ayudar a tales personas a despertarse de la ofuscación mental de la estupidez de grupo y a abrir los claros ojos del sí mismo.
Shōaku Okumura
Sawaki rōshi acuñó muchas expresiones singulares. Entre esta Uchiyama rōshi considera “estupidez de grupo” como el término que singulariza el obstáculo fundamental que en nuestra sociedad moderna se opone a las personas. La expresión japonesa, grupuboke, es difícil de traducir. Bokeru denota una mente que deja de funcionar de forma normal, a causa de condiciones internas o externas, como ebriedad, confusión, enfermedad, envejecimiento y otras cosas. Sawaki rōshi pretende decir que, cuando se identifican con un grupo o una organización, las personas pierden lucidez mental.
No estoy seguro si Sawaki rōshi acuñó la expresión “estupidez de grupo” expresamente para la gente de hoy. No se trata, en efecto, de un fenómeno exclusivamente moderno. Una mentalidad basada sobre prioridad del grupo existe en la cultura japonesa desde tiempos antiguos. Creo que ha sido la intuición de Uchiyama rōshi la que ha interpretado las admoniciones de Sawaki rōshi sobre la “estupidez de grupo” como una advertencia para los tiempos modernos.
En la biblioteca de mi instituto encontré El hombre de la organización de W.H Whyte. En aquella época no lo entendí muy bien, pero el título y un punto por lo menos me llamaron la atención. Recuerdo haber pensado que no quería ser un hombre de la organización. Recientemente me he acordado del libro. He hecho una búsqueda en internet y he encontrado una descripción: “Un hombre de la organización es un dependiente, en particular de una gran empresa, que se ha adaptado casi completamente a cuanto está previsto por la empresa en términos de actitudes, ideas, comportamientos, etc., hasta haber perdido el sentido de identidad y de la independencia personal.
Uchiyama rōshi parece haber tenido la misma intuición de William Whyte respecto al modo en el que las personas que trabajan para la organización pierden la propia identidad. Y esto vale para la mayor parte de los hombres de hoy. En el siglo XXI parece que todo el mundo humano se haya convertido en una inmensa empresa.
Solos, los seres humanos no están tan mal. Pero cuando se forma un grupo, padecen una parálisis, se convierten en completamente estúpidos y no consiguen distinguir el bien del mal. Su mentes resultan entorpecidas por el grupo. A causa de su deseo de pertenencia e incluso de pérdida de sí mismos, algunos llegan incluso a pagar cuotas de inscripción. Otras trabajan en la publicidad para atraer y embriagar a la gente con fines políticos, espirituales o comerciales.
Yo estoy a una cierta distancia de la sociedad, no para huir de ella, sino para evitar este tipo de parálisis. Practicar zazen es liberarse de esta estupidez de grupo.
Kōshō Uchiyama
En el budismo el obstáculo que causa el sufrimiento en la vida es llamado “deseo ilusorio” (kleśa en sánscrito, bonnō en japones). Qué deseo es considerado el peor obstáculo depende de la época y del lugar. En la antigua India se pensaba que el obstáculo más grande para los practicantes era el deseo sexual. Hacían grandes esfuerzos para controlar ese deseo. Más tarde, en el fascículo Gyōji del Shōbōgenzō, Dōgen zenji dice: “El deseo de fama es peor que la violación de los preceptos”. Él consideraba el perseguir fama y provecho como el mayor obstáculo para la práctica, probablemente porque en su tiempo los monjes de Nara y los del Monte Kōya y el Monte Hiei competían por la riqueza y el renombre.
En tanto que obstáculos, la avidez sexual y el deseo de fama y provecho deberían ser abandonados por los practicantes de la Vía del Buddha. Cuando Sawaki rōshi acuño la expresión “estupidez de grupo” pretendía referirse a los obstáculos que en esta edad moderna obstaculizan a todos, no solo a los practicantes budistas.
Por ello la enseñanza budista encuentra eco incluso más allá del círculo de la comunidad budista y se hace cada vez más importante para nuestra sociedad contemporánea. Hoy las personas viven en gran medida sosteniéndose sobre grupos y organizaciones, pero en realidad vagan superficialmente como hierbas sin raíces. El budismo puede ayudar a tales personas a despertarse de la ofuscación mental de la estupidez de grupo y a abrir los claros ojos del sí mismo.
