Lo prometido es deuda. La segunda parte del análisis del Genjo Koan por Gudo Nishijima, continuación de la anterior entrada con la traducción al japonés moderno del Genjo Koan, traducida posteriormente al inglés por Nishijima y al español (1ª parte aquí).
Para los que no estén familiarizados con la forma de leer la obra de Dogen Zenji en términos contemporaneos, así como el budismo en general, de Nishijima, recomiendo, si lo desean, que revisen algunos artículos de Nishijima ya presentados anteriormente en este blog, especialmente el primero de esta serie de tres artículos sobre el Shobogenzo, "Porqué el Shobogenzo es dificil de comprender" (Aquí), también su interpretación de las cuatro nobles verdades ,llamada "Las cuatro visiones" (Aquí).
El budismo es un trabajo que todos y cada uno hemos de reiniciar desde cero. En nuestra propia vida, es decir en nuestra propia carne real, pero también en nuestra propia mente y en nuestra propia comprensión intelectual (aunque a menudo se piense que esto es anatema). No se trata de un sistema doctrinal que debamos aprender, que debamos memorizar como se memoriza, por ejemplo "La Revolución Francesa", cara a un examen. No es una doctrina, es decir una "ortodoxia". Tampoco se trata, como a menudo parecen creer muchos occidentales, de repetir sin más ni más una serie de gestos más o menos importados de otras personas, de otras tradiciones, de otras culturas. No se trata tampoco por tanto de una "ortopraxis". Se trata de realizar en cada uno de nosotros una verdad que nos habita desde siempre, y que hemos olvidado.
Para ello algunas prácticas, ciertamente, pueden resultarnos útiles. Algunas doctrinas, algunos saberes, algunas formas de decirnos el mundo, también. En el budismo denominamos a estos medios habiles upaya. Gudo Nishijima, desde el plano de la reflexión, nos propone su propia reflexión. Ayudandonos a abordar desde un punto de vista racional, la palabra de Dogen. A mi, personalmente, su sistema para interpretar el budismo, que él llama "cuatro filosofías y una realidad", o sistema SOAR (Subjetividad, Objetividad, Acción y Realidad), me ha resultado tremendamente esclarecedor. Y por ello habré de estarle agradecido siempre.
No solo los gestos repetidos son parte de nuestra vida, sino también la reflexión. Es con nuestra mente y con nuestro cuerpo, como costruimos nuestra vida de cada de dia, con nuestros gestos conscientes o inconscientes, con nuestras ilusiones y con nuestros despertares. Es por tanto con nuestra mente y con nuestro cuerpo como hemos de deconstruir nuestra vida de cada día para profundizar cada vez más en la realidad absoluta que nos constituye. Sinceramente deseo que la reflexión de Nishijima os inspire.
No solo los gestos repetidos son parte de nuestra vida, sino también la reflexión. Es con nuestra mente y con nuestro cuerpo, como costruimos nuestra vida de cada de dia, con nuestros gestos conscientes o inconscientes, con nuestras ilusiones y con nuestros despertares. Es por tanto con nuestra mente y con nuestro cuerpo como hemos de deconstruir nuestra vida de cada día para profundizar cada vez más en la realidad absoluta que nos constituye. Sinceramente deseo que la reflexión de Nishijima os inspire.
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Análisis del Genjo Koan
El Universo Realizado
Gudo Nishijima
Gudo Nishijima
(2ª Parte)
El Shôbôgenzô Genjô-kôan está dividido en nueve párrafos y el octavo es más coherente si se lo divide en dos subpárrafos. Lo que hace diez párrafos para este capítulo, que pueden ser repartidos en cuatro grupos como se ha visto más arriba.
Haré referencia a cada párrafo utilizando el nombre entre corchetes que reenvía a la página correspondiente de mi obra (el Shôbôgenzô en japonés moderno). El párrafo 83 es el primer párrafo en el que el maestro Dôgen sitúa los principios fundamentales que gobiernan toda la estructura del Shôbôgenzô. Este primer párrafo sitúa el marco de trabajo teórico y, como tal, pertenece al punto de vista subjetivo.
Los párrafos 84, 85, 86 y 87 son descripciones de situaciones concretas relativas a una persona que persigue la verdad budista. Estas descripciones pertenecen, por tanto, al segundo grupo, el punto de vista objetivo.
Pero al interior de este segundo grupo objetivo podemos dividir un poco más. El párrafo 84 se relaciona con las intenciones personales, o con la voluntad, y es por consiguiente subjetivo por naturaleza en el interior de un grupo objetivo más grande.
El párrafo 85 trata de la percepción sensorial y el mundo exterior, y se sitúa así en la segunda fase (el subgrupo objetivo).
El párrafo 87 trata de la realidad concreta porque explica la relación mutua entre el sujeto y el objeto y la idea budista de base sobre la instantaneidad en el presente.
