lunes, 29 de noviembre de 2010

El Zen de Dogen como religión IV. Kosho Uchiyama


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Capítulo 4
Práctica-Realización(1) sin contaminaciones



«El maestro zen Nangaku visitó al sexto Patriarca. El Patriarca dice: “¿De donde vienes?”
Nangaku responde: “Vengo del Monte Suzan, donde vive el maestro nacional Ean(2).”
El Patriarca le pregunta, “¿Qué es lo que así viene?”
Nangaku no olvidó nunca aquella pregunta. Después de que hubo practicado con el Patriarca durante ocho años, finalmente pudo comprenderla. Entonces dijo al Patriarca: “Cuando vine a visitaros por primera vez me preguntasteis, ¿qué es lo que así viene?. Ahora lo comprendo”
¿Cómo lo comprendes?”, pregunta el Patriarca.
Nangaku responde “Si intento precisarlo me extravío”
¿Entonces, es práctica y realización o no lo es?, pregunta el Patriarca.
Es incorrecto decir que no es práctica y realización. Pero no debemos contaminarlas”
El Patriarca dice: “¡No contaminación!(3) Esto es lo que los Budas y los Patriarcas han mantenido. Tu eres así. También yo soy así, incluso eran así los Patriarcas en India”»

(Shobogenzo Sanbyakusoku - recopilación de 300 koan compilada por Dogen)

Nangaku Ejo era uno de los dos discípulos más importantes del Sexto Patriarca. Cuando se dirigió por primera vez al Patriarca, este le pregunto de donde venía. Su respuesta fue que venía del monasterio sobre el Monte Suzan. Si bien esto es algo completamente natural hablando de forma corriente, se trata de una respuesta totalmente incompleta. El Patriarca no había planteado la pregunta como una cuestión ordinaria. Por lo que preguntaba era por la “procedencia original”(4) de Nangaku, la cual es el fundamento mismo del Dharma de Buda. El Patriarca hace otra pregunta para clarificar el significado de la cuestión, pregunta: “¿qué es lo que así ha viene?”. Es una pregunta más bien insólita y Nangaku no sabe como responder. Desde aquel momento comenzó a practicar zazen bajo la guía del Patriarca. Trascurridos ocho años Nangaku captó el significado de aquella pregunta, se dirigió entonces al Patriarca y le dijo: “Cuando vine a visitaros por primera vez me preguntasteis, ¿qué es lo que así viene? Ahora lo comprendo”. El Patriarca pregunto de que manera lo comprendía y Nangaku respondió que si intentase puntualizar algo en particular daría fuera del blanco.

Una cosa (ichimotsu)(5) significa una cosa en particular y pensamos que será fácil mostrar esa cosa con palabras, pero solo podemos mostrar a través de los nombres algún aspecto o característica de esa cosa. Por ejemplo, cuando se me pregunta quien soy puedo responder que soy Uchiyama, pero Uchiyama no es nada más que mi nombre, una etiqueta que me identifica. Si se me pregunta quien es Uchiyama, podría responder que soy el ex-abad de Antaiji, o podría dar cualquier otro título o indicación para indicar quien soy. Pero mi verdadero ser no puede ser expresado con estas palabras.

El verdadero ser, es la realidad que no puede ser atrapada con ningún medio. Cuando el Patriarca preguntó “¿qué es lo que así ha venido?” no estaba sino preguntando por esta realidad más allá de las palabras. Los ojos de Nangaku se abrieron finalmente a su verdadero ser, y su respuesta significa que no hay ningún modo de mostrar este verdadero ser, a través de las palabras.

Cuando confrontamos este dialogo con el dialogo entre el Patriarca y Seigen podemos ver que la respuesta de Nangaku corresponde con la de Seigen (“No practico siquiera la suprema verdad. ¿Como es posible tener una categoría cualquiera?). Los dos han mostrado su verdadero ser. Seigen dice que no hay que hacer ninguna distinción de categorías ya que la realidad está más allá de toda comparación y Nangaku dice que es imposible mostrar el verdadero ser a través de la palabra.

En la siguiente parte de su diálogo con Seigen el Sexto Patriarca solo dice: “¡Así es!, protégela bien”, confirmando la comprensión en la respuesta de Seigen. De forma distinta, en el caso de Nangaku, lo mismo fue desarrollado más detalladamente en la sucesión de preguntas y respuestas.

Si la observamos de cerca podemos comprender claramente la profunda connotación de esta frase: “¡Así es!, protégela bien”. Podemos incluso apreciar el significado exacto de esta afirmación.