Shōaku Okumura
Sawaki rōshi acuñó muchas expresiones singulares. Entre esta Uchiyama rōshi considera “estupidez de grupo” como el término que singulariza el obstáculo fundamental que en nuestra sociedad moderna se opone a las personas. La expresión japonesa, grupuboke, es difícil de traducir. Bokeru denota una mente que deja de funcionar de forma normal, a causa de condiciones internas o externas, como ebriedad, confusión, enfermedad, envejecimiento y otras cosas. Sawaki rōshi pretende decir que, cuando se identifican con un grupo o una organización, las personas pierden lucidez mental.
No estoy seguro si Sawaki rōshi acuñó la expresión “estupidez de grupo” expresamente para la gente de hoy. No se trata, en efecto, de un fenómeno exclusivamente moderno. Una mentalidad basada sobre prioridad del grupo existe en la cultura japonesa desde tiempos antiguos. Creo que ha sido la intuición de Uchiyama rōshi la que ha interpretado las admoniciones de Sawaki rōshi sobre la “estupidez de grupo” como una advertencia para los tiempos modernos.
En la biblioteca de mi instituto encontré El hombre de la organización de W.H Whyte. En aquella época no lo entendí muy bien, pero el título y un punto por lo menos me llamaron la atención. Recuerdo haber pensado que no quería ser un hombre de la organización. Recientemente me he acordado del libro. He hecho una búsqueda en internet y he encontrado una descripción: “Un hombre de la organización es un dependiente, en particular de una gran empresa, que se ha adaptado casi completamente a cuanto está previsto por la empresa en términos de actitudes, ideas, comportamientos, etc., hasta haber perdido el sentido de identidad y de la independencia personal.
Uchiyama rōshi parece haber tenido la misma intuición de William Whyte respecto al modo en el que las personas que trabajan para la organización pierden la propia identidad. Y esto vale para la mayor parte de los hombres de hoy. En el siglo XXI parece que todo el mundo humano se haya convertido en una inmensa empresa.
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Del libro Kōdō senza dimora
Kōshō Uchiyama, Shōaku Okumura
Ed. Ubaldini, Roma 2015
Traducción: Roberto Poveda
Fotografía: Roberto Poveda
En mi experiencia, con respecto a los grupos, es que nunca encajas o no te aceptan del todo, almenos de entrada. Algunos te invitan a entrar porque ven algún potencial que les interesa, pero incluso en la familia de tu pareja, lo más probable es que tengas problemas. Es muy interesante el comentario ya que te hace reflexionar sobre la estupidez de sentirte desubicado.
ResponderEliminarBentornato Jose Juan. Si bien de lo que hablan aquí los tres "maestros" es de los grupos en general, es curioso constatar que esta misma "estupidez de grupo" la encontramos en los grupos budistas, que teóricamente deberían de estar avisados.
ResponderEliminarCreer en el grupo (o en lo grupal) implica creer en el yo, y tengo la impresión de que "anatman" (La ausencia de yo o de ser permanente) es un concepto completamente olvidado en estos grupos (aunque se hable de vez en cuando de ello en las "homilias" que sueltan los "responsables") cuando puede que, "anatman", sea, desde el punto de vista teórico así como desde el punto de vista práctico, el único concepto propio y específico del budismo, y que distingue a esta vía espiritual de otras. Ahimsa, "no violencia", duhka, "sufrimiento", anitya, "impermanencia", etc. son conceptos compartidos con otras vías espirituales, y en muchos casos el budismo los tomo de allí, sin embargo "anatman" es completamente especifico del budismo y trasforma la práctica: descartando de entrada que cosas como el propio bienestar, la autosanación, la mejora de sí mismo, el logro para si del "satori", etc., tenga que ver con la práctica budista; o que, por ejemplo, apoyos como el de la shanga sean imprescindibles (útil sí, pero imprescindible no es).
Yo no creo que ni siquiera el concepto de anatman sea específico del budismo, estimado Roberto, puesto que esa no-dualidad inherente al concepto de anatman ya se encuentra en los vedas.
EliminarOtra cosa es q a partir de Siddharta Gautama se desarrollase un lenguaje propio o un estilo para tratar y apuntar hacia lo no-dualidad en la comunicación entre "veteranos" y "principiantes" q diese una vuelta de tuerca a lo ya existente en la época para lidiar con la codicia por los poderes espirituales.