Así, al interior del segundo grupo,conteniendo los párrafos 84, 85, 86 y 87, encontramos los párrafos (S), (O), (A), (R) a pesar de que los cuatro párrafos pertenecen al grupo (O).
Los párrafos 89, 90 y la primera y segunda parte del 91 son descripciones de esfuerzos budistas concretos, de hechos budistas o de comportamientos budistas.
El párrafo 89 es una explicación de la obtención del despertar, y el despertar es el lado mental de la realización de la Verdad. Así este párrafo pertenece a la primera fase de la práctica budista: el párrafo 89 es un párrafo (S) en el grupo (A).
El párrafo 90 describe la situación concreta de una persona que ha alcanzado el despertar y pertenece a la situación concreta de una persona que ha alcanzado el despertar y pertenece a la fase objetiva. Es pues un párrafo (O) en el grupo (A).
Pienso que es coherente dividir el párrafo 91 en dos párrafos porque, desde el comienzo del párrafo hasta la frase de las novenas y la décima lineas: “podría ser que la vida sea los pájaro y que sea los peces”, el maestro Dôgen ilustra la idea de unidad entre el actor y la acción. Pero en la frase “bien podrían haber otras expresiones que vayan incluso más lejos”, al final del párrafo, se trata de hechos concretos , es decir la práctica, la experiencia, la edad. Así pues, parece natural dividir este párrafo en dos partes.
El párrafo 94 es el último párrafo del capítulo y pertenece al grupo (R). El maestro Dôgen cita la historia budista china del maestro Mayoku Ho-tetsu y de su discípulo. Fundamentalmente la verdad budista, es decir la realidad, no puede ser descrita con palabras. Cuando el maestro Dôgen quiere hablar de la realidad utiliza a veces historias budistas o kôan. Este párrafo es un ejemplo en el que utiliza una historia china para simbolizar la realidad.
Podemos ahora resumir la estructura general del capítulo:
La estructura SOAR
He puesto de relieve la forma en la cual el Shôbôgenzô sigue esta estructura SOAR específica, basada sobre el principio de Tres Filosofías y Una Realidad. La estructura SOAR nos conduce de lo (S)ubjetivo a lo (O)bjetivo, y de la (A)cción a la (R)ealidad.
La estructura SOAR a nivel de párrafo
Al interior de cada párrafo del Genjô kôan podemos todavía volver a trazar la estructura SOAR. Yo he analizado ya la estructura del primer párrafo en este pequeño libro.
La primera frase del segundo párrafo describe la ilusión resultante de una intención subjetiva, dice: “ Impulsarnos a practicar y experimentar las miriadas de cosas y fenómenos es ilusión”. Esto es una descripción subjetiva de la diferencia entre realización e ilusión y por tanto pertenece a la fase subjetiva.
A continuación la frase siguiente: “Cuando las miriadas de cosas y fenómenos nos practica y nos experimentan activamente, esto es realización” describe las circustancias objetivas que influencian a una persona actuando, y pertenece así a la fase objetiva.
A partir de la tercera frase el párrafo dice: “Aquellos que realizan totalmente la ilusión son budas. Aquellos que están completamente en la ilusión a propósito de la realización son personas ordinarias. Hay personas que alcanzan una gran realización partiendo de la realización. Hay personas que aumentan su ilusión en medio de la ilusión.”. Estas frase describen la situación real de personas que alcanzan la realización y están en la ilusión a propósito de la realización. Asi estas frases pertenecen a la fase acción.
Las dos fases siguientes: “Cuando los budas son verdaderamente budas, no tienen necesidad de reconocerse ellos mismo en tanto que budas. Sin embargo hacen la experiencia del estado de buda, y continuan haciendo la experiencia”, expresan el estado de Buda realizado, y asi pertenecen a la fase última.
Entonces, en el segundo párrafo 84, la primera fase pertenece a (S), la segunda frase pertenece a (O), las cuatro siguientes a (A), y las dos últimas a (R).
Otro ejemple aparece en el párrafo siguiente 85, este párrafo trata de las percepciones directas, entonces el conjunto del párrafo pertence a (O). Pero, al mismo tiempo, la primera frase, “nos servimos de nuestro cuerpo-espíritu para mirar las formas, y nos servimos de nuestro cuerpo-espíritu para escuchar los sonidos”, trata a la vez del aspecto mental del sujeto (S), y de las percepciones del mundo exterior, o de los objetos, por nuestros sentidos físicos (O).
La última parte de la frase, “nuestra percepción humana no podrá nunca ser como el reflejo de una imagen en un espejo, ni como el agua y la luna”, describe la situación real de nuestras facultades percepctivas humana y por tanto pertenece a (R).
Igualmente podemos redibujar la estructura SOAR a nivel de párrafo en la casi totalidad de párrafos del Shôbôgenzo.