En su dialogo con Nangaku el Sexto Patriarca continuó preguntando si práctica y realización son necesarias, Nangaku respondió: “Es incorrecto decir que no es práctica y realización. Pero no debemos contaminarlas”. Dicho de otra forma, la respuesta de Nangaku a la pregunta sobre si es necesario practicar para realizar el verdadero ser significa que es incorrecto decir que no tenemos necesidad de practicar para realizar el verdadero ser, pero que no es admisible contaminar estas dos cosas.

Dogen ha hablado claramente de lo no-contaminado en el Shobogenzo Yuibutsu Yobutsu (Solo el Buda junto al Buda) de la forma siguiente:

«Cuando la suprema sabiduría está encarnada en una persona, esta es llamada un Buda. Cuando un Buda permanece en esta suprema sabiduría, esto es llamado suprema sabiduría. Aquellos que no conocen este camino son estúpidos. La característica fundamental de este camino es la ausencia de contaminación. No contaminación no es buscar esforzarse en dejar de hacer cosas como discriminar, buscar algo o huir de alguna cosa. No contaminación no es intentar intencionalmente crear un estado de no discriminación. Lo no contaminado no puede nunca ser objeto de discriminación, de aceptación o rechazo.»

En otras palabras, el Buda encarna la suprema sabiduría y la característica fundamental del Buda es no contaminación.

No-contaminación y no-discriminación. Nosotros tenemos que aceptar las cosas como son, aquí y ahora. Sin embargo, al mismo tiempo no debemos intentar alcanzar esa actitud como si fuera un estado de la mente, esforzándonos por tanto en dejar de discriminar, de buscar o de rechazar, porque también eso es una forma de discriminación. No hemos de intentar construir un estado mental así. No contaminación no puede nunca ser discriminación, aceptación o rechazo. Este es el verdadero significado de no contaminado.

Tras haber comprendido esto todavía hemos de reflexionar una vez más sobre la pregunta: “¿Son necesarias práctica e iluminación?” y sobre la respuesta correlativa: “ Es incorrecto decir que no es práctica y realización. Pero no debemos contaminarlas”. Entonces el significado de este dialogo quedará claro.

El tema fundamental de este dialogo es el verdadero ser. Esto no puede ser expresado por palabras, por muy arduamente que se intente. No hay ningún verdadero ser fuera de aquello de lo que personalmente tenemos experiencia. Este verdadero ser es el ser que no puede ser ninguna otra cosa que el ser aquí y en cualquier lugar. No tenemos que ir a ninguna parte para encontrarlo. No podemos querer o rechazar para obtenerlo y sin embargo, en nuestra vida cotidiana, a pesar de que de hecho vivamos en la realidad del verdadero ser, raramente lo realizamos a través de nuestro cuerpo y nuestra mente. Habitualmente queremos ir a cualquier lugar fantástico, obtener siempre algo mejor y deshacernos de las cosas que no consideramos buenas. Como consecuencia miramos siempre a otro sitio, vagabundeando por aquí y por allá. Desde el punto de vista del yo vagabundo(6) el ser original, que es solo el mismo en cualquier situación, es decir el verdadero ser, está enteramente perdido. Después de todo debemos practicar y realizarlo a través de nuestro cuerpo y nuestra mente. Esta es la manera en la que debemos interpretar la frase: “Es incorrecto decir que práctica y realización no son necesarias”.

¿Si practicamos iremos poco a poco alcanzando la base de aquel verdadero ser que es solamente el verdadero ser en cualquier lugar? No, no se trata de eso. Originariamente el verdadero ser no es ninguna otra cosa que el ser con el que vamos al este, al oeste, al norte o al sur. No podemos salir del verdadero ser. No podemos ni aceptarlo ni rechazarlo. Por eso practicar no significa ir a cualquier otro lugar “afuera”. Practicamos tan solo para profundizar nosotros mismos en nuestro verdadero ser. De esta forma no hay contaminación y esta ausencia de contaminación no es diferente que aquello que practicamos y realizamos. He aquí porque no es correcto decir que práctica y realización no son necesarias. Pero por otra parte no debemos contaminarlas.