Shankara hizo algo similar siglos después y nació el advaita.
La mayor o menor especifidad de una vía espiritual depende muchas veces más de la institución surgida a partir del mensaje del fundador, en su intento por buscar éxito en su expansión y mantenimiento, que del carisma y cualidades personales del reformador mismo.
Un fuerte abrazo
Bentornato Carlos.
ResponderEliminarAnatman y no-dualidad no son lo mismo, su "parecido" es tan solo superficial.
En los Vedas, o más bien en los Upanishad posteriores a los Veda, no dualidad se refiere a la unidad entre atman y Brahma (el alma y dios, en términos occidentales), lo cual es una afirmación sobre la naturaleza última de la realidad, es decir es una afirmación metafísica (igual que sucede en toda teología o en los fundamentos de cualquier ciencia, que son también de caracter metafísico), sin embargo el Buda rehuye explicitamente cualquier afirmación de caracter metafísico sobre la naturaleza de la realidad.
El Buda no dice que el yo no exista, o que su naturaleza verdadera implique la no diferencia entre sujeto y objeto, lo que dice es que a ese yo esencial, igual que cualquier supuesto no-yo esencial, no se les encuentra por ningún lado y que tampoco decidir entre cual de los dos extremos sea real (el mundo es no-dual; el mundo es dual o múltiple // afirmaciones ambas, ojo, que desde un punto de vista literal podemos encontrar ambas en este o aquel texto budista) es una cuestión relevante para la liberación tal como el la entiende y propone.
A este respecto podemos ver el (considerado) segundo discurso/sutra del Buda, en el que habla sobre "anatman", o "anatta" en pali. En este sutra, si bien los tradcutores han optado por traducir anatman como no-yo o no-ser (optando por traducir la párticula "a" de anatman, como una negación ("no"), cuando su sentido está en realidad mas cerca de un privativo, ("carente de"), vemos claramente que el Buda no está afirmando ninguna "verdad" negativa, sino invitandonos a comprobar como en todas las cosas nos es imposible encontrar a un ser esencial, permanente, satisfactorio, etc, Es decir, no está diciendo, tras el velo de maya se esconde en realidad la naturaleza esencial de los que somos, que es algo que mora en nosotros, eternamente, que podemos denominar atman, y que es igual a Brahma, el creador de todo.
Con todo, según estoy leyendo últimamente en Radakrisnan, uno de los más autorizados autores sobre filosofía hindú, la identidad atman-Brahman, presenta matices entre los distintos Veda en los que se afirma o en los Upansishad, y no siempre equivale a una identidad completa del tipo atman=Brahman, sino que a veces Brahman, aunque contiene a atman, es "Más" que atman, con lo cual la no-dualidad no estaría tan clara como tal vez se plantee posteriormente en el Advaita-Vedanta de Shankara. Por otra parte lo primeras Vedas, dedicados sobre todo a la correcta manera de desarrollar los ritos y muy cercanos a concepciones chamanicas, son completamente duales.
El segundo surta pronunciado por el Buda lo podéis leer aquí:
http://www.bosquetheravada.org/index.php?option=com_k2&view=item&layout=item&id=673&Itemid=356
Un abrazo
Anatman y no-dualidad no solo tienen un parecido profundo sino que prácticamente son lo mismo, estimado Roberto.
EliminarLos Upanishads, que son comentarios a los Vedas y como tales comentarios no muestran nada nuevo -de lo fundamental, se entiende- que no esté contenido ya en éstos, utilizan términos alusivos que no metafísicos y por lo tanto no establecen ninguna afirmación sobre la naturaleza de la realidad sino que optan por descripciones provisionales, relativas que en ningún caso pretenden ser verdades últimas ni pruebas concluyentes.
Ésto, para un hindú, está más que claro más aún si tenemos en cuenta que los Vedas se escribieron en sánscrito, mucho antes de la simplificación cognitiva en beneficio de la abstracción y en detrimento de la gramática relacional y eidética que supuso la aparición del alfabeto fenicio. Ésto es algo, que un indio de hoy -no digamos ya un chino y un japonés- tiene más que claro. No digamos entonces un contemporáneo de Buddha.
...