La estructura SOAR a nivel de la frase
Al comienzo del Genjô-Kôan encontramos la frase siguiente: “Cuando todas las cosas y fenómenos son enseñanzas de Buda, entonces hay ilusión y realización, práctica y experiecia, vida y muerte, budas y personas ordinarias.” La frase comprende cuatro pares de palabras: ilusión y realización, práctica y experiencia, vida y muerte, budas y personas ordinarias. El primer par, ilusión y realización, reenvía a las distinciones de estados de la mente y es de tipo (S), El segundo par, práctica y experiencia, es concreto y factual, y es pues del tipo (O). La vida y la muerte estan directamente ligadas a la existencia y entonces es de tipo (A). Budas y personas ordinarias son distinciones que se hacen de nuestra vida real y es del tipo (R). Así, al interior de una misma frase, la estructura SOAR es operacional. Es esto un indicación clara de que el maestro Dôgen a utilizado esta estructura en cuatro fases todo a lo largo de su obra filosófica.
La estructura SOAR en el nivel de la composición de palabras
Puesto que todo el pensamiento del maestro Dôgen está en cuatro fases, reencontramos la estructura SOAR incluso en el nivel de la composición de las palabras. Por ejemplo, hay cuatro compuestos particulares que son frecuentemente utilizados a traves del Shôbôgenzo. Son chônei, ganzei, kentô y biku. El compuesto chônei significa cabeza. Es utilizado a menudo como símbolo del pensamiento intelectual. Ganzei significa globo ocular, y es utilizado a menudo para indicar el objetivo o el punto de vista material. Kentô significa un puño y es utilizado a menudo como simbolo de la acción. Y biku significa la nariz, utilizado como simbolo de la vida misma, remontando a la antigua creencia india de que el aire que respiramos es la base de nuestra vida.
Asi, estos cuatro compuestos, comportan la estructura SOAR, chônei o el intelecto, es (S), ganzei o la percepción sensorial es (O), kento o la acción es (A), y biku o la vida misma es (R). Sin comprender el simbolismo vehiculizado por estas cuatro palabras compuestas importantes del Shôbôgenzo es extremadamente difícil comprender la verdadera significación.
Otro ejemplo son los cuatro compuestos hôshin, shugô, bôdai, y nehan. Hôshin es una abreviatura de hotsi bôdaishin, establecimiento de la voluntad hacía la verdad, shugyô significa los esfuerzos concretos en la bísqueda del budismo, bôdai significa llegar a la verdad, y nehan es el el estado sereno y apacible en si mismo.
Hôshin es la voluntad, el deseo y por tanto (S), shugyô representa el esfuerzo concreto y por tanto (O), bôdai es acción (A), y nehan la verdad (R). No es sino reconociendo la estructura SOAR como podremos interpretar de una forma significativa estos grupos de compuestos en el Shôbôgenzo.
La estrucutra SOAR en el nivel de caracteres de una palabra
Si postulamos que la estructura SOAR recorre todo el pensamiento y la obra del maestro Dôgen, deberíamos ser capaces de volverar a trazar incluso en el nivel de los caracteres de una palabra. De hecho podemos hacerlo.
El concepto central del budismo, el dharma, se traduce en japonés por hô. Al mismo tiempo que comenzaba a captar la organización global de los pensamientos en el Shôbôgenzo observé que hô era utilizado de múltiples formas diferentes según el contexto. Estas múltiples formas podían ser fácilmente clasificadas en cuatro grupos.
La primera significación de hô es la de la enseñanza de Buda Gautama. Este nos ha enseñado la verdad filosófica suprema que llamamos dharma. Por tanto hò puede ser traducido aquí como enseñanza, filosofía, teoría, principio. La primera frase del Genjôkôan contiene el compuesto buppô, una combinación de butsu y de hô. Aquí butsu significa la enseñanza budista, que pertenece al grupo (S).
Pero en la misma frase encontramos el compuesto shoho, combinación de sho y ho, que significa todas las cosas y fenómenos. Aquí sho significa múltiple y ho significa el mundo exterior, la substancia material, el entorno. Luego ho también tiene esta interpretación concreta (O).
En el párrafo 91 del Genjô-kôan, encontramos esta frase: “Pero cuando se encuentra este entorno aquí y ahora, se sigue naturalmente que nuestro comportamiento presente realiza el Universo.” La palabra japonesa que se traduce por “aquí y ahora” es ippô, una combinación de ichi, uno, y hô, dharma. En este contexto hô sugiere nuestra conducta en el momento presente (A).
Y en el último párrafo 94 las palabras “La verdadera experiencia de los dharmas budistas” es buppô en japonés. En este contexto el hô de buppô significa dharma o la inefable realidad suprema (R).
Así, incluso en el nivel de los caracteres de una palabra, el grupo SOAR puede ser visto como una parte integral de la estructura del Shôbôgenzo.
La estructura SOAR y su pertinencia en la historia del pensamiento en el mundo.