Esto es muy extraño para ser comprendido con nuestra mente. Fundamentalmente todos vivimos siempre y en cualquier parte el verdadero ser, por tanto no hay ninguna distinción de categorías. Sin embargo hay una profundidad sin fin en la realización del ser, por tanto debemos de continuar practicando incesantemente. Aunque exista una profundidad infinita, nunca se puede diferenciar en categorías. Realmente, sin ninguna duda, todo el mundo vive en el verdadero ser. ¡Es realmente extraordinario! El Dharma de Buda tiene siempre estos dos aspectos.

La realidad del ser es universal y, sin embargo, puesto que existe una profundidad infinita, el Patriarca dice en su dialogo con Seigen: “Protégela bien”. En el otro dialogo Nangaku dice: “Es incorrecto decir que no es práctica y realización, pero no debemos contaminarlas” El Patriarca también dice a Nangaku: “¡No contaminación!, esto es lo que los Budas y los Patriarcas han mantenido. Tu eres así. También yo soy así, incluso eran así los Patriarcas en India”. Esta afirmación equivale, en el diálogo con Seigen, a: “¡Así es!, protégela bien”. Las afirmaciones “Protégela bien” y “Esto es lo que los Budas y los Patriarcas han mantenido” significan que debemos practicar sin perder de vista la profundidad infinita al purificar nuestra vida. “¡Así es!” significa “tal como es”, tathata, tathagata, o shinnyo. Estas palabras indican la realidad de la vida que no puede ser expresada por medio de las palabras.

Así es” y “no contaminado” son la profundidad de aquello que todos los Budas han protegido y que cada uno de notros debe mantener con cuidado.

Hasta ahora hemos examinado los diálogos entre el Sexto Patriarca y sus discípulos. Podemos ver que el zazen de Dogen es aquello que los Budas y los Patriarcas han trasmitido correctamente. Dogen usó expresiones como shojo no shu (práctica basada sobre el despertar) para indicar esto en términos precisos.(7)
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 Notas 

1) Respecto al uso del término “realización” a lo largo de este capítulo ver cap. 3, nota 10.
2) Ean (Huian, en chino) (582-709), uno de los diez discípulos importantes del Quinto Patriarca Konin (Hongren, en chino) (601- 674), vivió en el Monte Suzan.
3) El sentido es que cuando añadimos cualquier cosa a la práctica-iluminación (una intención, un pensamiento, un juicio, etc.) la manchamos, y esto es lo que debemos evitar.
4) Ver cap. 3, nota 13.
5) “Una cosa” (ichimotsu) puede ser interpretado como la realidad integra antes de las discriminaciones, o el verdadero ser, y este no puede ser mostrado como una cosa entre las otras, que es lo que se le convierte en cuanto se le da un nombre. Ver cap. 3, nota 13.
6) El yo vagabundo, o yo pensante, es ciego respecto al verdadero ser o ser total, el cual sin embargo lo abarca e incluye. Ver cap. 3, nota 13.
7) En el Shobogenzo Bendowa dice Dogen: «El pensar que la práctica y la experiencia no son lo mismo es solo una idea de los no budistas. En el Dharma de Buda, la práctica y la experiencia son absolutamente lo mismo. Ahora, [la práctica] también es práctica en el estado de la experiencia, por lo tanto la búsqueda de la verdad de un principiante es todo el cuerpo del estado original de la experiencia. Es por esto que los Patriarcas budistas enseñan, en las precauciones prácticas que nos han traspasado, el no esperar ninguna experiencia aparte de la práctica. Y la razón puede ser que la práctica en sí corresponde al estado original de la experiencia mediante el cual uno puede acceder de forma directa. Debido a que la práctica es solo experiencia, la experiencia es infinita, y puesto que la experiencia es práctica, la práctica no tiene comienzo. […] Habiendo recibido afortunadamente la trasmisión directa de una parte sutil de la práctica, nosotros, que somos principiantes en búsqueda de la verdad, poseemos de manera directa, en el estado sin intención, una parte de la experiencia original. Recuerden, para evitar que contaminemos la experiencia que nunca está separada de la práctica, los Patriarcas budistas nos han enseñado de forma repetida a no ser negligentes en la práctica. Cuando olvidamos la sutil práctica, la experiencia original ha llenado nuestras manos; cuando el cuerpo deja atrás la experiencia original, la sutil práctica opera en todo el cuerpo.»

“Olvidar la sutil práctica” indica no establecer la idea de que estamos aplicando la práctica auténtica; “dejar atrás la experiencia original” enfatiza no dar lugar a la idea de que poseemos la realización original. La práctica-realización no debe (no tiene necesidad) de ser “contaminada” por nuestras ideas al respecto.
 

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