Lo que ocurre es que a nosotros, occidentales hijos del heleno-judeocristianismo, nos cuesta mucho salir de la "cárcel conceptual" que se inauguró en Occidente con Aristóteles y que se expandió y desarrolló con la modernidad hasta nuestros días, pretendiendo asaltar los cielos con la fuerza bruta, es decir, pretendiendo que el lenguaje deje resueltas todos los interrogantes que sus mismas limitaciones crea.
EliminarSi además, tenemos en cuenta, que nunca hasta hoy, en la espiritualidad y menos aún en el zen, se le había dado tanta importancia a la palabra escrita, sino que la transmisión -tal y como dijo Boddhidharma es de corazón a corazón- nadie puede esperar encontrarse en textos orientales afirmaciones últimas sobre la naturaleza de la realidad. Ésto es algo que cualquier oriental, incluído algunos países de mayoría musulmana, tiene muy claro, tan claro como que el aprendizaje ya no de la espiritualidad sino de cualquier disciplina de la vida se hacía oralmente, de persona a persona, de maestro a discípulo, y los libros tenían un papel muy secundario, por no decir inexistente.
Así, si cogemos tu interpretación del budismo como religión o vía no-dualista, no se entiende siquiera la propuesta inicial de que haya que liberarse de algo -como tú mismo afirmas al final de uno de tus párrafos en el anterior mensaje- luego caemos en un galimatías tal que ya no sólo deja por incomprensible tu interpretación, sino la necesidad del budismo en sí como religión.
...
Si, por el contrario, tenemos presente la primera parte de tal párrafo en la que recuerdas que el budismo no se plantea tales cuestiones ni las ve necesarias para la liberación, a la vez que recordamos términos empleados por ti y ya usados por tus maestros Uchiyama, Jiso y Yushin tales como Jiko, la totalidad de las cosas o ahondar en el espíritu, diría que la especifidad del budismo, volviendo a mi primer comentario, no es la de afirmar, no-afirmar, negar o no-negar nada sobre la realidad última sino de valerse de un estilo determinado lleno de medios hábiles -"upayas"- para evitar que el practicante quede atrapado o se desvíe por los poderes espirituales, incluido entre ellos la codicia por conocer la Verdad.
EliminarLuego que no se lo plantease, no la convierte en menos no-dualista o en nada no-dualista o en una cosa única incomprensible para el resto de la espiritualidad, ni mucho menos, sino que simplemente supone una propuesta no-dual en la que lo primero que se recomienda es evitar las cuestiones filosóficas (aunque irónicamente sus seguidore suelen ser hábiles filósofos, especialmente en el mundo Theravada) puesto que la cuestión de la liberación no e una cuestión intelectual sino vivencial, existencial que requiere de cada gota de nuestra energía en cada momento y no sólo de la buena forma de nuestro cerebro a la hora de reflexionar.
Por cierto, aunque Liquorman me parece una buena referencia -supongo que a éstas alturas no se te escapará que la cita que has copiado hay que leerla en términos de parábola, metafóricos, alusivos- no estaría mal que, como incursión en el mundo advaita, leyeses algo de Ramana o Nisargadatta, especialmente "Yo soy eso" - cualquier budista serio firmaría ese libro- más aún teniendo en cuenta que es la quinta vez que te lo recomiendo y que yo, no sólo leo siempre tus recomendaciones sino que hasta he llegado a leerme un libro de Uchiyama ;) :P . Para que sea un diálogo y no un monólogo no estaría mal que las recomendaciones fuesen en una carretera de doble sentido, digo yo.
Un abrazo no-dual
P. D: Lamento la extensión del texto y la publicación por fragmentos
Estoy convencido de que para los sinceros practicantes advaitas su vía espiritual no será un camino especulativo, sino profundamente vital, el lugar en el que encuentran el sentido de su práctica. Sin embargo, en mi caso, con mi sensibilidad, con mis condicionantes, no alcanzo a ver allí un camino para mí mismo. He intentado varias veces leer a Nisargadata, pero no me engancha, me parece especulativo a menudo, aunque el lo exprese por vías negativas, apofáticas. Al mismo tiempo no acabo de entender muy bien sus indicaciones para, por ejemplo, la práctica de la meditación; ¿Desalojar todos los pensamiento y solo conservar el pensamiento "yo soy eso"? ¿como una especie de mantra o de koan? Prefiero el camino del zen en el que en vez de "yo soy eso", hay solo "eso"... y ni siquiera eso. :)
EliminarClaro. La no-dualidad no podría ser de otro modo.