Para concluir voy a posicionar firmemente la estructura SOAR en las corrientes mundiales del pensamiento.
Una de las diferencias más importantes entre los humanos y los monos se situa en el peso de sus cerebros respectivos. Este hecho nos permite pensar que los humanos son bastante más inteligentes que los monos. De hecho, nadie puede renegar seriamente del hecho que el intelecto es la caracteristica central que separa los humanos de otras especies.
La civilización grecorromana puede que sea uno de los puntos culminantes del desarrollo de nuestro mundo y es ahí donde observamos por primera vez la división del pensamiento en dos corrientes distintas. Podemos comprender como ha sucedido esto por la naturaleza misma del pensamiento: se mira hacia el interior y nos convertimos en subjetivos, o hacia el exterior y nos convertimos en objetivos. No tenemos otra elección a nivel intelectual.
Platon miraba si ninguna duda hacia el interior: un idealista que ha basado su filosofía sobre la verdad de las ideas. Pero esta civilización ha producido también a Demócrito, que describía el mundo como una acumulación de moléculas. Era materialista. Estos dos puntos de vista filosóficos están siempre en conflicto, las creencias de unos contradicen las de otros. Los idealista creen en la libertad humana, los materialistas son deterministas. Los dos conceptos se excluyen mútuamente.
En los últimos días del Imperio Romano la filosofía platónica, intrinsecamente idealista, se ha encontrado con la emergente religión cristiana. La filosofía de Platón, la potencia de las ideas y la supremacía del espíritu dieron al cristianismo una base filosófica sólida a partir de la cual podía explicar sus creencias y esto lo que permitió al cristianismo desarrollar y crecer poderosamente a medida que se expandía en la Europa medieval.
La época medieval en Europa ha estado dominada por las creencias cristianas, espíritu y fe fueron reverenciadas mientras que el cuerpo físico, la materia y el mundo secular eran desestimados. A partir de ese momento la Europa medieval cayo en el idealismo (S).
En el Renacimiento la gente redescubrió su corporalidad y su percepción sensorial. Las creencias fueron poco a poco centárndose sobre lo que podía ser percibido por los sentidos, y sobre lo que no podía serlo se levantoó la duda. Lo cual marcó el inicio de la era científica. En alguna parte en el periodo entre 1500 y 1700, es decir al comienzo de la revolución científica, tomo cuerpo un movimiento irreversible hacia la ciencia y fuera de las religiones. En consecuencia, mientras que la ciencia se conviertía en más fuerte, la fuerza de las religiones idealistas disminuía, alcanzando un punto álgido en algun sitio hacia la mitad del siglo XIX. La filosofía materialista de Marx puede ser que marque el punto culminante del pensamiento materialista, conduciendo a Nietzche a proclamar que nuestros dioses estaban muertos. El periodo del Renacimiento hasta el final del siglo XIX representa una fuerte fase materialista (O) en el desarrollo de nuestra civilización.
Cuando se convierte en evidente que la visión científica del mundo no dejaba ningún lugar para los dioses, la religión y el espíritu, nació un sentimiento de malestar, de ansiedad. Y esta ansiedad fue la fuerza motriz de la búsqueda de una nueva filosofía para sobrepasar el materialismo. Existencialismo, pragmatismo, fenomenología, todas son filosofías de vida que tienten por objetivo reencontrar el valor del comportamiento humano, la ética y la nosión del ser. En este sentido están concernidas por nuestras acciones (A) en este mundo.
En este boceto a grandes rasgos del transcurso de la civilización occidental podemos ver los orígenes del idealismo (S) en la grecia antigua, el redescubrimiento de la materia y del mundo exterior (O) en el Renacimiento, el punto culminante de la visión materialista hacia la mitad del siglo XIX, y una orientación hacia una filosofía que trascienda a ambas (A) en los tiempos modernos. Pero si nos limitamos en nuestra búsqueda al dominio del intelecto, es decir el dominio en el cual analizamos y comprendemos el emundo únicamente por la razón, el dominio donde el espíritu reina competamente, es imposible encontrar na nueva filosofía que permita reconcquistar el valor humano en medio de nuestras sociedades materialistas.
Para guiar nuestra civilización hacia una nueva era, una era en la que nuestra conducta real tenga valor, así como nuestros pensamientos relativos a esa conducta, entonces debemos realizar el sentido y los límites de la inteligencia humana. Y esto por que nuestra verdadera conducta sobre la tierra no es una actividad intelectual. En el dominio de la actividad intelectual podemos encontrar dos aproximaciones o filosofías fundamentales; la filosofía del sujeto y la filosofía del objeto. Pero nuestra conducta, nuestras acciones, no pertenecen al mismo dominio que la filosofía. Es muy simple, pero muy importante darse cuenta de este hecho El corpus de conocimientos que describe este hecho tambieén es solo una filosofía – la llamo Filsosfía de la Acción.
Utilizando la estructura SOAR que he expuesto aquí, se puede volver a poner las filosofías idealista y materialistas en su justo lugar. Y se puede ir más lejos para constatar que la filosofía de la acción, a pesar de ser un conjunto de conocimientos, no está limitada a las discusiones en el dominio del intelecto – muestra una forma de entrar en el dominio mismo de la acción. Esta via es la práctica eterna de zazen, En la condición de zazen nosotros nos sentamos en la realidad y podemos cláramente realizar este hecho. Y la experiencia de encontrarse en la realidad, más que vivir en el mundo del intelecto necesita su propia nueva filosofía. Así la estructura SOAR se convierte en un punto entre filosofía tradicional y realidad – un punto entre el mundo materialista de la sociedad moderna y una nueva era de la civilización humana fundad sobre la conducta o la acción misma. Este es el valor del Shôbôgenzo y este es el mensaje del maestro Dôgen.
Espero sinceramente que los numerosos especialistas de las religiones a través del mundo sean sensibles al mensaje del Shôbôgenzo. Espero que la estructura SOAR, que he puesto en evidencia aquí, ayudará a la obra del maestro Dôgen a encontrar su justo lugar en la historia mundial del pensamiento.
Haré referencia a cada párrafo utilizando el nombre entre corchetes que reenvía a la página correspondiente de mi obra (el Shôbôgenzô en japonés moderno). El párrafo 83 es el primer párrafo en el que el maestro Dôgen sitúa los principios fundamentales que gobiernan toda la estructura del Shôbôgenzô. Este primer párrafo sitúa el marco de trabajo teórico y, como tal, pertenece al punto de vista subjetivo.
Los párrafos 84, 85, 86 y 87 son descripciones de situaciones concretas relativas a una persona que persigue la verdad budista. Estas descripciones pertenecen, por tanto, al segundo grupo, el punto de vista objetivo.
Pero al interior de este segundo grupo objetivo podemos dividir un poco más. El párrafo 84 se relaciona con las intenciones personales, o con la voluntad, y es por consiguiente subjetivo por naturaleza en el interior de un grupo objetivo más grande.
El párrafo 85 trata de la percepción sensorial y el mundo exterior, y se sitúa así en la segunda fase (el subgrupo objetivo).
El párrafo 87 trata de la realidad concreta porque explica la relación mutua entre el sujeto y el objeto y la idea budista de base sobre la instantaneidad en el presente.
Así, al interior del segundo grupo,conteniendo los párrafos 84, 85, 86 y 87, encontramos los párrafos (S), (O), (A), (R) a pesar de que los cuatro párrafos pertenecen al grupo (O).
Los párrafos 89, 90 y la primera y segunda parte del 91 son descripciones de esfuerzos budistas concretos, de hechos budistas o de comportamientos budistas.
El párrafo 89 es una explicación de la obtención del despertar, y el despertar es el lado mental de la realización de la Verdad. Así este párrafo pertenece a la primera fase de la práctica budista: el párrafo 89 es un párrafo (S) en el grupo (A).
El párrafo 90 describe la situación concreta de una persona que ha alcanzado el despertar y pertenece a la situación concreta de una persona que ha alcanzado el despertar y pertenece a la fase objetiva. Es pues un párrafo (O) en el grupo (A).
Pienso que es coherente dividir el párrafo 91 en dos párrafos porque, desde el comienzo del párrafo hasta la frase de las novenas y la décima lineas: “podría ser que la vida sea los pájaro y que sea los peces”, el maestro Dôgen ilustra la idea de unidad entre el actor y la acción. Pero en la frase “bien podrían haber otras expresiones que vayan incluso más lejos”, al final del párrafo, se trata de hechos concretos , es decir la práctica, la experiencia, la edad. Así pues, parece natural dividir este párrafo en dos partes.
El párrafo 94 es el último párrafo del capítulo y pertenece al grupo (R). El maestro Dôgen cita la historia budista china del maestro Mayoku Ho-tetsu y de su discípulo. Fundamentalmente la verdad budista, es decir la realidad, no puede ser descrita con palabras. Cuando el maestro Dôgen quiere hablar de la realidad utiliza a veces historias budistas o kôan. Este párrafo es un ejemplo en el que utiliza una historia china para simbolizar la realidad.
Podemos ahora resumir la estructura general del capítulo:
- 1.83 - Expresión del principio. Párr. (S) incluyendo (S), (O), (A) y (R).
- 2.84 – Aspectos teóricos de hechos budistas objetivos. Párr. (S) en el grupo (O).
- 3.85 – Aspectos perceptivos de hechos budistas objetivos. Párr. (O) en el grupo (O).
- 4.86 – Los hechos budistas concretos efectivos. Párr. (A) en el grupo (O).
- 5.87 – Realización del Dharma en los hechos budistas concretos. Párr. (R) en el grupo (O).
- 6.89 – Descripción subjetiva de esfuerzos budistas efectivos. Párr. (S) en el grupo (A).
- 7.90 – Descripción objetiva de esfuerzos budistas efectivos. Párr. (S) en el grupo (A).
- 8.91 i. - Descripción de la acción por una imagen. Párr. (A) en el grupo (A).
- 8.91 ii – Descripción de la acción en el absoluto. Párr. (R) en el grupo (A).
- 10.94 – Expresión simbólica del Dharma o de la realidad por medio de kôan. Párr. (R) en el grupo (O).
La estructura SOAR
He puesto de relieve la forma en la cual el Shôbôgenzô sigue esta estructura SOAR específica, basada sobre el principio de Tres Filosofías y Una Realidad. La estructura SOAR nos conduce de lo (S)ubjetivo a lo (O)bjetivo, y de la (A)cción a la (R)ealidad.
La estructura SOAR a nivel de párrafo
Al interior de cada párrafo del Genjô kôan podemos todavía volver a trazar la estructura SOAR. Yo he analizado ya la estructura del primer párrafo en este pequeño libro.
La primera frase del segundo párrafo describe la ilusión resultante de una intención subjetiva, dice: “ Impulsarnos a practicar y experimentar las miriadas de cosas y fenómenos es ilusión”. Esto es una descripción subjetiva de la diferencia entre realización e ilusión y por tanto pertenece a la fase subjetiva.
A continuación la frase siguiente: “Cuando las miriadas de cosas y fenómenos nos practica y nos experimentan activamente, esto es realización” describe las circustancias objetivas que influencian a una persona actuando, y pertenece así a la fase objetiva.
A partir de la tercera frase el párrafo dice: “Aquellos que realizan totalmente la ilusión son budas. Aquellos que están completamente en la ilusión a propósito de la realización son personas ordinarias. Hay personas que alcanzan una gran realización partiendo de la realización. Hay personas que aumentan su ilusión en medio de la ilusión.”. Estas frase describen la situación real de personas que alcanzan la realización y están en la ilusión a propósito de la realización. Asi estas frases pertenecen a la fase acción.
Las dos fases siguientes: “Cuando los budas son verdaderamente budas, no tienen necesidad de reconocerse ellos mismo en tanto que budas. Sin embargo hacen la experiencia del estado de buda, y continuan haciendo la experiencia”, expresan el estado de Buda realizado, y asi pertenecen a la fase última.
Entonces, en el segundo párrafo 84, la primera fase pertenece a (S), la segunda frase pertenece a (O), las cuatro siguientes a (A), y las dos últimas a (R).
Otro ejemple aparece en el párrafo siguiente 85, este párrafo trata de las percepciones directas, entonces el conjunto del párrafo pertence a (O). Pero, al mismo tiempo, la primera frase, “nos servimos de nuestro cuerpo-espíritu para mirar las formas, y nos servimos de nuestro cuerpo-espíritu para escuchar los sonidos”, trata a la vez del aspecto mental del sujeto (S), y de las percepciones del mundo exterior, o de los objetos, por nuestros sentidos físicos (O).
La última parte de la frase, “nuestra percepción humana no podrá nunca ser como el reflejo de una imagen en un espejo, ni como el agua y la luna”, describe la situación real de nuestras facultades percepctivas humana y por tanto pertenece a (R).
Igualmente podemos redibujar la estructura SOAR a nivel de párrafo en la casi totalidad de párrafos del Shôbôgenzo.
La estructura SOAR a nivel de la frase
Al comienzo del Genjô-Kôan encontramos la frase siguiente: “Cuando todas las cosas y fenómenos son enseñanzas de Buda, entonces hay ilusión y realización, práctica y experiecia, vida y muerte, budas y personas ordinarias.” La frase comprende cuatro pares de palabras: ilusión y realización, práctica y experiencia, vida y muerte, budas y personas ordinarias. El primer par, ilusión y realización, reenvía a las distinciones de estados de la mente y es de tipo (S), El segundo par, práctica y experiencia, es concreto y factual, y es pues del tipo (O). La vida y la muerte estan directamente ligadas a la existencia y entonces es de tipo (A). Budas y personas ordinarias son distinciones que se hacen de nuestra vida real y es del tipo (R). Así, al interior de una misma frase, la estructura SOAR es operacional. Es esto un indicación clara de que el maestro Dôgen a utilizado esta estructura en cuatro fases todo a lo largo de su obra filosófica.
La estructura SOAR en el nivel de la composición de palabras
Puesto que todo el pensamiento del maestro Dôgen está en cuatro fases, reencontramos la estructura SOAR incluso en el nivel de la composición de las palabras. Por ejemplo, hay cuatro compuestos particulares que son frecuentemente utilizados a traves del Shôbôgenzo. Son chônei, ganzei, kentô y biku. El compuesto chônei significa cabeza. Es utilizado a menudo como símbolo del pensamiento intelectual. Ganzei significa globo ocular, y es utilizado a menudo para indicar el objetivo o el punto de vista material. Kentô significa un puño y es utilizado a menudo como simbolo de la acción. Y biku significa la nariz, utilizado como simbolo de la vida misma, remontando a la antigua creencia india de que el aire que respiramos es la base de nuestra vida.
Asi, estos cuatro compuestos, comportan la estructura SOAR, chônei o el intelecto, es (S), ganzei o la percepción sensorial es (O), kento o la acción es (A), y biku o la vida misma es (R). Sin comprender el simbolismo vehiculizado por estas cuatro palabras compuestas importantes del Shôbôgenzo es extremadamente difícil comprender la verdadera significación.
Otro ejemplo son los cuatro compuestos hôshin, shugô, bôdai, y nehan. Hôshin es una abreviatura de hotsi bôdaishin, establecimiento de la voluntad hacía la verdad, shugyô significa los esfuerzos concretos en la bísqueda del budismo, bôdai significa llegar a la verdad, y nehan es el el estado sereno y apacible en si mismo.
Hôshin es la voluntad, el deseo y por tanto (S), shugyô representa el esfuerzo concreto y por tanto (O), bôdai es acción (A), y nehan la verdad (R). No es sino reconociendo la estructura SOAR como podremos interpretar de una forma significativa estos grupos de compuestos en el Shôbôgenzo.
La estrucutra SOAR en el nivel de caracteres de una palabra
Si postulamos que la estructura SOAR recorre todo el pensamiento y la obra del maestro Dôgen, deberíamos ser capaces de volverar a trazar incluso en el nivel de los caracteres de una palabra. De hecho podemos hacerlo.
El concepto central del budismo, el dharma, se traduce en japonés por hô. Al mismo tiempo que comenzaba a captar la organización global de los pensamientos en el Shôbôgenzo observé que hô era utilizado de múltiples formas diferentes según el contexto. Estas múltiples formas podían ser fácilmente clasificadas en cuatro grupos.
La primera significación de hô es la de la enseñanza de Buda Gautama. Este nos ha enseñado la verdad filosófica suprema que llamamos dharma. Por tanto hò puede ser traducido aquí como enseñanza, filosofía, teoría, principio. La primera frase del Genjôkôan contiene el compuesto buppô, una combinación de butsu y de hô. Aquí butsu significa la enseñanza budista, que pertenece al grupo (S).
Pero en la misma frase encontramos el compuesto shoho, combinación de sho y ho, que significa todas las cosas y fenómenos. Aquí sho significa múltiple y ho significa el mundo exterior, la substancia material, el entorno. Luego ho también tiene esta interpretación concreta (O).
En el párrafo 91 del Genjô-kôan, encontramos esta frase: “Pero cuando se encuentra este entorno aquí y ahora, se sigue naturalmente que nuestro comportamiento presente realiza el Universo.” La palabra japonesa que se traduce por “aquí y ahora” es ippô, una combinación de ichi, uno, y hô, dharma. En este contexto hô sugiere nuestra conducta en el momento presente (A).
Y en el último párrafo 94 las palabras “La verdadera experiencia de los dharmas budistas” es buppô en japonés. En este contexto el hô de buppô significa dharma o la inefable realidad suprema (R).
Así, incluso en el nivel de los caracteres de una palabra, el grupo SOAR puede ser visto como una parte integral de la estructura del Shôbôgenzo.
La estructura SOAR y su pertinencia en la historia del pensamiento en el mundo.
Para concluir voy a posicionar firmemente la estructura SOAR en las corrientes mundiales del pensamiento.
Una de las diferencias más importantes entre los humanos y los monos se situa en el peso de sus cerebros respectivos. Este hecho nos permite pensar que los humanos son bastante más inteligentes que los monos. De hecho, nadie puede renegar seriamente del hecho que el intelecto es la caracteristica central que separa los humanos de otras especies.
La civilización grecorromana puede que sea uno de los puntos culminantes del desarrollo de nuestro mundo y es ahí donde observamos por primera vez la división del pensamiento en dos corrientes distintas. Podemos comprender como ha sucedido esto por la naturaleza misma del pensamiento: se mira hacia el interior y nos convertimos en subjetivos, o hacia el exterior y nos convertimos en objetivos. No tenemos otra elección a nivel intelectual.
Platon miraba si ninguna duda hacia el interior: un idealista que ha basado su filosofía sobre la verdad de las ideas. Pero esta civilización ha producido también a Demócrito, que describía el mundo como una acumulación de moléculas. Era materialista. Estos dos puntos de vista filosóficos están siempre en conflicto, las creencias de unos contradicen las de otros. Los idealista creen en la libertad humana, los materialistas son deterministas. Los dos conceptos se excluyen mútuamente.
En los últimos días del Imperio Romano la filosofía platónica, intrinsecamente idealista, se ha encontrado con la emergente religión cristiana. La filosofía de Platón, la potencia de las ideas y la supremacía del espíritu dieron al cristianismo una base filosófica sólida a partir de la cual podía explicar sus creencias y esto lo que permitió al cristianismo desarrollar y crecer poderosamente a medida que se expandía en la Europa medieval.
La época medieval en Europa ha estado dominada por las creencias cristianas, espíritu y fe fueron reverenciadas mientras que el cuerpo físico, la materia y el mundo secular eran desestimados. A partir de ese momento la Europa medieval cayo en el idealismo (S).
En el Renacimiento la gente redescubrió su corporalidad y su percepción sensorial. Las creencias fueron poco a poco centárndose sobre lo que podía ser percibido por los sentidos, y sobre lo que no podía serlo se levantoó la duda. Lo cual marcó el inicio de la era científica. En alguna parte en el periodo entre 1500 y 1700, es decir al comienzo de la revolución científica, tomo cuerpo un movimiento irreversible hacia la ciencia y fuera de las religiones. En consecuencia, mientras que la ciencia se conviertía en más fuerte, la fuerza de las religiones idealistas disminuía, alcanzando un punto álgido en algun sitio hacia la mitad del siglo XIX. La filosofía materialista de Marx puede ser que marque el punto culminante del pensamiento materialista, conduciendo a Nietzche a proclamar que nuestros dioses estaban muertos. El periodo del Renacimiento hasta el final del siglo XIX representa una fuerte fase materialista (O) en el desarrollo de nuestra civilización.
Cuando se convierte en evidente que la visión científica del mundo no dejaba ningún lugar para los dioses, la religión y el espíritu, nació un sentimiento de malestar, de ansiedad. Y esta ansiedad fue la fuerza motriz de la búsqueda de una nueva filosofía para sobrepasar el materialismo. Existencialismo, pragmatismo, fenomenología, todas son filosofías de vida que tienten por objetivo reencontrar el valor del comportamiento humano, la ética y la nosión del ser. En este sentido están concernidas por nuestras acciones (A) en este mundo.
En este boceto a grandes rasgos del transcurso de la civilización occidental podemos ver los orígenes del idealismo (S) en la grecia antigua, el redescubrimiento de la materia y del mundo exterior (O) en el Renacimiento, el punto culminante de la visión materialista hacia la mitad del siglo XIX, y una orientación hacia una filosofía que trascienda a ambas (A) en los tiempos modernos. Pero si nos limitamos en nuestra búsqueda al dominio del intelecto, es decir el dominio en el cual analizamos y comprendemos el emundo únicamente por la razón, el dominio donde el espíritu reina competamente, es imposible encontrar na nueva filosofía que permita reconcquistar el valor humano en medio de nuestras sociedades materialistas.
Para guiar nuestra civilización hacia una nueva era, una era en la que nuestra conducta real tenga valor, así como nuestros pensamientos relativos a esa conducta, entonces debemos realizar el sentido y los límites de la inteligencia humana. Y esto por que nuestra verdadera conducta sobre la tierra no es una actividad intelectual. En el dominio de la actividad intelectual podemos encontrar dos aproximaciones o filosofías fundamentales; la filosofía del sujeto y la filosofía del objeto. Pero nuestra conducta, nuestras acciones, no pertenecen al mismo dominio que la filosofía. Es muy simple, pero muy importante darse cuenta de este hecho El corpus de conocimientos que describe este hecho tambieén es solo una filosofía – la llamo Filsosfía de la Acción.
Utilizando la estructura SOAR que he expuesto aquí, se puede volver a poner las filosofías idealista y materialistas en su justo lugar. Y se puede ir más lejos para constatar que la filosofía de la acción, a pesar de ser un conjunto de conocimientos, no está limitada a las discusiones en el dominio del intelecto – muestra una forma de entrar en el dominio mismo de la acción. Esta via es la práctica eterna de zazen, En la condición de zazen nosotros nos sentamos en la realidad y podemos cláramente realizar este hecho. Y la experiencia de encontrarse en la realidad, más que vivir en el mundo del intelecto necesita su propia nueva filosofía. Así la estructura SOAR se convierte en un punto entre filosofía tradicional y realidad – un punto entre el mundo materialista de la sociedad moderna y una nueva era de la civilización humana fundad sobre la conducta o la acción misma. Este es el valor del Shôbôgenzo y este es el mensaje del maestro Dôgen.
Espero sinceramente que los numerosos especialistas de las religiones a través del mundo sean sensibles al mensaje del Shôbôgenzo. Espero que la estructura SOAR, que he puesto en evidencia aquí, ayudará a la obra del maestro Dôgen a encontrar su justo lugar en la historia mundial del pensamiento.
Nada enmedio.
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