Eliminar:)
Por poner un ejemplo. Busco en Internet y me encuentro con estas afirmaciones de Wayne Liquorman, al parecer un conocido escritor y seguidor del Advaita-Vedata, y que por lo que yo he leido parece alguien sensato, aunque de Advaita se poco. Dice Liquorman:
ResponderEliminar"...yo no estoy en mi cuerpo. Ahí radica la cuestión. Cuando hablo desde el punto de vista de la trascendencia, no estoy en el cuerpo, sino que hablo a través del cuerpo. El cuerpo es un fenómeno temporal. Yo soy eterno." y poco después añade: "El "yo" es diferente del "Yo". El "yo" pretende en vano ser el "Yo": es el "yo" el que reclama ser la Fuente.".
Esto son afirmaciones que, pueden estar mu bien, pero no encontrariamos nunca en un budista (quiero decir en un budista coherente), y menos aun si es un practicante zen.
Muy agradecido a Roberto y a todos los demás por vuestras aportaciones.
ResponderEliminarSobre filosofía hindú y advaita no os puedo aportar gran cosa ya que de momento me limito a tener una aproximación más bien introductoria. En este punto me ha parecido sugerente lo que ha aportado Roberto sobre las matizaciones en la identidad entre atman y Brahman ya que desde una perspectiva más bien mística yo más bien he leído a algún autor que de una forma u otra considera ambos polos como no duales, y vete a sober hasta donde los considera como equivalentes.
Y dejando de momento a un lado la filosofía, mi experiencia en concreto me lleva a subcribir esta afirmacíon que Roberto ha recogido en el apartado dedicado a Kosho Usiyama:
"la avidez sexual y el deseo de fama y provecho deberían ser abandonados por los practicantes de la Vía del Buddha."
Probablemente estos dos puntos tocan particularmente puntos muy ancestrales de nuestros egos.
Saludos y hasta la próxima.
El tema de si todas las vías-espirituales/religiones son o no son lo mismo, es decir que todas ofrecen a quienes las siguen lo mismo, que todas responden a un necesidad idéntica de quienes a ellas se acercan y que todas llevan al mismo lugar, por lo que leo, es algo que despierta el interés de algunos de los que aquí hemos comentado.
ResponderEliminarAfirmar que Cristianismo=Ritualismo Védico=Advaita Vedanta=Dvaita Vedanta (la importante escuela védica dualista iniciada por Madhwacharya en el siglo XIII))=Budismo=Religiones Chamánicas (sean de donde sean)=Shintoismo (la religión supuestamente autóctona del Japón)=Zoroastrimo=Judaísmo=Confucianismo=Islam=Bon (la religión autóctona del Tibet)=Nuevas Religiones (en todas sus variedades)=etc., etc., etc., a mí personalmente me parece no solo un atrevimiento intelectual y espiritual (como es el de suponer que uno sabe lo que el otro piensa, sabe, necesita y practica desde el punto de vista espiritual, diga lo que diga el otro), sino también una posible fuente de error grave y reduccionista pues, negando al otro, se predica implícitamente que si la Vía Espiritual del Otro puede tener algo de verdadero o de bueno es porque esa vía contiene ya el germen, no ya de la supuestamente (pues nunca ha sido formulada) verdadera y única vía espiritual universal, sino de Mi Propia Vía Espiritual, es decir de aquello que he construido en mi cabeza y que me resultaría tranquilizador encontrar en los otros, aun sin el consenso de los otros. Es decir, se cae en una operación de homologación del otro a mis propios pensamientos, lo cual, como poco, es un acto de prepotencia.
Pero hay quienes, efectivamente y no solo aquí, afirman lo contrario, es decir afirman esa supuesta identidad entre las distintas vías espirituales, lo cual, esté o no esté yo de acuerdo, es muy respetable.
Aun no siendo, mas que muy tangencialmente, el tema de la presente entrada, me comprometo a publicar próximamente, cuando acabe de postear unos pocos capítulos más del libro de Sawaki-Uchiyama-Okumura que tengo previsto ir colgando todavía, un texto que he traducido recientemente sobre la cuestión del diálogo interreligioso desde una óptica budista zen (dicho texto, para los impacientes, puede ser ya leído en el apartado en español de la página de la Stella del Mattino http://www.lastelladelmattino.org/).
No estoy tan convencido de que sea posible saber cual es el sufrimiento del otro. ¿Cuanto sufre?, ¿cómo sufre? son cuestiones que, por ejemplo, los expertos que trabajan en las unidades de dolor no se atreven a responder, llo que hacen normalmente, según me cuentan, es simplemente tomar el testimonio del otro como válido. Y lo mismo valdría para otros sentimientos como amor, odio, alegría, etc.
ResponderEliminarSi yo te veo un día por la calle, y tu me dices, "estoy hecha polvo porque me acaban de diagnosticar un cancer", yo realmente no tengo medios para saber cuales son las dimensiones reales, interiores, tuyas, de ese "estar hecha polvo"; solo puedo imaginarme como respondería yo y proyectar ese pensamiento sobre ti; pero ese pensamiento mio puede equivocarse muchísimo en relación a tu realidad íntima.
En alguna otra parte Sawaki afirma, era un poco directo y bruto en sus relaciones con los demás, que los humanos no podemos compartir en realidad ni siquiera un pedo. Esto por lo menos en lo que tiene que ver con las cosas importantes, como el sentido interior de lo religioso para cada cual, es así.: Mis alegrías y dolores son solo míos, mi vida profunda es mía y mi muerte será también completamente mía. Compartir lo indecible, lo inefable, lo inexpresable es realmente una tarea imposible. Podemos hacer alusiones poéticas, pero eso solo le sirve al otro para excitar sus pensamientos y su imaginación, no para entender de verdad lo inexpresable... sino ya no sería inexpresable.
En los caminos espirituales lo que de verdad importa no se puede decir ni se puede compartir, solo se puede mostrar el ardor y/o la confianza con que uno lo busca o lo vive. Se consigue así, en el mejor de los casos, que el otro inicie también por sus propios medios la búsqueda, y que encuentra y viva por sí mismo lo que tenga que vivir, en su interior, del misterio; pero ese misterio permanece personal y en el fondo que importa es intrasmisible.
"caminos espirituales lo que de verdad importa no se puede decir ni se puede compartir, solo se puede mostrar el ardor y/o la confianza con que uno lo busca o lo vive. Se consigue así, en el mejor de los casos, que el otro inicie también por sus propios medios la búsqueda, y que encuentra y viva por sí mismo lo que tenga que vivir, en su interior, del misterio; pero ese misterio permanece personal y en el fondo que importa es intrasmisible."
ResponderEliminarSabía yo que estaba muy cerca el día en que el uno suscribiría al 100% un párrafo del otro, con puntos, comas y demás signos ortográficos.
Así, la especificidad del budismo no estaría más que en su lenguaje, en un aspecto superficial. E incluso cabría añadir, para los amigos de los peligros potenciales, que fomenta la posibilidad de que cierta identidad espiritual, que siente separada, única, diferente e independiente se aferra a nuestra mano del pensamiento.
Un abrazo
Bentornato Carlos. Todas las religiones no son sino la misma es, según creo entender, lo que afirmas; K. Sawaki también afirmaba a veces el extremo opuesto, cada persona tiene su propia religión. En un cierto sentido son cuestiones metafísicas cuya respuesta es indiferente para el practicante, en otro sentido, práctico, la verdad es que nunca me he encontrado a nadie que realice de verdad esa supuesta unidad. Quienes hablan de esa unidad supuesta, (Pannikar, L. Mazzochi, Nicolini-Zani, entre los cristianos, y creo que algunos advaitas también son aficionados a esa afirmación), en realidad solo hablan de esa unidad en tanto que coincida con su propia vía; y por otra parte, después de hablar, lo que practican en realidad es su propia vía, no adentrándose en la del otro más que superficial y literariamente.
ResponderEliminarRespecto a eso que dices sobre fomentar "la posibilidad de que cierta identidad espiritual, que siente separada, única, diferente e independiente se aferra a nuestra mano del pensamiento", no acabo de entender muy bien a qué te refieres.
Un abrazo
Estimulantes disertaciones me traen algunas memorias familiares.... y la conclusión muy clara: Lo que de verdad importa no se puede decir ni compartir....
ResponderEliminary aun así gracias por compartir la profundidad de su Conocimiento: